«La pandemia fue muy dura, la gente nos decía de todo»

Javier Alfaro P.
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Responsables del buen funcionamiento del interior del Ayuntamiento de Logroño, la labor de ordenanzas, subalternos y conserjes, como Gregorio Iván Mendoza, consiste en que todo vaya perfectamente

Gregorio atiende una llamada en su puesto de atención del ala institucional del Ayuntamiento. - Foto: Óscar Solorzano

Tras 36 años como trabajador municipal, primero en el Parque de Servicios y en el vivero municipal, y posteriormente como ordenanza, ahora Gregorio Iván Mendoza coordina como conserje a sus compañeros en el Ayuntamiento de Logroño.

«Atendiendo a las peticiones de la jefa, coordino a mis compañeros subalternos, hago el planing de trabajo, si tenemos que realizar algún trabajo en la calle ver quien lo hace... Esa es mi labor principal», explica. Más concretamente, Goyo y sus compañeros se encargan de atender a los empleados municipales, al área política y a la ciudadanía que les requiere en el Ayuntamiento, pues son los que están en primera línea de atención en las instalaciones.

Entre sus funciones, adaptar las salas multiusos para el uso que vayan a tener inmediatamente después. Como el salón de retratos de alcaldes, utilizado para bodas, reuniones institucionales, presentaciones públicas o ruedas de prensa, u otras salas. «Que en una reunión o en los plenos haya alguien pendiente de llenar las jarras con agua para los participantes, que se haga el reparto de la documentación y correo internos, llevar notificaciones oficiales del Ayuntamiento a domicilios, comprobar que todo está limpio y si algo no lo está avisar para que se haga... Cada día es diferente en función de las agendas previstas», apunta.

Gregorio y la jefa de servicio recogen y entregan documentación.Gregorio y la jefa de servicio recogen y entregan documentación. - Foto: Óscar Solorzano

Indica que el ala política e institucional da más trabajo que la administrativa, porque «el trabajo cambia más y es más dinámico, porque en esta zona no se hace continuamente lo mismo, varía mucho, por ejemplo cuando se dan visitas de grupos al Ayuntamiento o de colegios, también estamos más pendientes».

Gregorio Iván Mendoza, en las escaleras de acceso a la zona política del Consistorio logroñés.
Gregorio Iván Mendoza, en las escaleras de acceso a la zona política del Consistorio logroñés. - Foto: Óscar Solorzano

De estas tres décadas reconoce que lo más duro fue el inicio de la pandemia. «El odio con el que nos miraban algunas personas cuando tenías que decirles que no se podía entrar al Ayuntamieno sin cita previa, que había unas normas. A veces teníamos que avisar a la policía de lo violentas que se ponían y nos llamaban de todo, casi lo más bonito 'hijos de puta', fue horrible», confiesa.