Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Sin descanso

29/11/2023

El mismo día del primer consejo de ministros de la nueva era Sánchez, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, registraba su movimiento Sumar en Galicia y el País Vasco para presentarse a las próximas elecciones autonómicas en ambos territorios, y a lo largo de la semana los partidos nacionales entraban en ebullición cambiando o manteniendo portavoces parlamentarios, modificando su estructura de dirección y aprestándose a una batalla inmisericorde porque los próximos siete meses culminarán con las elecciones europeas.

En las últimas convocatorias, Galicia y el País Vasco han votado el mismo día con lo que el país se ahorraba, más que dinero, dos meses más de crispación por otra campaña electoral. Puede que vuelva a ocurrir porque los dirigentes autonómicos prefieran alejarse de las elecciones europeas, de distrito único, que los ciudadanos suelen utilizar para castigar al gobierno de turno. En este caso servirán para evaluar el rechazo a la ley de amnistía y el apoyo con el que cuenta cada partido y sacar las enseñanzas correspondientes respecto al nuevo escenario político, por si la legislatura se acorta y hacerse una idea de cómo serían las coaliciones posibles, según los votos de los partidos llamados a formar parte de ellas.

Antes de las europeas se celebrarán las elecciones gallegas, las primeras de Alfonso Rueda al frente del PP, con el objetivo de renovar la mayoría absoluta que ha heredado de Alberto Núñez Feijóo, con el reto de cortar el paso a Vox, que no cuenta con representación en el Parlamento de Santiago, y para no necesitar a la ultraderecha para gobernar en solitario desde el Pazo de Raxoi. Por el otro lado del espectro político, la izquierda concurre dividida con el BNG y el PSG en modo de pactar si fuera necesario, más la presencia de Sumar que en esta región sí puede alcanzar acuerdos con Podemos y contribuir a que esta izquierda deje de ser extraparlamentaria.

Las elecciones vascas también pueden deparar sorpresas. A mil votos por debajo del PNV, EH Bildu puede convertirse en la primera fuerza política, pero los nacionalistas cuentan con el colchón de que el líder de los socialistas vascos ha afirmado que no dará el gobierno a los independentistas, y como en el caso gallego Sumar espera que Elkarrin Podemos, también extraparlamentario, se sume a su proyecto. Un pacto PNV-PSE perjudica la estrategia del PP para prescindir de Vox.  

A esas convocatorias electorales se llegará con los primeros compases de la legislatura cumplidos, probablemente con los Presupuestos Generales del Estado que garantizan dos años al Gobierno, aprobados, y con la crispación política en niveles elevados. El nombramiento de Miguel Tellado como portavoz parlamentario es una muestra de que la política para adultos y la moderación con la que Feijóo llegó a la política nacional se han evaporado. Algunas de sus últimas intervenciones públicas lo confirman, lo mismo que su apoyo a una presión sostenida contra el Gobierno en la calle y en las instituciones. Miguel Tellado tendrá que esperar hasta el próximo 20 de diciembre, en la primera sesión de control al Ejecutivo, para que se desvele el tono de su labor de oposición.       

Entre tanto fragor de la batalla ha nacido un brote verde, el acuerdo entre el Gobierno y la Junta de Andalucía sobre la ley de regadíos de Doñana, que no dejará de ser flor de un día.