La I+D+i pinta bien

El Día
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El fabricante najerano de pinturas y barnices Barpimo desarrolla un recubrimiento capaz de absorber la contaminación ambiental

Barpimo dispone de cinco laboratorios en sus instalaciones de Nájera. El desarrollo de productos innovadores está en el ADN de la empresa riojana. - Foto: Óscar Solorzano

Desarrollar una pintura que atrapa la contaminación ambiental suena a ciencia ficción, pero es algo que no solo existe, sino que es fruto de una investigación y un desarrollo con marchamo riojano. Es una de los proyectos surgidos de los laboratorios y del departamento de I+D+i del fabricante de pinturas y barnices Barpimo, con sede en Nájera, una empresa familiar con proyección internacional que trabaja desde hace ya tiempo en la reducción de componentes químicos y de hidrocarburos y su sustitución por materiales 'bio' y en una política de respeto al medio ambiente y a la salud de trabajadores y usuarios, sin que los productos que lanza al mercado pierdan el doble objetivo de embellecer y proteger todo tipo de soportes.    

Y en esa estrategia de innovación, Barpimo no avanza sola. La empresa lleva a la práctica varios proyectos cofinanciados con fondos europeos FEDER y REACT, tramitados a través de la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (ADER), dependiente del Gobierno de La Rioja.  Por un lado, relacionado con la sostenibilidad en sus instalaciones, la compañía riojana ha reducido el consumo energético con placas solares, ha sustituido su iluminación por tecnología led, ha cambiado las calderas y mejorado el aislamiento, con un importe total del proyecto de 87.513 euros. 

Por otro lado, los fondos públicos también ayudan a llevar a buen puerto tres proyectos de I+D+i para desarrollar pinturas, barnices y resinas con mejores prestaciones y más seguros para trabajadores y usuarios; la puesta en el mercado de nuevos recubrimientos con apantallamiento electromagnético; y la elaboración de una resina libre de isocianatos, con un importe total superior al millón de euros.

«Nosotros ponemos nuestro saber hacer y equipos humanos; las ayudas de las administraciones nos ayudan a financiar proyectos que implican mucho recurso técnico y humano y mucho consumo de materiales y de prueba-error. Y los fondos nos permiten acelerar este proceso de investigación y desarrollo», apunta el director general de Barpimo, José Luis Dueñas.

Y es que la apuesta investigadora de la empresa tiene más trasfondo de lo que pueda sugerir a priori la fabricación de pinturas y barnices. Por ejemplo, Barpimo ha desarrollado una pintura catalítica con un recubrimiento que contiene nanopartículas que al recibir luz absorben la contaminación existente en el ambiente. Mediante un proceso químico, la pintura recoge esa polución en forma de polvo, que luego puede recogerse y limpiarse, sin que ese efecto se agote. «Es un sistema que permite eliminar parte de la contaminación del ambiente a partir de una reacción química, de manera constante y continua», explica José Luis Dueñas, que apunta las múltiples aplicaciones que puede tener esta innovación, desde bancos y demás elementos del mobiliario urbano, a fachadas o la pintura de los pasos de cebra. 

La empresa testeó la efectividad de este innovador recubrimiento en sus instalaciones, con dos cabinas en cuyo interior se instalaron bancos y farolas y se simularon pasos de cebra, en un caso recubiertos con la pintura catalítica y en el otro sin ella. En ambas se introdujo humo del tubo de escape de un coche y el experimento demostró que la calidad del aire mejoraba considerablemente en la que tenía el tratamiento catalítico.

«Con la sensibilidad medioambiental de hoy en día y canalizándolo a través de los ayuntamientos, este producto puede ayudar a reducir la polución», señala el director general, que matiza que la pintura está ya  en fase de comercialización principalmente con administraciones públicas, dado su enfoque hacia el mobiliario urbano. 

 

Barrera contra el radón. Y no es el único proyecto de Barpimo para lograr recubrimientos que mejoren la salubridad ambiental. Otra de sus investigaciones se centra en lograr una pintura que proteja contra el efecto del gas radiactivo radón, muy presente en la Península Ibérica y que puede provocar cáncer. La idea es comercializar una pintura con un efecto de apantallamiento que crea una barrera contra el radón, aplicada, por ejemplo, en el interior de una casa. 

La búsqueda resinas, uno de los componentes básicos de las pinturas, que no contengan isocianato es otra de las líneas de I+D+i en las que trabaja el fabricante de Nájera, dado que es un componente químico peligroso. Y en este proceso de investigación, la empresa ha colaborado con el centro tecnológico Tecnalia, apunta el director financiero, José María Sáinz. 

Barpimo tiene una fábrica propia de resinas y en su estrategia está el reto de eliminar compuestos químicos para hacerlas más ecológicas  y trasladar esas mejoras al producto final, que son las pinturas. «Nuestro objetivo es mejorar y eliminar riesgos en la manipulación durante la fabricación de las resinas; al ser una empresa familiar interpretamos a las personas como la clave de la organización y tenemos una obligación empresarial  y moral de cuidarlas y de un máximo respeto», manifiesta Dueñas.

Hay otra innovación que lleva el sello de la firma najerana, y que se centra en la madera como material de construcción y en paliar dos de sus debilidades: vulnerabilidad al ataque de insectos y microorganismos y al fuego. La idea es proteger la madera con recubrimientos con base de agua contra ambos riesgos. «El objetivo es que el día de mañana pudiéramos ver un rascacielos con una estructura de madera», indica el director general.

 

Entre Nájera y Polonia

Barpimo lleva arraigada en Nájera más de 60 años y es de las pocas en todo el país de su sector y de su tipología de empresa familiar que fabrica las tres líneas de recubrimiento, la de madera, metal-mecánica y decoración, con una amplia gama y plan de marketing propio. La compañía tiene una plantilla 202 empleados, de ellos 186 en Nájera, de los que 25 son técnicos que trabajan en sus cinco laboratorios. Además, el fabricante riojano de pinturas y barnices tiene una filial en Polonia, con otros 40 trabajadores, desde donde cubren el mercado de Europa central y sirve como plataforma exportadora hacia todo el norte del continente. Hay también operadores logísticos en varias regiones españolas. Sus pinturas y barnices se venden en 25 países. En su vertiente solidaria, la empresa puso en marcha un proyecto de ayuda a Ucrania, con una recaudación de más de 30.000 euros. Además, sostiene dos pisos tutelados en Varsovia.