"No hay que fustigarse por los excedentes de vino en Rioja"

Gustavo Basurto
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Huye de tesis catastrofistas y tiene fe ciega en el empuje de pymes y autónomos riojanos. Pedro Pisonero es el director general de Iberaval, una sociedad de garantía que facilita financiación avalando operaciones de crédito.

Pedro Pisonero. - Foto: Iberaval

La financiación es la sangre que corre por las venas de las empresas, le gusta decir a Pedro Pisonero. Y el tejido empresarial riojano no debe andar mal de pulso, a juzgar por la actividad crediticia de la sociedad de garantía que dirige. Iberaval ha formalizado de enero a marzo de este año en La Rioja 89 operaciones por un valor de 12,4 millones de euros, un 166% más que un año atrás. La entidad tiene en la región 1.100 empresas garantizadas, que se traduce en el mantenimiento de 6.200 empleos. Pisonero apela al optimismo y cree que «fustigarse» pensando que las cosas van mal es irreal y no conduce a nada. 

La economía y la sociedad han superado la pandemia del Covid y ahora una de las amenazas está en el alza de los precios. Usted ha dicho en varias ocasiones que las empresas pueden aguantar la escalada del IPC; ¿hasta cuándo?
Cuando entramos en pandemia, todos hicimos nuestros análisis de estrés, pensando que iba a haber muchas cosas que funcionarían mal. Confieso que nosotros pensamos en 2020 que la hostelería iba a funcionar francamente mal y es evidente que nos equivocamos, porque está funcionando francamente bien. Ahora, lo importante no son tanto los análisis sectoriales , sino los de capacidad de gestión de cada empresa. Y se empieza a ver las que son capaces de adaptarse rápidamente, las que deciden aguantar sin adaptarse y empiezan a tener problemas, etc. Es decir, parte de nosotros dijimos que iba a haber problemas muy graves y es evidente que no los ha habido desde el punto de vista empresarial tras superar la pandemia y las cosas están funcionando razonablemente bien.  Sirva como ejemplo que el crecimiento del producto interior bruto del año pasado ha estado nada menos que en el entorno del cuatro por ciento, cuando lo creíamos  al comienzo del año 2022.

¿No ve problema en la alta inflación?
Es verdad que tenemos una inflación muy fuerte, pero podemos recordar el precio de la gasolina o el gasóleo de hace un año y del de ahora mismo o el del precio del gas al comienzo del invierno y el actual. Es verdad que los precios de los alimentos y de la cesta de la compra están subiendo, pero los últimos  datos son de inflación a la baja, aunque nos sorprendan a todos. Hay que analizar el conjunto, no solo la cesta del supermercado, que es verdad que todavía mantiene precios bastante altos, pero con subidas menores que los que teníamos anteriormente. Por tanto, sí que tenemos una inflación alta, pero decreciendo en no demasiado tiempo. Y esto, de momento, las  empresas lo pueden soportar. Insisto en que todas no, pero sí la gran mayoría de ellas. Y aunque los márgenes van cayendo, las empresas están resistiendo y siendo capaces de atender a sus préstamos. 

Tampoco ayuda a la recuperación de las economías doméstica y empresarial la subida de los tipos de interés. ¿Se avecinan tiempos difíciles para ambas?
Es cierto que los tipos de interés han subido notablemente. Pero hay que recordar que veníamos de tipos de interés del cero por ciento e incluso negativos, que los más viejos del lugar no habíamos visto en toda nuestra historia profesional. Es muy difícil explicar a alguien, aunque como consumidores nos beneficie, que haya tipos de interés negativos, lo que querría decir que el dinero no tiene valor, sino que es algo que no merece la pena tener, algo parecido a la basura. Y eso no parece tener mucho sentido, sino que tenía que ver con políticas desarrolladas para intentar que los costes financieros, sobre todo para los estados, y también para empresas y particulares fuesen menores. Ahora estamos en tipos de interés altos, pero probablemente estemos ya viendo la parte de arriba; no sé si serán exactamente estos o un poquito más o menos, pero parece que no hay ya tendencia de crecimientos altos porque es el método de lucha contra la inflación, que aunque no esté controlada, está decreciendo. Por tanto, sin duda se puede trabajar con tipos de interés como estos, aunque los márgenes y los niveles salariales se tienen que adaptar a ellos.  

Otra amenaza es la sequía. En La Rioja peligran cultivos. ¿En qué puede ayudar Iberaval al sector agrario ante un imponderable como el clima?
Las sequías que ahora se reproducen cada menos tiempo son históricas. Nuestros abuelos nos hablaban de sequías de años consecutivos , no tantos como ahora, pero sí nos hablaban de sequías; y salieron adelante. El sector primario, que depende de un factor exógeno como es la lluvia, que unas veces cae y otras no, es terriblemente resiliente. Sabe que no todos los años irá bien y es capaz de ahorrar en los buenos años para compensar los malos. Iberaval puede ayudar financiando los problemas de exceso de gasto de un año y pasarlos para poder compensarlos a lo largo de dos o tres años  o los que necesiten para asumir esa pérdida. Tenemos una tranquilidad enorme y una confianza sistemática en el sector primario, aunque sabemos que tienen épocas malas, pero nuestras puertas están abiertas para trabajar con ellos en financiaciones del tipo que consideren, tanto a dos o tres años como a cinco o seis, si lo necesitasen.

