Entre el cielo y las viñas

El Día
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La Rioja no sería lo mismo sin el Camino de Santiago, ni la ruta jacobea se entendería sin un territorio que aporta paisaje, leyendas, patrimonio y hospitalidad en 65 kilómetros de convivencia milenaria

Un grupo de peregrinos camina por un paisaje de viñas a su paso por La Rioja. - Foto: La Rioja Turismo

La internacionalización, ese concepto básico que mueve la economía y la sociedad, no llegó a La -Rioja con su afamado vino, ni con el calzado o con las glosas que dieron cuerpo al idioma castellano. La entrada de influjos, corrientes, gentes, conocimientos y creencias de todo el continente entró en el cuerpo y el alma de caminantes movidos por la fe, que atravesaron La Rioja y dejaron su impronta en el Camino de Santiago, la ruta que la Unesco ha declarado primer itinerario cultural europeo y Patrimonio de la Humanidad.
El Camino, al menos el Francés, el más afamado y multitudinario, empieza en Roncesvalles y termina en Santiago de Compostela, pero tiene en La Rioja hitos, historia y leyendas para hacer del tramo por estas tierras un viaje inolvidable para los peregrinos nacionales e internacionales, pero también una buena oportunidad para que riojanas y riojanas conozcan su región de otra manera y para descubrir aspectos asombrosos de un recorrido que marida paisaje, patrimonio, historia, leyenda, camaradería y espiritualidad como ninguno otro en el mundo.
En realidad, el Camino en La Rioja son tres caminos: el Francés, el más conocido, con las etapas 7, 8 y 9 del conjunto de la ruta jacobea; el Vasco del Interior;y el Jacobeo del Ebro. Si los peregrinos pueden atravesar la variada geografía riojana desde estos tres ramales, la forma de desplazamiento puede ser también diversa. La región ofrece atractivos y posibilidades para el clásico peregrinaje a pie, para el cada vez más habitual viaje en bicicleta o a caballo. 

 

Turismo y mucho más.  Aunque el Camino, en su variante de ruta francesa, solo toca 65 kilómetros de suelo riojano, el viaje a Santiago de Compostela es un importante recurso turístico para La Rioja, con una amplia riqueza cultural y patrimonial, sin olvidar su componente experiencial.
A lo largo de la historia, son millones los peregrinos que han dejado su huella de camino a la capital gallega y a su vez se han llevado algo de la hospitalidad que han encontrado desde Logroño, Alfaro o Briñas hasta su despedida en Grañón, ya hacia tierras burgalesas.
«El Camino atraviesa la capital, Logroño, moderna y acogedora; Navarrete, pueblo de maestros alfareros e importantes bodegas; Nájera, cuna de reyes; Azofra, cuyas calles principales son el Camino; Santo Domingo de la Calzada, ciudad jacobea por excelencia donde el Santo creó el primer hospital de peregrinos y enclave del más famoso milagro del Camino, el del gallo y la gallina; y Grañón, que nos despide de La Rioja por su trazado urbano jacobeo», recuerda La Rioja Turismo en su página web (lariojaturismo.com), donde es posible encontrar con todo detalle los distintos tramos del Camino y los atractivos que riojanos y foráneos encontrarán en su recorrido.
Cubrir esos 65 kilómetros o los recorridos menos conocidos del Camino Vasco y el Jacobeo del Ebro permiten disfrutar del archiconocido vino de Rioja y de una gastronomía excepcional, de un paisaje en el que se funden viñas, con riberas o cimas que superan los 2.000 metros de altitud, de un patrimonio rico en monumentos, en una ruta que, fuera del trazado jacobeo, permite acercarse a otro Patrimonio Mundial, como son los monasterios de San Millán de la Cogolla, o asombrarse ante los relatos legendarios del gallo y la gallina que cantaron después de asados o la victoria del caballero cristiano Roldán frente al gigante musulmán Ferragut, cerca de Nájera.

 

De tierras vascas a Santo Domingo.

El Camino Vasco del Interior se adentra en la comunidad riojana no desde Navarra, como el Francés, sino desde tierras vascas. Ese ramal atraviesa Briñas y busca su conexión con la ruta jacobea principal en Santo Domingo de la Calzada, después de recorrer las localidades riojalteñas de Haro, Zarratón y Bañares.

 

De peregrinaje por La Rioja Baja.

El fenómeno jacobeo no se circunscribe a Logroño y La Rioja Alta. La región puede presumir también de servir de paso a otro de los itinerarios, como es el Jacobeo del Ebro, que  tiene su entrada en Alfaro y discurre ribera arriba por Rincón de Soto, Calahorra, Alcanadre y Agoncillo, hasta conectar con el Francés en Logroño.

 

Curiosidades. ¿Sabías que..?

1.El tramo riojano es el más corto. El Camino Francés en La Rioja abarca 65 kilómetros, la distancia más corta de todo su recorrido, pero es un itinerario clave.
2.La hospitalidad más antigua es calceatense. En el siglo XII nació la Cofradía del Santo, en Santo Domingo de la Calzada, para atender a los peregrinos que pasaban por la localidad calceatense hacia Santiago, lo que la erige como la más antigua del mundo.
3.El milagro más famoso  del mundo. ‘Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada’. ¿Por qué el dicho? ¿Por qué en su Catedral viven una gallina y un gallo? En la Edad Media un peregrino era ahorcado por una falsa acusación de robo y Santo Domingo le salvó. Cuando los padres contaron al corregidor que su hijo vivía, él bromeó diciendo que estaría tan vivo ‘como el gallo y la gallina asados’ que iba a comerse; las aves resucitaron cubiertas de plumas.
4.Cuando la ruta giró hacia La Rioja. En el siglo XI, Sancho III el Mayor ordenó reconducir el Camino de Santiago hacia La Rioja, vadeando el Ebro en Logroño. Se seguía así la vía romana que unía Varea y Tricio con Herramélluri. Se buscaba mejor clima y una orografía más suave; una ‘bendición’ para La Rioja.