"Repensaremos los que haya que repensar, pero sin revanchismo"

Gustavo Basurto
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Ha tocado todos los palos en política (consejero del Gobierno de La Rioja, diputado nacional y regional, senador y concejal), pero cumple ahora su aspiración soñada: ser alcalde de Logroño.

Conrado Escobar, en la plaza del Ayuntamiento. - Foto: Ingrid

A Conrado Escobar Las Heras (Logroño, 1964) la sonrisa le sale de forma natural, pero el  semblante de este licenciado en Derecho que cumplía el sábado el sueño de todo político –ser alcalde de su pueblo- no disimula la satisfacción de poder arrancar un mandato municipal sin ataduras y con la holgada confianza que le han otorgado las urnas al PP. No tiene maneras de 'elefante en cacharrería' que vaya a deshacer todo lo emprendido por Hermoso de Mendoza, pero deja claro que ha llegado su momento y que antepondrá el sentido común y el sentir de la ciudadanía, que pulsará en la calle, a los plazos de los burócratas y de las ayudas europeas. 

Usted atesora ya una trayectoria política amplia. En su caso, ¿damos por obvia la manida frase de que lo más bonito es ser alcalde de tu pueblo?

No es una frase manida, es una realidad. En política, pocas cosas se pueden equiparar a representar y a servir a tus vecinos. Y da igual como sea el municipio;rompo una lanza en favor de la buena política que hacen los alcaldes en España, que son más de 8.000, que emplean las 24 horas del día en servir a la gente. Por que la gente no entiende de administraciones ni de trámites, sino de solucionar sus problemas. En el caso de Logroño, para un logroñés como yo, que ha vivido, ha sentido y ha disfrutado mucha parte de su vida en la ciudad es un inmenso honor, pero también una responsabilidad.

Cuando ve estos días a compañeros de partido de otras ciudades negociando con Vox acuerdos en los ayuntamientos, ¿suspira aliviado por no tener que hacerlo aquí?

Es una satisfacción íntima y política, porque al final es evidente que ha habido una apuesta por mí, por la gente que me acompaña y por el Partido Popular. Hemos ido de forma transparente pidiendo confianza a la gente, en base a ideas, proyectos y propuestas. Hemos hecho especial hincapié en tratar de conectar con la gente y explicarle nuestro modelo y eso ha tenido un respaldo. Y vamos a gestionar con la gente; esa será nuestra hoja de ruta. Con respecto a lo que me preguntaba, respondo que sí, pero ahora es cuando empieza todo. Una mayoría es ante todo una gran responsabilidad para hacer las cosas bien, para hacer lo que has planteado y de la forma en que has dicho, y lo vamos a hacer con la gente. No me asusta hablar y negociar con la gente; con independencia de que tengamos una mayoría suficiente, intentaré por todos los medios cumplir esos pactos de ciudad, que creo que Logroño necesita, hablando con la gente y con los grupos políticos.  

¿Tiene ya apuntada en su agenda qué primera medida firmará en el escritorio de la Alcaldía?

Hay tres cuestiones claras. Una de ellas tiene que ver con la fiscalidad. Tenemos que acelerar los trámites para que en una Junta de Gobierno en las próximas semanas podamos adoptar las medidas para rebajar la fiscalidad en Logroño. En segundo lugar, tengo intención de reunirme de inmediato con la Junta de Personal del Ayuntamiento. Y por supuesto, cumpliré, en los próximos días, lo que había planteado:reunirme con vecinos, comerciantes y otros protagonistas de la ciudad en aquellas calles en las que ha habido intervenciones controvertidas; y después revisarlas desde un punto de vista más técnico, pero lo primero será escuchar, hablar con la gente y ver cuál ha sido el impacto de algunas medidas y repensar aquello que haya que repensar, pero no desde un planteamiento revanchista, sino realista y pensando en el interés común. 

¿El programa Calles Abiertas es ya historia?

Desde luego yo no lo defiendo; tengo otro modelo en la forma de hacer las cosas y en la manera de entender el crecimiento y la realidad logroñesa, en el capítulo urbanístico también. Y ahora hay una prioridad que no admite retrasos, que es apostar por la vivienda. Hay que darle el protagonismo a la gente y pensar que nuestras políticas tienen un protagonista, que son las personas...los mayores, los jóvenes, para que lo tengan más fácil para desarrollar aquí un proyecto de vida o que los que están fuera tengan alicientes para volver. O facilitar la conciliación en el día a día de las familias, dar más facilidades en la fiscalidad.  

