La ganadería en alerta con 21 explotaciones con tuberculosis

Javier Alfaro P.
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Dos de las explotaciones afectadas son de cabras y han sido íntegramente sacrificadas, el resto son de vacas. Los animales silvestres, como jabalíes, ciervos, y corzos, facilitan la transmisión de la enfermedad

Vacas en una explotación riojana, en una imagen de archivo. - Foto: Óscar Solorzano

La tuberculosis ya ha entrado en 21 explotaciones ganaderas riojanas en los dos meses y medio que van de 2023. De ellas, dos son explotaciones extensivas de cabras, que han sido íntegramente sacrificadas; y las otras 19, de vacas.

Según los datos contabilizados oficialmente por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población de La Rioja, el año pasado hubo 57 explotaciones en las cuales existieron animales con resultados positivos, si bien la campaña finalizó con 27 explotaciones positivas. No se han ofrecido cifras totales de reses sacrificadas. 

Esto supone que apenas avanzado un 21% del año, ya se han dado el 36,84% de los casos que se habían producido en 2022.

«Los animales silvestres, como jabalís, ciervos y corzos, están actuando como reservorio de esta enfermedad infectocontagiosa», explica Ulpiano Fernández, veterinario de Arag-Asaja, que apunta que «cada vez están saliendo más casos, especialmente en las explotaciones de vacuno».

En este aspecto, la Consejería mantiene activo un programa de control de esta enfermedad en la fauna silvestre a través de la toma de muestras de animales abatidos en cacerías -utilizadas como principal acción de control poblacional-, detectándose Mycobacterium bovis (la microbacteria de la tuberculosis bovina) en un importante número de jabalíes, coincidiendo el tipo de agente causal con el detectado en las vacas. 

Actualmente, al haber tantos casos se ha optado por un sistema que envía las reses afectadas a «cebaderos que llaman sucios, en los cuales se termina el ciclo de engorde, con salida directa al matadero, sin opción de libre comercialización», apunta Fernández. De esta forma se minimizan riesgos.

El riesgo de contagio a humanos es mínimo, gracias al gran control existente en la cadena alimentaria. Si bien, sí es posible que pueda afectar a los propios ganaderos y a los matarifes que están en contacto con los animales vivos en forma de tuberculosis zoonósica; y, en algunos casos, mediante el consumo de lácteos elaborados con leche cruda. Una vez sacrificadas las piezas son analizadas y únicamente se aprovecha la carne cuando existen suficientes garantías para ello.

 

Implicación pública.
a normativa con la que trabaja el Gobierno de La Rioja implica que ante la aparición de positivos en una explotación, los animales positivos deben de ser sacrificados y la ganadería indemnizada, además de aplicar las pertinentes medidas de bioseguridad, centradas en la limpieza y desinfección de los espacios en los que han vivido.

Los programas de vigilancia se llevan realizando muchos años. Ya a finales de los 90 se hacían vaciados intensivos en las granjas, que implicaban la eliminación de todos los animales. Existen también programas de control y erradicación de enfermedades que afectan a los animales, que se hacen no solo por su importancia en la sanidad animal, sino también por cuestiones de salud pública, comercio pecuario seguro y rentabilidad de las explotaciones. 

Habitualmente en las explotaciones ganaderas se hace un diagnóstico anual con pruebas a todas las cabezas de ganado, se sacrifican las reses positivas, se limita el movimiento pecuario, y se repiten las pruebas, además de la limpieza y desinfección.

Actualmente, los intentos de erradicación de la tuberculosis bovina son los que más recursos emplean, sobre todo por el incremento en las prevalencias de rebaño de esta enfermedad. Solo en 2022 se realizó un gasto de 291.967 euros en la ejecución de las campañas y de 265.485 en indemnizaciones por sacrificio obligatorio de reses positivas, gastos materiales incluidos. Además, la Consejería habilitó ayudas directas a las explotaciones afectadas con 63 beneficiarios, por valor de 154.875 euros. Para estas acciones las comunidades cuentan con ayudas estatales y europeas.

 

Sin viruela ni lengua azul.
A diferencia de otras regiones, en La Rioja no se han dado casos de viruela ovina ni de lengua azul, indican desde Arag-Asaja. Sobre esta última, en algunas autonomías se está llevando a cabo una campaña de vacunación, aunque no hay temor de que se dé en esta zona.

«Crucemos los dedos para que siga así, bastante es la tuberculosis y el lobo», afirma Fernández.