La fuerza de la mente

David Hernando Rioja
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El riojano Eduardo Gómez del Casal emigró a Estados Unidos para jugar a baloncesto. La vida le ha llevado a sufrir una fuerte depresión que casi acaba con él pero la superó

Eduardo Gómez del Casal dando una charla en un colegio de Estados Unidos. - Foto: Eduardo Gómez del Casal

Viajar a Estados Unidos en busca de un sueño, ser profesional del baloncesto. Luchar duro por conseguirlo, dar los pasos adecuados e incluso rozarlo con los dedos de las manos. Entre medias, tener una buena vida social y casarte. Pero todo se acaba por culpa de una grave lesión en la espalda, lo que hace que entres en un agujero de negro que te hace perder todo.

Esta es la historia del riojano de 28 años, Eduardo Gómez del Casal, que fue becado en 2014 para jugar a este deporte en California. «Allí estuve tres años y luego me  transferí a Dakota del Norte, donde acabé la carrera universitaria, me casé y busque un futuro profesional en el mundo del baloncesto. Tuve una oferta para jugar en un equipo europeo pero en un entrenamiento tuve una lesión en las vértebras L1 con la L5 y se me acabó el baloncesto de por vida», relata.

Recuerda que aquella situación le llevó a un sitio «muy oscuro mentalmente», y se siguió agravando cuando se divorció, se enteró del fallecimiento de su prima tras un accidente de coche y vivió la pandemia de la Covid-19. «Todo eso me llevó a una depresión en mayo de 2021», señala.

Esa depresión dio paso a un deseo oscuro, el suicidio. «Llamé a mis padres para decirles que les quería mucho y que estaba muy orgulloso de ellos, pero en realidad les quería dar pistas de lo que quería hacer», rememora.

Pero todo cambió cuando su madre contestó al teléfono y le contó que iba a tener una sobrina. «Ser tío fue una sensación muy bonita. Eso me hizo decirme que tenía que salir de esta situación», asegura.

Cuenta que otros motivos por los que decidió dar un paso al frente fue el dolor que le iba a causar a su familia, ya que «no entendía la magnitud de lo que quería hacer y fui bastante egoísta»; y que en el futuro quería estar en la posición de su hermano y poder formar una familia. «Estando en el peor momento de mi vida, me di cuenta de que quería tener una vida solitaria y de cura para ayudar a otros», subraya.

En ese momento nació su actual negocio, Relentless Coaching, una empresa relacionada con la nutrición y el fitness, que poco a poco ha ido evolucionando hacia otras facetas, como la psicología, las finanzas, la fe y la familia. «Una mala  nutrición y un mal estado de forma física no ayuda a la ciudadanía, ya que les hace sentir con poca confianza. Por eso pensé que esto va a servir para que no lleguen a una zona psicológica peligrosa», detalla.

En resumen, explica que sus clientes acuden a él para tener una vida muy buena a través de la nutrición y el fitness, pero «mi equipo y mis expertos les ayudan a tener una mente sana, a controlar sus finanzas y a tener un modo de vida familiar saludable».

100 días. Por otro lado, Gómez del Casal recuerda que este 2023 iba a tener muchos proyectos pero «no empezó como yo quería porque me diagnosticaron una hernia en febrero, cuya recuperación fue de 12 semanas en vez de seis». Cuenta que tuvo la necesidad de salir de aquella situación y decidió viajar por Estados Unidos con la idea de impactar y ayudar, algo que ha hecho durante los últimos 100 días.

Este riojano ofrece sus servicios de forma gratuita con el propósito de ayudar en empresas, colegios o institutos. A través de su historia personal trata de analizar y motivar a las personas para que trabajen e interactúen mejor entre ellos.

Otra manera de inspirar y defender la necesidad de una buena salud mental fue correr la maratón de Chicago sin preparación. «El objetivo no era hacer tiempo, sino correrla y demostrar que todo se puede hacer con mentalidad positiva», destaca este riojano.

Sus conceptos de nutrición y de saber dosificarse le bastaron para pensar que podía conseguirlo.

«Lo hice por mi abuela, que actualmente sufre alzheimer pero sigue batallando; por su depresión y por amigos suyos que están pasando por ella; para combatir el suicidio; y por las personas que ha perdido», concluye.