No suele ser habitual la justicia dentro de lo que el mundo del deporte se refiere. Pero ayer el balonmano sí que fue justo con el Ciudad de Logroño, que peleó, batalló y se llevo una merecida victoria de su partido contra el Vojvodina serbio en la tercera jornada de la fase de grupos de EHF European League.

Los resultados hasta ahora del equipo franjivino en competición europea no habían sido muy positivos y llegaban a Serbia con la necesidad de puntuar para no verse con pie y medio fuera de esta competición. Sin embargo, tras el parón de diez días tanto en liga como en Europa, los de Miguel Ángel Velasco habían reseteado y lavado la cara del equipo, que acumulaba por vez primera dos triunfos consecutivos en Asobal. Si había que elegir algún momento para visitar al líder del Grupo F de EHF, ese era esta semana.

Comenzó muy concentrado el Logroño, sabedores de la importancia de cuajar un buen arranque y estar dentro del partido desde los primeros compases para no ir a remolque el resto del encuentro. Planteó un partido muy físico y con mucho ritmo, todo lo contrario que su rival en la tarde de ayer, que  apostó por un ritmo más lento y cimentar el partido en una sólida defensa.

Sin embargo, de la solidez a la agresividad hay un paso, y los colegiados alemanes determinaron que lo cruzaron hasta en cinco ocasiones, solo en el primer tiempo. La excesiva dureza de los serbios otorgó hasta diez minutos de superioridad a los franjivinos en pista, aunque estos no fuesen capaces de aprovechar ese hombre más para escaparse en el marcador. Las rentas de un gol se alternaban entre equipos , que finalmente llegaron al descanso con empate a 12.

El segundo acto no fue apto para cardíacos. Empezaron mal los visitantes, que encajaron dos goles en apenas dos minutos, pero que rápidamente neutralizaron gracias a un Aly que continuaba de dulce tras una estelar primera parte (37% de efectividad en paradas) y a la contribución de Martí Soler.

Los riojanos mantuvieron la concentración y no le perdieron en ningún minuto la cara al partido. Así se llegó al 15 iguales, momento que el Ciudad de Logroño, fortificado en un inmenso Aly, consiguió aumentar la renta a tres goles. Pidió tiempo muerto Boris Rojevic y los suyos, ayudados por un 7 metros que Vorkapic falló y los trencillas alemanes mandaron repetir, consiguieron la igualdad a 18. Pausó el partido Velasco, que, pese a la intensidad y la dureza física y mental del encuentro, mantenía fría en su cabeza la necesidad de sumar por supervivencia europea. Sentó de maravilla a los franjivinos, que volvieron a lograr una renta de tres tantos.

Desde el 19-22, todo fue una gestión de la distancia en el luminoso, con una excelsa actuación de Eduardo Cadarso, el capitán del Ciudad de Logroño, que terminó el encuentro con siete goles, a cada cual más importante. La diferencia final fue de un tanto, un fiel espejo de lo que reflejó el partido: mucha igualdad entre ambos conjuntos pero en un encuentro en el que el Ciudad de Logroño siempre fue mejor. Y mereció ganar. Y ganó. Primera en Europa que, además, devuelve las opciones de superar la fase de grupos. La próxima jornada, en el Palacio, el martes a las 20.45h contra el mismo rival contra el que lucharon ayer. Pero primero la liga, el domingo a las 16.30h ante el Nava.