Plantación de 3.681 árboles más entre El Arco y La Grajera

El Día
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El proyecto de repoblación en dos parcelas municipales se incluye en la iniciativa Red Española de Ciudades por el Clima y busca la recuperación paisajística y ambiental y la absorción de CO2 de la atmósfera para compensar la huella de carbono local

Zonas verdes en El Arco por las que discurre un tramo del Camino de Santiago, en una imagen de archivo. - Foto: Ingrid

El Ayuntamiento de Logroño ha aprobado la memoria de obras de gestión forestal de dos parcelas municipales en el paraje conocido como Prado Paterna, ubicadas a la salida del barrio de El Arco, en dirección al Parque de La Grajera y lindando con el Camino de Santiago. Gracias a este proyecto, que se incluye en la iniciativa 'Red Española de Ciudades por el Clima' de la Federación Española de Municipios y Provincias, se plantará un total de 3 681 árboles de cinco especies autóctonas. 

 

El Consistorio ha dado el visto bueno al expediente de contratación y a la apertura del proceso de licitación de las obras, que contará con un gasto de 104 023,49 euros y un plazo de ejecución de unos dos meses. El proyecto tiene una vigencia de 30 años, ya que el Ayuntamiento se compromete, además de la repoblación, a llevar a cabo los trabajos de conservación de la masa forestal creada durante todo este tiempo. Además, la masa forestal creada formará parte de un proyecto para la captación de CO2 en el marco de la inscripción de proyectos de absorción en el registro del Ministerio de Transición Ecológica. 

 

El concejal de Medio Ambiente, José Manuel Zúñiga, ha presentado esta mañana el proyecto y ha indicado que "el objetivo de esta iniciativa es, por una parte, la recuperación protectora, paisajística y ambiental de estas dos parcelas, de 44 291 metros cuadrados, mediante la mejora de su cubierta vegetal y con la repoblación de cinco especies autóctonas, como son 1 473 pinos (pinus halepensis), 920 ejemplares de taray (tamarix spp), 920 acebuches (olea europea, variedad sylvestris), 184 algarrobos (ceratonia siliqua) y 184 majuelos (crataegus mongyna)".  

 

Asimismo, ha señalado José Manuel Zúñiga, "el proyecto también tiene la finalidad de convertirse en un sumidero de emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la absorción de CO2 a la atmósfera y compensar así la huella de carbono municipal. Los árboles que se utilizarán en la plantación son de tamaño reducido, ya que el proyecto se plantea en un escenario a 30 años, a lo largo de los cuales se calcula que la repoblación planteada contribuirá a la absorción de unas 320 toneladas de CO2 procedentes de la atmósfera, que serán contabilizadas para compensar la huella de carbono emitida por la ciudad". 

 

"El proyecto que desarrollará el Ayuntamiento de Logroño también mejorará las 4,4 hectáreas de superficie de estas parcelas municipales, ya que se disminuirán los procesos erosivos, se generará un hábitat considerado capaz de albergar fauna autóctona y, además, significará la creación de una nueva zona de recreo de gran riqueza natural para los habitantes de la ciudad", ha subrayado el concejal de Medio Ambiente. 

 

Especies autóctonas 

Para la elección de las especies a utilizar en la repoblación de las parcelas se han tenido en cuenta las características naturales del entorno, así como la vegetación potencial que ésta permite. Así se han seleccionado las siguientes especies:  

  • Pinus halepensis 

  • Pino carrasco. Conífera siempre verde de tamaño mediano que aguanta bien las temperaturas altas y la sequía. Se trata de una variedad que crece sobre suelos básicos, incluso en los yesíferos, capaz de prosperar en terrenos pobres y áridos. 

  • Tamarix Spp. 

  • Taray. Árbol muy ramificado desde abajo, con ramas muy finas y largas. Crece en cualquier tipo de suelo, también en los salinos. Son ejemplares muy rústicos y resistentes, capaces de crecer en terrenos pobres y degradados, que soporta la sequía y sequedad del ambiente. También aguanta fríos y heladas. 

  • Olea europaea, variedad sylvestris 

  • Acebuche. Arbusto o árbol pequeño, de hasta 10 metros de altura, espinoso, con hojas aovadas o lanceoladas, de tronco y porte irregular. Presenta cierta preferencia por suelos ricos básicos, aunque es indiferente al tipo de sustrato. También es una variedad que resiste la sequedad ambiental y del suelo, así como fríos moderados de hasta -5 grados. 

  • Ceratonia siliqua 

  • Algarrobo. Árbol perennifolio que pocas veces supera los seis metros de altura, de copa amplia y densa en los ejemplares viejos. Estos ejemplares tienen corteza gris y lisa y se trata de una especie tolerante a la aridez y que es muy interesante desde el punto de vista ecológico, ya que sirve de refugio a diferentes aves y mamíferos. 

  • Crataegus monogyna 

  • Majuelo. Árbol caduco de entre 4 y 6 metros de altura, de porte esférico, con proyección máxima de copa de unos seis metros de diámetro. Su tronco no siempre es único, con la corteza marrón negruzca a pardo grisácea y con grietas longitudinales espiraladas. También tolera suelos calizos y salinos, además de soportar el pleno sol.  

La densidad de plantación elegida para este proyecto es de 833 plantas por cada hectárea. El 40 % de la superficie total se repoblará con pinos, el 25 % con acebuches y otro 25 % con la especie taray. Un 5 % se dedicará a algarrobos y el 5 % restante a majuelos. 

 

Cartelería temática y gestión forestal  

Una vez realizada la plantación, se proyecta colocar en las parcelas carteles temáticos con estructura de madera para informar a la ciudadanía sobre el proyecto, así como sobre los objetivos que se persiguen. 

Asimismo, una vez haya sido realizada la repoblación, se ha planteado un plan de gestión para las parcelas con el fin de registrarla como proyecto de absorción de CO2 del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) dentro de la tipología A (repoblaciones con cambio de uso de suelo, en este caso de pastizal a forestal). 

Los objetivos de esta gestión son la persistencia de las masas forestales, la generación de beneficios ambientales y la obtención del máximo rendimiento en bienes y servicios hacia la sociedad, como la optimización de la captura de dióxido de carbono para mitigar los efectos del cambio climático, la mejora ambiental y paisajística con el cambio de uso del suelo, así como mejorar las propiedades del suelo a través de un control de los procesos erosivos y el aporte de materia orgánica.