Los agentes sociales priorizan la salud y avalan al Gobierno

Feli Agustín
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Tanto los sindicatos UGT y CCOO como la Federación de Empresas reconocen la necesidad de endurecer las medidas, que afectarán a hostelería y turismo

Polígono industrial El Raposal de Arnedo. - Foto: Clara Larrea

Con matices, la patronal y las organizaciones sindicales mayoritarias de la comunidad refrendan las restricciones que entrarán en vigor esta medianoche en La Rioja, con la confianza de que sirvan para aliviar las consecuencias sanitarias de la pandemia.

Jesús izquierdo, secretario general de UGT, muestra un apoyo sin fisuras a las medidas aprobadas por el Gobierno riojano, que «considera «positivas» porque la prioridad es preservar la salud. «Los datos  no son positivos y había que endurecer las restricciones en cuanto a la movilidad y otras actividades», afirma Izquierdo, que entiende que es «pronto» para evaluar el impacto que sobre la actividad y el empleo pueden acarrear.

A pesar de su cautela a la hora de valorar la trascendencia económica, es consciente del perjuicio que van a sufrir determinados sectores debido a las restricciones de movilidad con otras comunidades y las limitaciones horarias, aunque resalta que hace falta «valentía» para ponerlas en marcha. «Hay que avanzar en las medidas que nos permitan frenar el ritmo de contagios y rebajar la presión hospitalaria», razona el líder de UGT, totalmente en sintonía con el Gobierno de La Rioja.  Defiende la validez del acuerdo para la Reconstrucción económica y social, que fija una serie de ayudas destinadas a garantizar la liquidez y financiación de las empresas en dificultades y a los trabajadores afectados por ERTE, medidas que habrá que mantener. Al respecto, resalta que han de dirigirse a los sectores de actividad más afectados por las medidas coercitivas, que en los próximos meses van a atravesar por mayores dificultades. «De momento, los ERTE permiten mantener la actividad, las plantillas y los trabajadores afectados», afirma el líder sindical.

Jorge Ruano, secretario general de CCOO,  constata que las acciones acordadas están en consonancia con las adoptadas por otras comunidades autónomas «con más o menos intensidad», pero todas con el objetivo de controlar la pandemia. «La prioridad es garantizar la salud pública para garantizar la economía y el empleo», afirma Ruano que, entre la dicotomía de salud o economía, defiende la primera. Por ello, asegura que durante estos meses se han alcanzado acuerdos para garantizar el retorno seguro a la actividad laboral y, donde no ha sido posible la vuelta, se han establecido herramientas para preservar las empresas y el empleo. «Según se amplían las restricciones deberemos implementar nuevas medidas o utilizar las herramientas con las que ya contamos», reflexiona Ruano que, reconociendo que es un tema abierto al debate, entiende que es mejor tomar medidas drásticas , «hacer un parón para retomar la actividad de manera más generalizada». Consciente de la complejidad de  aportar soluciones acertadas, razona que un cierre global afecta en mayor medida a la economía y apuesta por definir estrategias que palien esta situación. Al respecto, Ruano, sin creer que la hostelería sea responsable de la propagación del virus, se muestra partidario de cierre completo, ya que entiende que puede salir perjudicada con la actual situación. «Tal vez no  es rentable mantener la actividad de esta manera, algo que hay que tener en cuenta porque las ayudas que se articulen han de ir en función de los recortes que se realicen», avisa.

Equilibrio. Desde la patronal, su presidente, Jaime García-Calzada  resalta la «preocupante» situación de la pandemia, que obliga a tomar medidas para doblegar la curva.

Menciona el equilibrio necesario entre salud y economía y, aunque reconoce que la actividad no se verá afectada de manera global, sí habrá sectores más perjudicados,   como hostelería, restauración y hotelería, ámbitos que se han criminalizado de manera injusta. «Los problemas residen en las reuniones sociales», recuerda García-Calzada, que resalta que la hostelería, que cumple los protocolos, resultará afectada por las nuevas restricciones, aunque piensa que peor hubiera sido el cierre total del sector. «Espero que estas medidas deparen resultados», desea el presidente de la FER, que apela a la responsabilidad individual para aplicar los protocolos sanitarios.