En apenas media hora de tormenta los recuerdos, objetos y enseres de toda una vida, junto a vehículos y mercancías variadas, principalmente agrícolas, se perdieron totalmente por las escorrentías en Huércanos, la localidad más afectada.

Media docena de personas se afanaban en retirar el lodo de una lonja en la Avenida San Pantaleón. Desde fuera observa María Pilar Sáez, octogenaria, se ayuda con un bastón para andar por medio de la travesía con cara de preocupación. "Yo es la primera vez en mi vida que veo algo así tan caótico... Anteriormente vi otra riada pero no tan importante como esta". Afortunadamente a ella, mucho no le ha afectado, explica pero "al almacén de fruta de mis hijos le ha pillado entero, a otro le ha pillado un merendero y dos cámaras frigoríficas", explica sin poder mirar directamente la afección de sus familiares.

A unos pasos, en el interior, Marina Lara terminaba de apartar las últimas barquillas con género perdido. "Mi padre y mi tío se dedican a la venta de alimentación y en esta lonja teníamos cajas de fruta y verdura que, como estaban tapadas, se han salvado", indicó.

Destrozos en una lonja de Huércanos tras la fuerte tormenta del 21 de junio de 2023. - Foto: Óscar Solorzano

Según relató, "entró el agua por la finca de al lado y se debordó, rompiendo un coche, una nevera, una cámara frigorífica... y todo lo que estaba en la cochera y aquí dentro está inservible".

De primeras hacer cálculos era complicado. "A bote pronto creo que solo en género habremos perdido unos 50.000 euros pero hay que sumar todo, porque solo la cámara frigorífica ya vale un montón y no te sabría decir de cuanto es toda la pérdida, porque hay mucho que recoger y limpiar". Tareas que les llevarán horas e incluso días.

"Ha habido más inundaciones, la de hace 15 años fue grande pero no fue tan fuerte como esta", comenta.

Un hombre señala que la altura del agua llegó a alcanzar la altura de su hombro. - Foto: Óscar Solorzano

Como ellas, otros vecinos. En su cochera construida a dos niveles, haciendo esquina, Jesús Mari Ferreiro, también cuenta con numerosa ayuda y no se cree aún lo sucedido. "Este agua lo ha arrasado todo, hace diez años pusieron un colector inmenso y cuánto habrá caido que no ha podido con el agua", se preguntaba.

Entre el barro van saliendo objetos. "Espera, la vajilla no la tires que si la lavamos bien igual la podemos aprovechar", exclama de repente una mujer al descubrir varias tazas con barro pero intactas.

"En una lonja guardas muchas cosas, aquí por ejemplo teníamos botellas, dos arcones llenos de comida, dos jamones colgados que también les ha llegado el barro... y eso con compuertas protectoras en las puertas, pero si el agua sobrepasa las protecciones no hay nada que hacer, explicó Ferreiro.

Varias personas se afanan en recoger el almacén de frutas. - Foto: Óscar Solorzano

"Aquí el agua llega más de un metro, pero en la lonja que da a la otra calle que está más baja, hay más de metro y medio, me ha movido hasta los coches que están inservibles"-

Calcular las pérdidas, "para mí ahora resulta imposible, solo en los arcones hay miles de euros de comida, todos los productos de agricultura almacenados se han ido a tomar por saco", lamentó.

Explicó que "primero hubo una tormenta y aunque no calló mucho por la tarde ya encharcó un poco; pero la segunda vez cayeron más de cuarenta y tantos litros en media hora y empezó a bajar toda el agua por aquí y no hubo forma de evitarla, llegó de golpe como un río y luego tardó casi 3 o 4 horas en ir bajando. Ahora solo queda limpiar"