Hay también inquietud en el vino de Rioja, con un problema de excedentes que casi 140 bodegas quieren destilarlos como alcohol por la caída de las ventas. Iberaval ha estado tradicionalmente muy cerca de los productores vitivinícolas. ¿Será preciso un esfuerzo extra de financiación en el sector?
Ya lo hicimos y funcionó francamente bien hace dos años, por lo que no hay razón para plantearse que en una situación como la actual no podamos hacerlo. Pero ahora el problema no tiene que ver con la producción del campo, sino que este año la misma producción está generando un problema de comercialización, de acumulación de stocks. El análisis es ver si las redes comerciales tienen que reforzarse o reorientarse para dar salida a los niveles de producción. Sabemos que hay no pocas bodegas que están haciéndolo y otras a las que les costará más tiempo poder adaptarse a esta situación, pero pesimismo no hay. Nuestra estrategia, en general en el sector primario y agroalimentario de transformación, siempre es apoyar a las empresas que tienen viabilidad. Lo hicimos en la crisis durísima de los años 2010 a 2011 y funcionó francamente bien y nuestro planteamiento ahora es seguir en una línea similar. 

¿Que una Denominación de Origen consolidada y con prestigio como Rioja tenga dificultades para colocar su vino y además con precios bajos resulta preocupante?
Lo que parece es que necesita un plan de acción para volver a la situación que tenía inicialmente. El vino de Rioja ha tenido una valoración muy positiva en los mercados exteriores, que este año, sobre todo el inglés, están dando problemas  por cuestiones internas, lo que ha hecho que se retraiga el consumo. El sector productor vinícola lo que necesita es reorientar su canal habitual de ventas hacia otros mercados en los que poder trabajar. No hay duda de que es un indicio de que hay que cambiar cosas, pero solo en el sentido de mejorar la gestión comercial, no en el sentido de que el sector pudiera entrar en declive.

¿Lo ve como una cuestión coyuntural o estructural?
Es una cuestión de readaptación de las redes comerciales, que las hemos focalizado en determinados países y que tienen que reorientarse hacia otros. Cualquier problema de este estilo en cualquier compañía exige hacer un análisis y un plan de acción para llevarlo a cabo, pero nuestro enfoque tiene que ver mucho más con aspectos conyunturales que con los estructurales.

Iberaval tienen su origen en Castilla y León y buena parte de su actividad se desarrolla en esa Comunidad, donde también el vino es un negocio muy relevante, sin ese problema de excedentes. ¿Se han hecho mejor las cosas allí?
Han ocurrido múltiples factores. Pero los niveles de producción que tiene La Rioja son mucho más altos que los de Castilla y León, por ejemplo en Ribera del Duero. Es cierto que en Castilla y León han hecho un esfuerzo comercial cada vez más fuerte e incluso colocan más vino en España que fuera, cosa que no ocurre con Rioja, pero también tienen luces y sombras. Y si hablamos de los verdejos, tienen una demanda muy alta en nuestro país y eso ha permitido que la comercialización sea más sencilla. Pero no creo que sea el momento de fustigarnos por las posiciones que tenemos, sino el de hacer los ajustes comerciales que necesitemos para dar salida a las producciones. Y eso lo que necesita es financiación para aguantar un año, dos o tres para darles salida; no creo que el problema de excedentes en Rioja de este año tenga más profundidad. 

Ustedes dirigen su actividad de concesión de avales y financiación sobre todo a pymes y autónomos, que son la columna vertebral en La Rioja. Son por tanto un buen termómetro. ¿Cómo ve a la economía riojana?
En este trimestre, la economía riojana está haciendo un nivel de inversión, en nuestra actividad, que es el 43 por ciento de toda la actividad financiera que hemos hecho en La Rioja. Eso está muy por encima del 25 o 30 por ciento habitual. Puede chocar la incertidumbre de la que se habla con las inversiones que se están haciendo. Es cierto que esto tienen que ver con un producto muy apoyado por el Ministerio que hace que los costes financieros se reduzcan prácticamente a la mitad sobre los habituales, pero ciertamente se está haciendo inversión.  Y además, la actividad de lo que llevamos de 2023 respecto del mismo periodo del año anterior es muy significativamente superior, lo que significa que en los periodos de incertidumbre se necesita dinero para refinanciar operaciones o para la tesorería diaria hay un nicho de mercado en el que nosotros podemos actuar. Y nosotros seguimos mucho una filosofía que se parece mucho a la de las antiguas cajas de ahorros en sus tiempos gloriosos o a la de las cajas rurales actuales para estar muy próximos a los clientes, que son autónomos o pymes. Y eso nos da una fortaleza enorme, porque ellos corresponden a ese apoyo atendiendo puntualísimamente a sus créditos.

Estamos a las puertas de unas elecciones. Ustedes mantienen una línea intensa de colaboración con el Gobierno regional. ¿Cree que se mantendrá gane quien gane?
Por encima de la política está la sociedad. No sé lo que ocurrirá a futuro en La Rioja, aunque creo que es claro. Iberaval ha trabajado estupendamente con la actual Administración y lo hizo también con la anterior y no era del mismo signo político; y la siguiente Administración, sea quien sea, verá que el apoyo de una entidad como la nuestra, con ánimo de lucro cero y que se plantea apoyar a pymes y autónomos, beneficia a todos.

 

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