Con un peso del 10,6% del PIB industrial riojano y la generación de 3.000 empleos directos, el sector de componentes de la automoción parece que se asoma a un escenario más favorable para una actividad que arrojó el año pasado unos datos positivos de comercio exterior. En nuestro país, la exportación de estos artículos alcanzó los 22.669 millones de euros, con un crecimiento del 15,4% respecto al año precedente, alcanzando una cifra récord. El aumento en La Rioja fue similar, al pasar de 38 millones en 2021 a los 45,6 del último ejercicio y, aunque ha logrado superar los 43,8 de 2019, la cifra queda aún lejos de los 58,6 millones de 2018. «Las sensaciones son un poco mejores», afirma David Rueda, secretario general del clúster de automoción que, aunque considera que es aún pronto para lanzar las campanas al vuelo, apunta que se vislumbra cierta recuperación.
Añade, no obstante, que «eso no quita» para que siga habiendo paradas por escasez de microchips u otras circunstancias, una serie de acontecimientos que hacen pensar al sector que no van a estar «al 100%». La cuestión es saber «si vamos a estar al 80%, como el año pasado, o más cerca del 100%», afirma Rueda, que explica que están adaptándose al ritmo de la cadena de suministros, que es la que marca «el tempo» que las empresas riojanas han de seguir.
A pesar de este optimismo contenido, señala que la incertidumbre sigue cubriendo de sombras la situación de sector del automóvil, que continúa sometido, tanto a nivel nacional como europeo, a paradas e interrupciones en diferentes plantas, al igual que lo sucedido los dos últimos ejercicios.
En este aspecto, Rueda indica que no generan sorpresa los avisos de paradas, que se convirtieron en endémicos en pandemia debido a la falta de semiconductores y que obligaron a los centros de producción a someter a sus plantillas a expedientes temporales, que siguen replicándose, aunque no están suponiendo un grave impacto en el volumen de activos.
«Las plantillas se mantienen, porque no se está despidiendo trabajadores», afirma el representante del sector de la automoción riojana, que señala las contrataciones se están dirigiendo a personal cualificado en puestos de responsabilidad.
El futuro. Hay otro factor, que en principio no debe afectar a la industria riojana y que marca el futuro a corto plazo el sector, al quedar prohibida a partir de 2035 la venta de coches a combustión.
El desarrollo de la automoción vendrá marcado por el sistema de propulsión eléctrico, y el hecho de que Volkswagen vaya a construir una fábrica de baterías en Sagunto es beneficioso para las fábricas de automóviles en España y, consecuentemente, para las de componentes instaladas en LaRioja. «La batería tiene un peso muy importante y si no tienes cerca su producción, significa que vas a fabricar pocos coches eléctricos», señal Rueda, que incide en que «cuanto más cerca esté el centro de gravedad del sector, más beneficioso es para una empresa».
El Perte de la automoción, un instrumento llamado a impulsar esta industria, ha tenido escasa incidencia en La Rioja, donde solo dos empresas, Avanzare y Zeplas, ?han logrado entrar en dos proyectos primarios dentro de los presentados por Stellantis y Faurencia con una suma conjunta de 1,5 millones. En el caso de Avanzare, en el proyecto desarrollado en Figueruelas, pretenden desarrollar una tecnología pionera en el mundo para el diseño de un circuito eléctrico carente de cables que se logra mediante el uso del grafeno [la compañía de Navarrete es líder europeo en su fabricación] introducido en plástico para hacer más ligero el coche. En el de Faurecia, grupo de origen francés que desarrolla, elabora y comercializa equipos para fabricantes de automóviles: asientos, sistemas de interior; o tecnologías de control de emisiones, su función es también hacer más livianas las estructuras del vehículo.