La evolución de la sociedad y las circunstancias económicas en las diferentes épocas han marcado las tasa de natalidad y la planificación familiar de los riojanos.
«Los procesos demográficos, especialmente en el caso de la natalidad, están basados en los propios sistemas de valores.Así como la importancia que cada época y tipo de sociedad otorgan al hecho de tener hijos», explica el profesor de Sociología de la Universidad de La Rioja, Sergio Andrés Cabello.
Así, La Rioja, como el resto de España, viene de tasas de natalidad altas, «con una media de 3 hijos, de la época del Baby Boom, que tuvo lugar en los años 60 y principios de los 70», apunta Andrés Cabello.
En los próximos años se produciría en España una modernización de la sociedad en el cambian ciertos aspectos culturales.
Entre ellos, Andrés Cabello destaca, por un lado, «que tener hijos ya es no es una obligación para la mujer si no una opción» y, por otro, «se pretenden dar a los hijos mejores condiciones». A este hecho también se suma la incorporación de la mujer al mercado laboral, «algo que también influye en los proyectos de vida». Todo esto, explica, «da lugar a que partir de los años 80 baje la natalidad» y predomine la opción de dos hijos como la más deseable.
«Al llegar el siglo XXI se produce una crisis de natalidad importante», apunta, que se debe a una mayor complejidad e inestabilidad del mercado laboral así como una mayor dificulta de acceso a la vivienda. «Somos un país en el que adquirir una casa en propiedad es determinante, en gran medida, para crear tu proyecto de vida».
Otro fenómeno que se ha producido en las últimas décadas es el aumento de la edad en las que las mujeres tienen su primer hijo. «Muchas llegan a la maternidad con más de 30 años. A mayor retraso en la edad del primer hijo es más difícil que se tenga un segundo». En 2019, la media de edad en la que las mujeres tienen su primer hijo se situó en los 31 años en La Rioja, frente a los 29 de 1999 o los 25 del año 1975, según datos del INE.
Además, dentro de la panificación familiar también se da valor a disfrutar de la pareja.