Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Lo dice Almodóvar

15/04/2023

Lo dice nada menos que Pedro Almodóvar, un hombre indiscutiblemente de izquierdas. Se lo dice a Maite Rico en el suplemento cultural de El Mundo, en el que explica que hay menos libertad ahora que en la década de los setenta y ochenta, y que él mismo reconoce que piensa más las cosas a la hora de escribir o hablar, condicionado por lo políticamente correcto.

Está bien que un hombre que no es sospechoso de militar en la derecha, que es un referente mundial en el mundo de la cinematografía, que tiene dos oscar, que ha escrito guiones, dirigido películas, que pinta y que se trata con algunos de los más grandes, afirme que, en su opinión, en este momento político y social somos menos libres.

Porque lo somos. Y además se persigue a los que intentan, intentamos, expresarnos tal como lo sentimos. Días atrás desde el gobierno se han lanzado unas andanadas inconcebibles, absolutamente rechazables, contra periodistas que tratan de ejercer la profesión con rigor. O aunque no lo hicieran, cada uno ejerce la profesión como cree que debe ejercerla, y si no lo hace con la seriedad necesaria y entra en el terreno de la mentira o la difamación, ahí están los tribunales para se pronuncien en función de lo que recojan las leyes. Las andanadas se lanzaron desde Podemos, del partido más intolerante que ha habido jamás en España, más que cualquier otro incluida la extrema derecha, y que desgraciadamente está ahora en el gobierno. No se ha escuchado una voz en las filas socialistas del gobierno -y si la ha habido no ha llegado a esta periodista- , una palabra en defensa de los profesionales que han sido atacados por sus compañeros podemitas.

A ese punto hemos llegado con un gobierno que presume de progresista. Ni progresismo ni gaitas. Es un gobierno que cercena libertades, que limita la libertad de expresión -excepto cuando la ejercen blasfemos o difamadores que militan en la izquierda, o en el independentismo, o en movimientos que todavía justifican el terrorismo. A quienes muestran su disconformidad con las leyes que promulgan, que no quieren circular por el carril feminista diseñado por Montero y Belarra, o que se resisten a dejar de utilizar calificativos que este gobierno considera humillantes o discriminatorios o racistas cuando se han aceptado siempre con absoluta normalidad incluso entre los sectores que podrían sentirse aludidos, se les señala como agitadores sociales a los que hay que mandar a los infiernos.

Vivimos constreñidos, con miedo a lo que decimos y escribimos, con miedo a que nos llamen fachas porque seguimos utilizando el neutro como género para referirnos a grupos de hombres y mujeres, o nos fijamos en la ropa de las mujeres. Estamos hartos de acusaciones de machismo y micromachismo, y de que no aceptamos que el mundo cambia.

Pues claro que cambia, afortunadamente. Pero será para mal si permitimos que impongan su criterio quienes no tienen criterio. Que es lo que está pasando.