«Gaza ya era una cárcel en la que nadie puede entrar ni salir»

G.B.
-

Fares Khader, un palestino de Gaza afincado en Logroño desde hace 10 años, ha perdido a un hermano en los ataques israelíes. «No bombardean a Hamás, sino a toda la población», relata con el corazón en vilo por la suerte de su familia

Fares Khader, de 38 años, reside en Logroño desde hace diez años, pero su corazón y su ánimo están estos días con sus familiares en Gaza. - Foto: Óscar Solorzano

A 3.500 kilómetros de distancia, Logroño debería ser un oasis de paz, pero en el corazón y en el ánimo de Fares Khader repiquetean machaconamente el estruendo de las explosiones y el silbido de los misiles. Con la voz entrecortada por una mezcla de rabia y dolor, este palestino asentado en Logroño desde hace diez años acaba de sufrir la muerte de un hermano bajo el fuego israelí en Gaza, de donde es oriundo y donde viven 33 miembros más de su familia. 

«Allí todo es guerra y desastre. Mi familia lo sufre como el resto de los dos millones de habitantes de Gaza. Israel está matando civiles y bombardeando edificios sin avisar a la gente. Yo estoy aquí y quiero contactar con ellos, pero está todo bloqueado», relata Fares, sin poder contener a cada instante su desconsuelo por el drama que viven los suyos.

Tras conocer la terrible noticia de la muerte de su hermano en el primer día de contraofensiva israelí, este profesor de matemáticas, de 38 años, que se gana la vida en La Rioja impartiendo clases particulares de su especialidad y con trabajos en fábricas, sigue al minuto la actualidad del conflicto, desde que el pasado sábado la franja de Gaza, que junto a Cisjordania conforman el Estado palestino, se convirtiera en un infierno por la respuesta del Ejército israelí a los ataques de Hamás y a los secuestros de civiles por parte de este grupo palestino.

De lo que va conociendo por lo que le transmite su familia, describe a Gaza como un territorio bloqueado, sin suministros de luz ni agua tras cortarlos los judíos, con centenares de muertos por todas partes. «Israel no bombardea a Hamás, bombardea a toda la población civil de Palestina. Ayer (por el lunes) destruyeron toda una zona universitaria; están como locos», se lamenta Fares Khader, que reconoce que en esta ocasión el conflicto se ha iniciado por el ataque de Hamás a suelo israelí, pero matiza que el pueblo palestino sufre un bloqueo de dos décadas y de ataques del ejército judío en los últimos años, que apenas han tenido resonancia en los medios informativos occidentales.

«Gaza ya era una cárcel en la que nadie puede entrar ni salir, en donde el agua, el aire, la tierra y hasta el mar están contaminados. Ahora es una cárcel masacrada; esta no es una guerra equilibrada», añade.

Con nacionalidad española, Fares ha echado raíces en La Rioja, a donde llegó en 2014, pero ha tenido ocasión de vivir en primera persona no hace tanto los ataques de las tropas israelíes en la franja de Gaza, tras viajar a finales de mayo a su tierra natal, donde permaneció hasta el pasado mes de agosto, cuando retornó a Logroño.

Recuerda que en ese periodo sufrió en Gaza dos bombardeos israelíes, uno en mayo de 2023, con casi 240 palestinos fallecidos, y otro en agosto de ese año, también con víctimas mortales. «¿Dónde están esas noticias», se pregunta Fares, crítico con la visión del conflicto que se traslada al resto del mundo.

Cierre de fronteras. De acuerdo con su relato, la población palestina sufre cada cuatro o cinco meses ataques de las fuerzas israelíes y sobrevive en una situación de cierre de fronteras que dificulta incluso la llegada de alimentos. 

¿El grupo Hamás, que inició el ataque el pasado sábado a suelo judío tiene el apoyo mayoritario de la población palestina? Fares Khader responde que tanto Hamás como otros partidos político ocupan una parte de la población, «pero el resto de la gente por lo que lucha es por los derechos del pueblo palestino y por poder vivir en un territorio que está ocupado».

Las declaraciones efectuadas por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en las que anunciaba una lucha contra «animales humanos» las interpreta Fares como una forma de llamar la atención de los líderes mundiales y lograr de alguna manera su apoyo «para matar a cualquier persona».