¿A qué se refiere cuando habla de dar protagonismo a los mayores?

La población media en Logroño es veterana y eso no significa estar desaparecidos de la vida. Hay una mucha gente mayor que aspira a disfrutar de la ciudad y hay que pensar en ellos. Nuestros parques y espacios públicos tienen que ser repensados y revisados con criterios de accesibilidad, y que en un parque puedan convivir personas mayores que hagan un poco de ejercicio de mantenimiento con aquel que practica calistenia. Y que ese proyecto tan acariciado de un espacio para personas mayores en el centro de Logroño sea una realidad en el mejor sitio posible, que es la antigua estación de autobuses. Que sea una oportunidad no para apartar a las personas mayores, sino para que convivan y participen, con una sala de estudios, un salón de baile, una cafetería...en resumen, que tenga vida. Mi legislatura será de las personas; las obras y el cemento tienen que estar al servicio de la gente. 

¿En qué se concretará esa política de vivienda que cita como prioridad?

Lo primero es tener un plan propio que no tenemos, con tres ejes: rehabilitación, alquiler y vivienda en propiedad. A partir de ahí, aprovecharemos el recurso más potente que tiene para ello el Ayuntamiento, que es el patrimonio municipal de suelo. Si tenemos suelo en La Cava, en el casco antiguo y en el plan del soterramiento del ferrocarril y si somos capaces de gestionar esas parcelas sin perder la propiedad, con un planteamiento concesional público-privado para construir en ellas vivienda de alquiler destinada a gente joven a precios reducidos, estaremos rentabilizando nuestro patrimonio y cumpliendo lo que dice la ley, que es servir a un interés social. Y podríamos hablar de sacar en los dos próximos años un número razonable de viviendas con un alquiler asequible de unos 300 o 350 euros para gente joven. Imáginese usted lo que es construir en el barrio de La Villanueva 20 viviendas para jóvenes, en La Cava 40 viviendas y en el soterramiento, otras tantas.  

¿Qué propone para la rehabilitación?

Si hablamos de sostenibilidad, que parece que es el mantra permanente, tiene un eje que es la parte económica y otro que es la medioambiental; y el principal agente que emite a la atmósfera CO2 son las viviendas. Si conseguimos que se rehabiliten, estaremos ayudando a que la sostenibilidad sea una realidad. Y haremos toda la apuesta posible en materia de rehabilitación de vivienda, con intervenciones ambiciosas. Por ejemplo, en la zona del Coso, como hay allí un parque público y vamos a tener un centro de salud, haremos una intervención que permita rehabilitar las 80 viviendas existentes, activar el parque para hacerlo más atractivo e incluso, si es posible, que en el perímetro de esa zona pueda haber aparcamiento subterráneo, porque el centro de salud lo necesitará. De esa manera conseguimos rehabilitar, mejorar las condiciones de habitabilidad de la gente y ganar aparcamientos. Otro ejemplo se refiere a propietarios de pisos en Logroño que no se atreven a alquilarlos. Lo que haremos es invitar a una colaboración con los propietarios, de tal manera que el Ayuntamiento rehabilite esas viviendas y, con la ayuda del IRVI (Instituto Riojano de la Vivienda), busque inquilinos. En esa colaboración, el Ayuntamiento recupera parte de lo invertido con lo que paga el inquilino. El propietario gana con una renta mensual, el Ayuntamiento repone en cierto modo su inversión y conseguimos que funcione la rehabilitación en la ciudad. Esto es laborioso y no se ha hecho, pero hay que trabajarlo. Nos planteamos también que el Ayuntamiento pueda avalar a jóvenes a los que el banco solo les da el 80 por ciento de la financiación y necesitan avalista para el 20 por ciento restante. 

Volviendo a Calles Abiertas, que ha sido el tema estrella de la legislatura, ¿se revertirán obras ya realizadas?

No sé si ha sido el tema estrella o el tema estrellado. A mí no me gusta la palabra revertir, pero sí vamos a revisar todo con los criterios que la ciudad y la gente exige. Ha habido unas elecciones y yo he dicho públicamente cuál es el modelo y lo voy a seguir. Me reuniré en la primera semana con todos los actores de las zonas afectadas. Empezaremos por Sagasta y después con las siguientes, Duquesa de la Victoria, San Antón, etcétera. Y, por supuesto, vamos a resolver el desaguisado de Cien Tiendas, que es considerable.  

