El descomunal crecimiento

Diego Izco
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El centrocampista andaluz fue el mejor de la selección española en el decisivo partido ante Suecia. - Foto: Europa Press

Pablo Martín Páez Gaviria es nombre de niño. Gavi, nombre de estrella. Ambos son la misma persona: un niño que crece demasiado, a una velocidad descomunal, como el fútbol español no recordaba. 
Escribir sobre leyendas ya consagradas conlleva un proceso de documentación y memoria. Hacerlo sobre Gavi empieza y termina con un sorprendente: «Acaba de llegar», como el cercanías de las 09,05 horas, sin más historia que el momento. Son solo dos meses para llenar un página entera (al margen de sus inicios en la Liara, en las 'muy inferiores' del Betis, sus exhibiciones en la Liga Promises, sus cuentos de infancia...) mientras otros llegan 'aquí' con 20 temporadas en la élite, 1.000 goles o, incluso, una retirada. 

 

Estilo propio

Gavi es el gran legado de Koeman al Barça en particular y al fútbol español en general. La irrupción más estruendosa en muchos años. Una bestia competitiva con todo por hacer en la vida y en el césped. En febrero de este año derribaba la puerta del juvenil rumbo al filial con únicamente 16 años (en el 'miniderbi' ante el Espanyol B)… pero solo jugó dos partidos más con el Barça B. Fue el viejo Ronald, enamorado del descaro imberbe del chico de Los Palos, el que lo reclutó para la pretemporada del primer equipo y él, animal de pelea, ya no se bajó. 
Los que llevan tiempo moldeando al jugador en La Masía aseguran que tiene cosas de Xavi y de Iniesta, pero también tiene cosas de esos centrocampistas de pierna dura que marcan el terreno. «Es un jugador técnicamente superdotado, capaz de cambiar una acción técnica en décimas de segundo e improvisar ante cualquier circunstancia del juego. Además, ha evolucionado muchísimo físicamente y ahora es un futbolista muy fuerte», decía a Goal Franc Artiga, el entrenador de la cantera con el que más ha trabajado Gavi. 

 

La 'provocación'

«Le conozco desde la cantera del Barça», aseguró Luis Enrique el día del 'terremoto' y las mil réplicas: con apenas mes y medio en la élite, Gavi era citado por la selección absoluta. Un acto de «provocación» según una nutrida parte de crítica y afición. Un ejercicio de nepotismo, ya que (aquí la teoría conspirativa) el chico es representado de Iván de la Peña, amigo de Luis Enrique, y así revalorizaban el producto. Es más, el desafío fue mayúsculo cuando, hora y media antes de la semifinal de la Liga de Naciones ante Italia, el técnico le entregaba el 'nueve' y la titularidad. 
Y entonces rodó la pelota y se hizo el silencio. 
La exhibición de Gavi en los cuatro partidos con España tapó todas las bocas y se quedó sin calificativos: insospechada, brutal, increíble en intensidad y regularidad para un muchacho recién aterrizado: devoró a Verratti (su ídolo) aquel día, desquició a Pogba en la gran final del fuera de juego, sostuvo al equipo en Grecia y salió ovacionado de La Cartuja el día que, ante Suecia, España sellaba el billete para Qatar'22. «Ha jugado un partido único, espectacular, ante 50.000 espectadores. Sabía lo que podía dar, que podía ser útil para nosotros… y lo está demostrando», aseguró un orgulloso Luis Enrique tras el 1-0 del pasado domingo. 

 

El futuro

La añoranza del culé medio por aquel 'Busquets-Xavi-Iniesta' que el planeta-fútbol aprendió de memoria se diluye en una idea de futuro con Nico (19), Pedri (18) y Gavi (17). Pensar en el margen de mejora de los tres da auténtico vértigo. En el caso concreto del andaluz, Artiga le daba forma: «Gavi juega y ejecuta por instinto. La experiencia le hará actuar por lectura de juego y no tanto por instinto». En los dos últimos partidos con España, su eficacia de pase ha sido del 95 por ciento (en Grecia no falló ni uno solo), dando salida al juego por ambos lados y firmando seis recuperaciones. 
De momento, el chico nervioso que juega con la lengua apretándole un carrillo y (muchas veces) las botas sueltas, aquel muchacho al que Patrick Kluivert (director del fútbol base del Barça) convenció para rechazar una oferta mareante del Manchester City, ya ha forjado una pequeña leyenda en unas pocas semanas.