«Hemos contribuido al arreglo; había edificios abandonados»

Feli Agustín
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La Asociación Riojana de Viviendas de Uso Turístico rechaza la sentencia y defiende que no se trata de una actividad turística

Un joven accede a un piso de uso turístico. - Foto: Óscar Solorzano

La otra cara de la moneda la presenta la Asociación Riojana de Viviendas de Uso Turístico (Arvutur), cuya presidenta, Susana Díaz, rechaza la sentencia porque entiende que las viviendas de uso turístico (VuT), a diferencia de los apartamentos, no realizan una actividad turística como tal. «No son  de una empresa, suelen ser de familias que tienen un piso para explotar, una ayuda o un extra para los propietarios», señala Díaz, que explica que los apartamentos deben ocupar la totalidad de una planta o de un edificio.

Recuerda que la sentencia avala el veto de los apartamentos turísticos en comunidades de propietarios que prohiben expresamente en sus estatutos la utilización de las viviendas para ejercer una actividad económica e informa, al respecto, que ya hay edificios que están incluyendo esta cláusula en sus estatutos, aunque, de momento, es algo minoritario. Defiende la necesidad de una regulación para defender un turismo de calidad y sostenible, aunque considera que la vigente en Logroño -que limita los pisos turísticos a la entreplanta y el primer piso- «no es justa ni normal». Al respecto, argumenta que en el casco antiguo de Logroño, donde se ubica el mayor volumen de viviendas de estas características, hay alturas «de un cuarto o quinto sin ascensor» que los residentes permanentes rechazan. «Sin embargo tiene su lógica para vivienda turística», opina la presidenta de Arvutur, que defiende una regulación conforme al número de habitantes, y no según la altura. Opina que se es demasiado beligerante con los propietarios de VuT,  «se nos mete una tralla que no es normal, ni justificada en muchos casos», y señala que los argumentos que les culpan del cierre de comercios o la marcha de vecinos del casco antiguo no tienen razón de ser. «Hay establecimientos que no subsistirían ni en Gran Vía», reflexiona Díaz, que apunta al cambio de modelo de compra, o la mudanza de los vecinos de edificios que carecen de ascensor.  Afirma que se les criminaliza sin fundamentos y asegura que generan empleo en el casco antiguo.

«Lo importante es que tenga vida y si no fuera por nosotros, no estaría como está; hemos contribuido a que las comunidades se arreglen porque había casas enteras abandonadas», resalta.