Para la calle Sagasta hay ya adjudicado hasta el control de seguridad laboral para empezar obras ya y el anterior alcalde anunció el inicio tras San Bernabé. ¿Eso se puede parar?

El ritmo no me lo va a marcar la oposición. Primero, lo han marcado los logroñeses y yo lo voy a aplicar. Está bien que el portavoz de la oposición me recuerde que hay plazos administrativos, que ya los conozco, pero ahora me toca a mí y soy yo el que tiene que ir decidiendo. Y la manera de decidir será trabajando con la gente y después mirar técnicamente qué se puede aprovechar de los fondos europeos. Pero no voy a caer en lo inevitable de decir que como hay fondos europeos ya no se puede hacer nada. Para eso no estamos en política, para eso están los burócratas; y yo soy político, no burócrata. Tengo que poner la burocracia y los instrumentos financieros al servicio de la gente, no al revés. Si a mí en San Antón me dicen, y yo valoro después de escuchar a todos, que el proyecto presentado hay que revisarlo porque esa calle, que es pulmón comercial, no quiere acabar como Cien Tiendas, por supuesto que lo revisaré. Y lo haremos con sentido común, porque para eso me han votado alcalde.

¿Hay riesgo de perder las ayudas de la Unión Europea si no se hacen esos proyectos como estaban previstos?

No lo sé;vamos a verlo. Pero yo confío mucho en el sentido común y uno de los principios de la Unión Europea es el de la confianza legítima. Hay una administración, que es el Ayuntamiento, y vamos a ver cómo buscamos el equilibrio entre lo que está presentado y lo que toca hacer; es el momento de la ciudad. 

 

Usted prometió en campaña retomar obras en las Cien Tiendas en julio y finalizar la primera fase en septiembre. ¿Mantiene el compromiso?

El tiempo del reproche ha pasado y estamos donde estamos, que evidentemente es una situación grave que hay que solventar. Y no me basta con decir que la culpa la tiene la empresa. Aquí ha habido una responsabilidad compartida y a mí me tocará resolver esa situación. Hay mecanismos administrativos para solucionarlo y en julio daremos a conocer esa solución administrativa. Mi intención es que en agosto se pueda hacer algún arreglo en la calle. El resto de la intervención habrá que medirla, pero todo lo que se haga se tiene que hacer por zonas y por calles y una vez acabada una, se pasará a la otra. Lo más urgente ahora es resolver ese contrato, pero lo más importante en Cien Tiendas y en gran parte del comercio es animar.

¿Y cómo lo hará?

Vamos a plantearnos intervenciones de dinamización puntual potente en pulmones de Logroño, como Portales, Cien Tiendas y la zona de Hermanos Moroy y todo el entorno de la plaza de abastos. Por ejemplo, dando facilidades para que los comerciantes puedan tomar parte de la calle, para que puedan poner parte del escaparate en la vía pública, tematizar una calle con un motivo determinado, hacer animación musical o representaciones teatrales de calle o poner ludotecas provisionales para el fin de semana. Hay que insuflar vida. Logroño tiene que recuperar su brío comercial con la posibilidad de ser Ciudad Comercial Europea, para lo que necesitaremos  a nuestras ciudades hermanadas, pero sobre todo el empujón de nuestro sector comercial.

La idea de organizar el reparto de última milla en el centro con vehículos limpios, sin que entren las furgonetas ¿es aprovechable?

Como idea en abstracto puede estar bien, pero hay que aterrizarlo en la realidad logroñesa. No me vale cuando me dicen que se hace en Copenhague, porque el asunto está en adaptarlo a Logroño. Pero no es ahora mismo una prioridad. Las prioridades en movilidad son el transporte público y los aparcamientos.

¿Cuál será su política de aparcamientos?

