Alemania como modelo

Diego Izco (SPC)
-

La Bundesliga recoge el fruto de años de trabajo: es la competición que más ingresa de UEFA

Alemania como modelo - Foto: AFP7 vía Europa Press

Antes de que se reanudasen las competiciones europeas, la UEFA publicó los ingresos que han recibido los equipos supervivientes en sus competiciones. Y saltó la sorpresa: la Bundesliga es el torneo que más dinero ha ganado. Los combinados alemanes acumularon 294,4 millones de euros durante las primeras fases de los torneos, superando por poco a la Premier (292,9). España es tercera, con 258,8.  

La Bundesliga metió a cuatro representantes en octavos de final de la Champions: Bayern de Múnich, Borussia Dortmund (ambos ganaron su primer partido ante PSG y Chelsea, respectivamente), Leipzig y Eintracht de Frankfurt. Además, mantiene a tres bloques vivos en la Liga Europa (Friburgo, Union Berlin y Bayer Leverkusen) y el único 'fiasco' le llegó en la Conference League, donde el Colonia quedó tercero en su grupo.

El 'sorpasso' sorprende, después de muchos años en los que Alemania estuvo a distancia de la Premier y LaLiga: el pasado curso, España logró 392 millones en premios, por delante de Inglaterra (370), y la Bundesliga a una distancia abismal (242). Hace dos años, dominó la competición británica (384) sobre LaLiga (330), con los germanos lejos (284). En la 18/19, con el mismo orden, el reparto fue de 375-311-235…

Sin embargo, el dato actual certifica esa sensación global del planeta-fútbol: Alemania está haciendo las cosas bien. Y en lugar de mirar hacia la inalcanzable opulencia inglesa, muchos campeonatos se fijan en el modelo teutón, un fútbol sostenible, cada vez más atractivo, que ya está recogiendo los frutos de una planificación modélica: entradas asequibles, horarios razonables, control financiero, cantera, campos llenos y espectadores bien cuidados.  

Gradas llenas

El pasado martes, en una esquina del Parque de los Príncipes, los aficionados del Bayern desplegaron tres pancartas con un texto en inglés: «¿75 euros una entrada? No somos Neymar. El precio de las entradas debe ser razonable». Lo que en el resto del planeta parece precisamente 'razonable' (75€ una entrada de Champions), en Alemania es un precio escandaloso.  

En la Bundesliga, el aficionado es lo primero. Existen abonos de temporada por 145 euros (los más baratos de las cinco ligas, ofrecidos por el Bayern) y precio medio por entrada en torno a los 25-30 euros. No puede haber más del 50 por ciento de abonados por ley: hay que dejar asientos libres para que todos los aficionados puedan tener la oportunidad de ver a su equipo. Además, hay que reservar el 10 por ciento del estadio a la afición visitante. 

Hay ayudas de la propia federación alemana a los desplazamientos de aficiones, descuentos para niños, jubilados y discapacitados, horarios familiares (muchos partidos se disputan los sábados a las 15,30), estadios con bares  y restaurantes, cero violencia en los graderíos… Lo que facilita el récord: es la Liga mundial con mayor ocupación de estadios (93 por ciento) y un promedio de 42.200 espectadores por jornada y recinto. Solo la NFL (fútbol americano) y sus monstruosos campos supera la cifra de la Bundesliga. 

Alto nivel

A pesar del claro dominio del Bayern, Alemania ha creado una clase media-alta futbolística de enorme nivel gracias, entre otras cosas, a un reparto equitativo de los derechos de televisión, tipo Premier League: en la 21/22 el cuadro bávaro cobró 71 millones, 69,5 el Dortmund, 67,5 el Leverkusen, 66 el Leipzig, 64,5 el 'Gladbach'… con una peculiaridad, y es que todo ese dinero debe ser destinado íntegramente a los cuatro pilares acordados con la DFL (la Liga alemana): conservación, sostenibilidad, talento juvenil y competencia. La comparación con España es sangrante. Madrid y Barça cobraron cerca de 160 millones, 130 el Atlético y, a partir de ahí, la diferencia es enorme: aproximadamente 87 el Sevilla, 69 la Real Sociedad, 68 el Villarreal, 67 el Athletic…  

Este equilibrio permitió la implantación del nuevo modelo de juego, una aspiración que viene de lejos:con el cambio de siglo (y el objetivo del Mundial de 2006), Alemania le cambió la cara a su fútbol directo y rocoso. Desde 2003, los equipos que ascienden a la máxima categoría deben acreditar un compromiso de crear o mantener una infraestructura adecuada para los equipos inferiores. Entre 2007 y 2012, la inversión en cantera aumentó de los 45 a los 72 millones y el porcentaje de jugadores menores de 23 años en las plantillas pasó del seis al 16.

Y todo cambió definitivamente con la hornada de nuevos técnicos: Löw, Rangnick, Klopp, Tuchel, Rose, Flick, Naggelsmann… El juego de los equipos germanos es vertiginoso. Gira alrededor del balón y se despliega a una velocidad endiablada: de las cinco grandes, es la Liga con más minutos de juego efectivo (64 minutos y 30 segundos de promedio frente a los 58,15 de España) y con más goles por partido (3,25 frente a los 2,44 de LaLiga).