Uno de los compromisos del Gobierno, anunciado por el propio presidente Pedro Sánchez durante la campaña electoral para las pasadas elecciones generales y recordado en su discurso de investidura, fue la aprobación de una Ley de Agricultura Familiar que sirva para fomentar, apoyar y proteger este modelo productivo. Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) han reclamado a las fuerzas políticas que negocien para dar un «empujón legislativo» a la norma y que esta se haga realidad.

UPA, que participó la semana pasada en Vitoria en la VIII Conferencia Global de Agricultura Familiar, organizada por el Foro Rural Mundial, recuerda que este modelo productivo afronta «graves amenazas que ponen en peligro su supervivencia», como el cambio climático, la especulación, los conflictos geopolíticos, los elevados costes de producción, las presiones de otros modelos productivos y los desequilibrios en la cadena alimentaria.

La organización agraria reclama a todos los partidos políticos que «se retraten en un apoyo verdadero al campo y dejen a un lado el debate partidista» para lograr aprobar la Ley de Agricultura Familiar, que debe servir para «proteger a las explotaciones familiares frente a la presión que sufren por parte de inversores sin escrúpulos, normativas con efectos perversos y embates legislativos de diversa índole».

UPA pide avanzar en los debates sobre esta ley y consideran que para ello lo lógico es contar con el Comité de España del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (CEDAF). Este Comité, que coordina UPA, tiene ya un trabajo muy desarrollado sobre los problemas, amenazas y oportunidades de futuro de la agricultura y ganadería familiares, por lo que la organización propone contar con esta entidad en el desarrollo del texto.

La agricultura familiar es un modelo productivo formado por millones de hombres y mujeres en todo el mundo que gestiona hasta el 80% de las tierras agrícolas y produce más del 80% de los alimentos del planeta. En Europa, el 94,8% de las explotaciones son de carácter familiar (Eurostat, 2022). Un sistema productivo basado en una fuerza de trabajo mayoritariamente familiar y estrechamente vinculado al territorio que lucha por su futuro en un contexto de grandes dificultades.

Para apoyar a la agricultura familiar, considerado el modelo más sostenible y que aporta mayores beneficios a la sociedad, desde UPA creen que es «imprescindible» facilitar una transición justa, garantizando la viabilidad de las explotaciones, adoptando modelos más agroecológicos de producción, facilitando la mitigación y la adaptación frente al cambio climático y construyendo «comunidades rurales vivas» en las que el sistema agroalimentario sea el puntal económico, ambiental y social.

Conferencia Global.

La 'VIII Conferencia Global de Agricultura Familiar: Sostenibilidad de nuestro Planeta', organizada por el Foro Rural Mundial (FRM) la semana pasada en Vitoria, reunió a más de 200 representantes de destacadas organizaciones de agricultura familiar, plataformas regionales, gobiernos, organismos internacionales, centros de investigación, organizaciones de consumidores, de mujeres y de jóvenes, así como comités nacionales de la agricultura familiar de los cinco continentes.

Los asistentes recalcaron que en estos cinco años de implementación del Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar (DNUAF) 2019-2028, se han logrado avances significativos. No obstante, este modelo productivo continúa enfrentando enormes desafíos, «que solo lograremos superar si redoblamos los esfuerzos conjuntos, si avanzamos en el reconocimiento de su rol vital y protagónico para la construcción de respuestas a la crisis climática y la transformación de los sistemas alimentarios, intensificando los apoyos para desplegar todo su potencial».

En Vitoria se conocieron y discutieron iniciativas y experiencias exitosas, de ámbito territorial, nacional y regional, impulsadas por un amplio abanico de actores. También se definieron acciones prioritarias que impulsen la implementación del Decenio en los próximos cinco años y aborden los desafíos emergentes del planeta y de la agricultura familiar en particular.

Los asistentes hicieron un llamamiento a promover políticas integrales que reconozcan la multidimensionalidad de la agricultura familiar y su vínculo con agendas cruciales como alimentación, nutrición, salud, tierra, biodiversidad, clima, pobreza y desigualdad. «Es esencial respaldarlas con recursos adecuados y marcos normativos robustos que cuenten con mecanismos de participación y diálogo social. Es momento de actualizar herramientas, innovar y fortalecer las capacidades de las instituciones públicas, las organizaciones de la agricultura familiar y todos los agentes involucrados para ello», remarcaron.

Los organizadores del evento concluyeron que «la conferencia ha representado un valioso espacio para reflexionar sobre los logros alcanzados, para identificar áreas de mejora y desafíos, tanto los existentes como los emergentes, y para proponer un camino sólido y firme para avanzar hacia adelante en todos los niveles, nacional, regional y global. Compartimos experiencias, construimos deseos y referencias comunes que nos animan hacia un futuro más equitativo, próspero y resiliente para toda la humanidad».

A mitad del decenio.

El Año Internacional de la Agricultura Familiar 2014 (AIAF) constituyó un éxito gracias a la participación de los organismos de las Naciones Unidas, gobiernos, organizaciones de agricultores familiares, sociedad civil, sector privado, el mundo académico, las instituciones de investigación y otros actores, que aunaron esfuerzos y solicitaron el desarrollo de un entorno normativo propicio para realzar la importancia de la agricultura familiar en todo el mundo. Algún tiempo después, el 20 de diciembre de 2017, tras una campaña organizada por la sociedad civil y respaldada por organizaciones internacionales, gobiernos y otras partes interesadas, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó 2019-2028 como el Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (UNDFF). El objetivo es aunar los esfuerzos de la comunidad internacional para promover políticas, programas e iniciativas que refuercen la posición de los agricultores familiares para liderar los cambios económicos, medioambientales y sociales que afectan a las zonas rurales y a todo el planeta.