Se han quitado mil y por lo menos habrá que reponerlos. No será de un día para otro. De momento vamos a ver qué pasa con el solar de la Escuela de Enfermería. Nosotros propusimos al comienzo de legislatura que se aprovechase como aparcamiento disuasorio o complementario y parece que dieron por buena esa solución, para lo que el Gobierno local habló con las otras instituciones. Vamos a ver si jurídicamente se mantiene esa situación. Pero también vamos a ver si en algunos solares desocupados podemos plantearnos hacer aparcamientos. Por ejemplo, un barrio muy tensionado y que necesita aparcamiento es Cascajos, donde hay parcelas dotaciones que hasta que tengan el uso definitivo, puedan ocuparse provisionalmente como aparcamientos. Y vamos a estudiar la posibilidad de hacer aparcamientos subterráneos. Lo propusimos para la calle Intendencia, pero podemos plantear alguna opción mejor, pero en ese entorno tiene que haber un aparcamiento potente, porque es una zona de recepción de turistas y que da solución a gran parte del casco antiguo. Y cabe la posibilidad de que en algunos casos estudiemos hacer algún aparcamiento en altura, aunque la estética será clave;no podemos afear la ciudad. 

¿Cómo piensa mejorar el transporte público?

Si facilitamos más frecuencias y mejoramos la usabilidad, lo usará más gente y habrá menos coches. Hay que hacer que se pueda pagar con el móvil y tarjeta, habilitar más puntos de recarga de bonobús, revisar los horarios para llegar en autobús a los polígonos industriales. El transporte público es el actor protagonista de la movilidad. Y no se ha rebajado su déficit aprovechando la financiación europea, como ha  hecho el resto. 

Ha mencionado la calle Intendencia, donde están los edificios de Defensa. ¿En uno de ellos irá la Escuela Municipal de Música?

Primero tenemos que recibir ese palacete, que formará parte de uno de los proyectos más transformadores de la legislatura, que llamaremos 1521. Precisamente en esa zona, se diseñará un itinerario físico y arquitectónico, desde el parque del Ebro a Valbuena, el Revellín y que acabe en la Gota de Leche, incorporando la sala Amós Salvador y que abrace al Centro Ibercaja. Ese entorno es una especie de resumen de la historia logroñesa. Se trata de realzar todo el potencial que tienen esos hitos y hacer más amable toda la zona. Con respecto al palacete de Defensa, tiene una vocación musical clarísima que completaría ese circuito cultural, porque está muy cerca de la Gota de Leche, que es donde se imparten actividades musicales y que se está quedando pequeña; y porque puede ser un sitio para ensayos de grupos jóvenes, que carecen de sitio, y también para que puedan dar pequeños conciertos.

 

Al edificio Bosonit en Marqués de San Nicolás 20 solo le falta la licencia de obra, que le compete al Ayuntamiento. ¿Se le concederá?

No lo sé, primero tendremos que verlo. Aquí no se trata de ser maniqueo, sino realista. Una empresa y un proyecto como Bosonit, en principio, tiene que ser apoyado. Es un empresón con altísima cualificación, un acelerador tecnológico de primer orden. Buscaremos apoyarlo, pero eso tiene que ser compatible con algo que para mí es irrenunciable, que es el patrimonio histórico. Si hablamos del perfil de Logroño, con 500 años de historia, del Camino de Santiago y de un monumento nacional como es Palacio, habrá que buscar la manera de hacerlo compatible.

¿Teme que el conflicto con la Policía Local, que se le enquistó a Hermoso de Mendoza, sea una 'patata caliente' que le venga heredada?

Todo lo que afecta al personal no es ninguna 'patata caliente'. Para mí son colaboradores, compañeros. No caeré en la ingenuidad de decir que sea fácil de resolver, pero lo que puedo asegurar es que abordaré el asunto desde el respeto a lo que representa un servidor público, como es la Policía, pero también desde la exigencia de ofrecer el mejor servicio público. Y la Policía Local es muchas veces una ventanilla del Ayuntamiento y nos representa a todos. 

¿Cambiará nombres de calles que renombró el anterior gobierno local, por ejemplo la fuente Murrieta?

Hay mucha gente que me lo pide. Nosotros ya dijimos en su momento que la plaza de Murrieta tenía que llamarse como todo el mundo la conoce; y curiosamente el propio Hermoso de Mendoza dijo que él la seguiría llamando plaza de Murrieta, con lo cual cabe pensar que para ese viaje no hacían falta alforjas. Al final, se impone la lógica emocional a cualquier decisión administrativa. Pero no es una cuestión que ahora mismo me ocupe especialmente.

¿Qué idea tiene para dar contenidos y actividad al Centro de la Cultura del Rioja?

