Caña, tapa, 'pincho', menú o comidas o cenas de varios tenedores. El norte de España gasta más en bares y restaurantes que el sur o las islas. Y en esta hostelera costumbre, La Rioja es la tercera comunidad autónoma en la que más partida económica anual se destina a estos fines. De hecho, cada riojano dedica 1.181 euros al año a bares y restaurantes. De los que más con permiso solo de País Vasco (1.359 euros por residente) y Navarra (1.234 euros por habitante) mientras que en cuarta posición, justo por detrás de la Comunidad riojana, se sitúa Madrid (1.124 euros por ciudadano residente).
Todo ello teniendo en cuenta, según los datos esgrimidos en un estudio realizado por Eitb Data sobre el gasto de los ciudadanos en el sector hostelero, que la media española se sitúa alrededor de los 1.000 euros. Unos datos que coinciden, con alguna mínima variación con los reflejados en la última Encuesta de Presupuestos Familiares publicada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística.
El gasto medio mensual por riojano asciende así a algo más de 23 euros a la semana y a cerca de los 100 euros al mes.
En el lado opuesto, es decir, donde menos se gasta al año en hostelería se sitúa Canarias, que supera tímidamente los 700 euros por habitante, Castilla La mancha (778 euros por residente) y Cataluña (825 euros por ciudadano catalán).
Por otro lado, el informe mide también la evolución del gasto en bares y restaurantes en comparación con el ejercicio 2019, previo a la pandemia del covid-19. Así, los riojanos dedicaron 90 euros más a estos fines que hace cuatro años. Evidentemente, el gasto generado durante los años 2020 y 2021 no sirven de referencia debido a las restricciones de movilidad y de aforos impuestos por la crisis sanitaria.
De hecho, el sector hostelero de la Comunidad autónoma riojana perdió hasta 264 millones de euros facturación en el ejercicio 2021 en relación a 2020, en la época de plena pandemia.
En contra del tiempo. En cualquier caso, el informe destaca en su valoración la escasa o nula relación existente entre las regiones, fundamentalmente en el sur y en las islas, donde aprieta menos el frío y podría interpretarse un mayor ánimo por el concepto de 'salir por ahí', y por tanto, consumir en bares y restaurantes. De hecho, tres regiones del norte encabezan el listado de consumo por habitante.
Ahora bien, los datos esgrimidos en el estudio de Eitb Data, tiene su reflejo en el sector hostelero de la Comunidad pero siempre con los condicionantes típicos que arroja cualquier estadística.
José Vicente Jiménez, presidente de los bares de la logroñesa calle Laurel, ve los cerca de 1.200 al año que gasta cada residente de la Comunidad autónoma una cifra creíble en referencia a la zona gastronómica del casco antiguo de la capital. Ahora bien, no achaca ese gasto a los propios riojanos, sino más bien al turismo.
Sin embargo, no todo el desembolso de esta millonaria partida económica baña por igual todos los bares y restaurantes. Tal y como destacan representantes del propio sector, la mayoría de bares del medio rural facturan cantidades muy inferiores a las medias proyectadas en el informe, e incluso existen locales de los conocidos como de barrio que tampoco se aproximan a este tipo de facturación.
Más facturación, menos beneficios. De la misma forma, desde la patronal riojana de hostelería, integrada en la Federación de Empresas (FER), su presidente, Francisco Martínez Bergés, no entra a valor un dato de gasto anual en hostelería que si bien, puede dar la sensación de un sector boyante, la realidad conduce por otros derroteros.
Dicho de otra forma, «actualmente estamos facturando igual o algo más que en 2019 pero los beneficios están un 18% por debajo de hace cuatro años». Bergés se refiere así al incremento de los gastos «como la luz o el aceite, necesarios para el día a días de un establecimiento hostelero».
A todo ello se suman también los últimos datos relativos al cierre de bares correspondientes a diciembre de 2022. Hace prácticamente un año, hasta 150 locales con licencia de bar o restaurante permanecían cerrados a la espera de ser alquilados, vendidos o traspasados ante un total de 1.200 establecimientos hosteleros solo en la capital riojana. El máximo responsable de la Asociación hostelera de la región asegura que los datos se mantienen «más o menos igual, e incluso, se siguen cerrando más bares de los que se abren».
Es una tímida radiografía de un sector que dispone en el ámbito de la Comunidad del aliciente de la tradición del tapeo, pero que en base a las argumentaciones de Francisco Martínez Bergés, no reluce de la misma forma en la que lo hacía hace unos años.
Un sector que ha asumido también la adaptación de precios ante la tendencia al alza mantenido por la inflación en los últimos años y meses. Es decir, si el gasto por riojano se eleva 90 euros al año en comparación con 2019, los precios en hostelería también han reflejado dicho incremento.
Contenedores como balones de fútbol
La iniciativa puesta en marcha el pasado 1 de octubre para la recogida de basura orgánica procedente de la hostelería del casco antiguo de Logroño, conocida como 'Puerta a puerta' precisa depurar algunos detalles. Es la sensación que trasmiten los propios hosteleros tras prácticamente un mes de pruebas.
La medida ideada por el nuevo equipo de Gobierno en coordinación con el propio sector hostelero fusiló la necesidad de conservar la basura en el interior de los locales, que no convencía a casi nadie. De esta forma, desde primeros de mes cada establecimiento dispone de un contenedor personalizado con el nombre del bar o restaurante. Planteamiento que ha convencido al sector si bien, han surgido algunos problemas.
Entre ellos, que los contenedores, que permanecen en la calle, a las puertas de cada local, se encuentran a merced de los habituales del ocio nocturno. «En ocasiones se están usando incluso a modo de balón de fútbol», detallan desde la asociación de hosteleros de La Rioja para «divertimento de los que disfrutan del ocio nocturno».
Un problema que se pone sobre la mesa a lo largo de esta mañana en el transcurso de la reunión prevista con el objetivo de depurar cuestiones relativas a la recogida 'Puerta a puerta'.
Los hosteleros plantearán de esta forma una solución dirigida al uso de determinados locales municipales a las que los hosteleros puedan trasladar sus contenedores personalizados evitando así que permanezcan en la calle para divertimento y disfrute de los protagonistas del ocio nocturbo. A modo de ejemplo, Francisco Martínez Bergés se refiere al antiguo local del Calahorrano para satisfacer las necesidades de los bares de la calle El Peso, junto a la plaza de Abastos.
Ahora bien, la medida no puede implementarse en todas y cada una de las calles del centro histórico de la capital riojana debida a la falta de locales de titularidad municipal.
En estos casos, sería necesario, siempre en base a la propuesta del sector, concretar unas horas de recogida en las que se organice «un trenecito» de contendores personalizados para que sea recogido por el caminón correspondiente.
El sector ha evitado la obligación de conservar la basura en el interior de sus locales hasta el día siguiente, si bien, no se ha terminado de solucionar la recogida selectiva para la que se estudian alternativas.