Un testigo ha relatado este miércoles cómo vio a dos de los conocidos como 'Payasos justicieros', D.L y T.G., riéndose mientras su coche de empresa ardía. Se trata de un exnovio de T.G., a la que aconsejó poner una denuncia por malos tratos contra D.L.
En la tercera sesión del juicio por los conocidos como 'Payasos justicieros', nombre con el que, según la investigación policial, se jactaban de sus hechos en las redes sociales, han continuado los testigos y afectados por el incendio de sus vehículos, centrándose, sobre todo, en dos de los acusados: D.L y T.G.
Uno de ellos ha contado cómo el 14 de junio de 2018 llegó a casa y, a los cinco minutos, la policía le avisó de que el vehículo de empresa de una taberna, que solía conducir su hermana, estaba ardiendo, informa Europa Press.
No se lo podía creer, salió en pijama y detrás del espectáculo de llamas se encontró a D.L y T.G "viendo cómo se está quemando el coche, de la mano, y riéndose". Eran casi las cuatro de la mañana y estaban paseando el perro de ella en una zona "alejada" de donde vivía T.G.
Fue, según la investigación policial, el primer coche que quemaron los acusados. Días antes, el testigo había tenido un encontronazo con ellos en el que también estuvo presente otro testigo, al que también, presuntamente, le quemaron el coche y que compareció ayer en el juicio.
Además, se trata de una expareja de T.G, una relación que sucedió en un paréntesis del noviazgo entre D.L y T.G. Y es la persona que le aconsejó a T.G poner una denuncia de malos tratos a D.L después de que le contara cómo le tratara.
Ella la puso, y consiguió una orden de alejamiento, pero tras acabar la relación con el hoy testigo volvió con D.L. Pasaron dos años sin que el relator de hoy supiera nada de ella, pero hoy ha dicho: "Algo de rencor me tenía porque me quemó el coche". También ha dicho que vio un "ojo por ojo" en el Instagram de ella.
También se ha escuchado hoy cómo el 19 de julio de 2018 el vigilante de una obra en Logroño se encontraba haciendo la ronda en una obra de viviendas cuando, desde una azotea, a las cuatro de la mañana, ve que el coche en el que había llegado ya no está.
El vigilante, ahora testigo de la causa, había dejado su mochila, con las llaves dentro, en el cuarto de los vigilantes. Para acceder, los ahora acusados soltaron el alambre de la valla. Le quitaron, además de la llave, diez euros, unas zapatillas y una toalla. El coche apareció en el Monte Cantabria siniestro total.
Tenía el asiento del conductor hundido, la dirección rota, los fusibles sacados y manipulados, el techo quemado... el entorno del vigilante le preguntó si había tenido un problema con alguien, dado el estado del coche, pero no es así ni conoce a los acusados.
En la vista oral de hoy, otra testigo ha relatado cómo era conocido, por "comentarios en el pueblo" que los ahora acusados se dedicaban a coger coches. Que "no los habían pillado con nada en concreto" pero que se dedicaban a quemar coches.
Cuando a ella le robaron el coche le dijeron "como te lo haya cogido el del taller", por D.L, "aparecerá quemado" y, cuando apareció, "ataron cabos". "Había videos en Instagram, los colgaban cuando quemaban los coches y me dijeron que uno podía ser el mío; eran comentarios que hacían los críos", ha contado.
Tenía relación con el padre de D.L porque acudía a su taller y en éste también veía a su novia, T.G. La testigo ha agradecido encarecidamente al padre del acusado su ayuda porque necesitaba un coche para trabajar y le consiguió uno de segunda mano baratito.
Otro testigo, a cuyo hermano destrozaron el coche invistiéndolo hasta tirarlo a un terraplén, había recibido un mensaje de WhatsApp de T.G en la que le advertía de que no volviera a mirarme mal.
"En el ambiente", ha dicho, se decía que ellos eran los responsables de los incendios. Este testigo tiene sobre sí una denuncia de D.L por romperle la mandíbula.
También fue pareja de T.G entre ruptura y vuelta con D.L. Terminó "mal" porque al tiempo sucedió el encontronazo y que el coche apareciese destrozado. Su relación de pareja había sido "tranquila" y ha rechazado que quemaran coches. Sí le contó T.G que D.L era "muy celoso y le controlaba el móvil".
A los cuatro acusados (D.L y T.G; I.A y N.M, dos parejas de novios) se les acusa de quemar diez automóviles (seis en el lugar donde estaban aparcados); robar y quemar una moto; incendio en las instalaciones de Bodegas Marqués de Murrieta; dos automóviles dañados (uno abandonado en el Monte Cantabria); y el incendio en tres garajes comunitarios de Logroño.
Los investigadores, además de un trabajo a pie de calle, enfocaron sus pesquinas en las redes sociales, donde los detenidos, siguiendo fuentes policiales, se jactaban de lo hecho y se autodenominaban 'Payasos justicieros'.