El Biobanco de ADN servirá para investigar tumores raros

Ana Torrecillas
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El repositorio incorporará un equipo de investigadores multidisciplinar

Investigadora del CIBIR - Foto: Óscar Solorzano

La Rioja contará con el primer biobanco de ADN y fluidos de su historia sanitario. Un importante paso en el campo de la investigación que equiparará a la región con otras comunidades autónomas que ya cuentan con un centro de esas características. El biobanco de ADN y fluidos se suma al ya existente banco de tejidos y compartirá espacio en la zona de laboratorios del Hospital San Pedro. Todavía es un proyecto, pero el CIBIR ya ha obtenido el permiso para iniciar el procedimiento con el que incorporarán personal a través de un equipo multidisciplinar de médicos, enfermeras y técnicos de laboratorio; nuevos equipamientos y, lo más importantes, las muestras.

Porque las muestras del biobanco de ADN se obtendrán a través de fluidos provenientes de la sangre como plasma, células y líquido encefaloraquídeo aunque también de orina. La entrega de muestras será complemente voluntaria y anónima tanto de pacientes del SERIS como pacientes sanos. Para ello, el CIBIR llevará a cabo una campaña de formación e información para fomentar la donación de esas muestras que conformarán el biobanco de ADN. Y éstas serán   complemente anónimas y en ningún caso se podrá conocer la identidad del donante.

Los biobancos son superestructuras fundamentales para la investigación y que funcionan como un gran almacén de muestras de origen humano de diverso tipo: tejidos tumorales, por ejemplo, muestras líquidas como sangre, orina o  saliva que contienen información de pacientes con patologías. Las muestras se conservan en equipos frigoríficos con temperaturas de 89 grados y estarán manipuladas por un equipo multidisciplinar de investigadores. 

Al frente de ellos, estará el doctor José Ramón Blanco, Director Científico del CIBIR. Para él y su equipo, la próxima puesta en marcha del Biobanco de ADN elevará a La Rioja en el mismo lugar del resto de comunidad autónomas. «El resto de regiones ya cuentan con un biobanco de ADN asociado a hospitales y centros de investigación», señala el doctor, «una vez que lo tengamos en marcha, podemos compartir muestras e investigaciones con otros biobancos de España e internacionales. Todos tenemos el mismo objetivo: mejorar la calidad de vida de enfermos con patologías poco conocidas o bien, aquellas que, en los próximos años van a tener especial importancia». Estamos hablando de tumores poco frecuentes, las conocidas como enfermedades raras y para las que no hay tratamiento en la actualidad o bien, enfermedades infecciosas o patologías neurodegenerativas como la esclerosis múltiple, ELA, Alzhéimmer o Párkinson.

«Con el análisis de muestras de personas con estas enfermedades se podrán beneficiar muchos más pacientes, puede que no de forma inmediata pero sí en el futuro con el desarrolle de tratamientos que mejoren y amplíen la esperanza de vida de estos enfermos», señala el doctor Blanco.

El CIBIR ya ha obtenido la certificación para el desarrollo del biobanco. A partir de ahora, se empieza con el diseño de campañas de concienciación para que los pacientes del SERIS puedan participar en la entrega de muestras. «Creemos que hay mucha sensibilización con este tema», señala, «solemos decir que alguien colabora con la ciencia es un acto de generosidad y colaborar con el biobanco, también».

Medicina de diseño. Las muestras que permanezcan en el biobanco del CIBIR podrán compartirse con otros centros de investigación. Y es una información valiosa porque, por ejemplo, si existe solo un individuo en La Rioja con una enfermedad rara, su ADNpuede ser comparado y analizado con el de otro paciente que está en Polonia. Además, también se podrá estudiar cómo evoluciona la enfermedad en cada organismo y porqué un tratamiento es más efectivo en un enfermo que otro. Pero la muestra de ADN también arrojará luz sobre las características propias de las personas de las que se obtuvieron dichas muestras, sus antecedentes familiares, sus hábitos sociales y alimenticios, las características medioambientales de su entorno de vida y cómo todo esto incide en la enfermedad.

 «Si conocemos, por ejemplo, los mecanismo tumorales de un paciente y otro con la misma enfermedad, vamos a ser capaces de elaborar un tratamiento médico mucho más personalizado y eficaz», apunta el director científico del CIBIR. Se trata de la medicina del futuro, del diseño personalizado de los tratamientos contra enfermedades   que, si bien en la actualidad, no se cuentan con ellos, gracias a la investigación estarán a disposición de generaciones futuras.