Vamos a abrirlo antes de que acabe este año. Este centro ha sido un ejercicio un poco tortuoso, que arranca en la época de Tomás Santos y que en los estertores de la etapa socialista tampoco se ha abierto, pero es verdad que hay mucho trabajo empleado en distintas corporaciones. Ese edificio tiene que cumplir con lo que fue concebido, algo relacionado con el vino. Hay que aprovechar al máximo su entorno, el Ebro, los calados y yacimientos extraordinarios en Ruavieja y puede ser un buen agitador turístico-cultural e histórico. Vamos a ordenar todo lo que se ha hecho y concebir un proyecto de explotación, porque falta un planteamiento de conjunto. Que Santiago Vivanco haya cerrado un acuerdo con el Ayuntamiento es algo positivo que vamos a aprovechar. Estamos trabajando para que haya más iniciativas privadas y públicas y que el resultado sea un centro polivalente, un espacio de animación en torno al vino.  

¿El vino debe ser la punta de lanza de la política turística de la ciudad?

Todo lo que rodea al vino tiene que ser un actor protagonista. Logroño es la capital de La Rioja y el influjo vitivinícola forma parte de nuestra cultura. Tenemos tesoros, como los calados del casco antiguo, que bien aprovechados no tienen nada que envidiar a Borgoña y Burdeos. Y tenemos algún proyecto que vamos a poner en marcha. Pero lo primero que necesita Logroño es una marca de ciudad, porque el perfil del turista está cada vez más conectado con el hecho experiencial. Y antes de que acabe el año tendremos esa marca. Para eso, haremos un bono que compendie todo lo que tenemos y lo llamaremos Experiencia Logroño. Con ese tique, quien venga de fuera pueda disfrutar de una visita a una bodega, ver una función en el Teatro Bretón, acabar en las calles Laurel, San Juan o San Agustín, o comer en nuestros restaurantes. Y haremos más accesible el Monte Cantabria y que se pueda visitar Valbuena de forma permanente. No hay que simplificar  a Logroño solo con el vino, porque tenemos un altísimo potencial con la lengua española, por lo que planteamos que sea ciudad receptora de estancias Erasmus, porque hay pocas ciudades tan apetecibles para disfrutar y vivir. 

Esa imagen de marca no sale bien parada cuando los visitantes llegan a la actual estación de autobuses. ¿Se atreve a dar una fecha para la apertura de la nueva?

Se abrirá muy pronto, por supuesto este año. Es de lo más prioritario. No podemos permitir tener esa estación cerrada y con un deterioro de un edificio entregado hace dos años y que no se ha abierto. 

El polígono industrial Las Cañas apenas ha conseguido atraer empresas, ni con Cuca Gamarra ni con Hermoso de Mendoza. ¿Qué piensa hacer con él?

El suelo industrial formará parte de la agenda política. El Ayuntamiento se ha olvidado de los polígonos industriales y sin actividad industrial se nos cae todo. Por eso, vamos a tener al menos a dos personas dedicadas a atender a los empresarios. Y en el suelo industrial empezaremos por el mantenimiento anual de todos los polígonos industriales, sin perder de vista que en Las Cañas hay una asignatura pendiente que hay que abordar, aunque nos costará un esfuerzo financiero para poder ser atractivos. Pero no podemos quedarnos ahí. El presidente electo del Gobierno de La Rioja plantea la colaboración con Logroño para ubicar en el término municipal un centro científico tecnológico y vamos a procurar facilitar esa instalación. Y tenemos que solucionar el problema de industrias que están en suelo que está fuera de ordenación, como el Camino de Viejo de Alberite o la carretera del Cristo y hablamos de más de mil trabajadores. 

¿Y el caso de las empresas de avenida de Burgos?

Ahí hay ya un proceso en marcha. Se han dado pasos con las grandes empresas, pero hay que acelerarlo. En esa zona hay que ser valientes y puede que algunos pabellones industriales se queden sin actividad, pero con una modificación de uso pueden volver a tenerla. Hay situaciones que hay que analizar caso por caso. Porque los usos industriales de hoy no son los mismos que los de hace 40 años. Y el Plan General es la herramienta que tiene que dar acogida a este tipo de necesidades.

La revisión del Plan General de Urbanismo es un asunto pendiente. ¿Entra en su lista de prioridades? 

Por supuesto. No tiene ningún sentido lo que estamos viviendo ahora y esa será otra prioridad.