La noticia del cese cautelar de la histórica sirena del Espolón logroñés a causa de la denuncia presentada por un particular por ruidos ha llevado al relojero encargado de su mantenimiento y del reloj que comparte espacio con la popular bocina en la torre del edificio Ibercaja, José Luis Tomás San Román, a promover una recogida de firmas en internet para pedir que se retome esa tradicional toque que marca el mediodía de la capital riojana. Con el lema 'Que vuelva la sirena del Espolón', la recogida de firmas se está llevando a cabo a través de la plataforma change.org e invita a respaldar la solicitud de mantener una tradición sonora de 70 años de historia, que ahora corre el riesgo de desaparecer. José Luis Tomás defiende que la sirena, que antaño sonaba para avisar a los obreros del fin de su jornada laboral o del horario del almuerzo, tiene un carácter emblemático para la ciudad y forma parte del patrimonio de la misma. 

El relojero encargado hasta ahora del mantenimiento de la sirena apunta que habrá quien piense que la suya es una postura interesada, pero José Luis Tomás cree que de alguna manera está recogiendo el sentir de muchos ciudadanos. Como señala, el sonido de la sirena apenas dura 10 segundos y se produce a mediodía y no a horas en las que pueda resultar molesto, además de que en 70 años de historia nadie hasta ahora se había quejado de una tradición acústica que forma parte del día a día de la ciudad. 

Como ha publicado este viernes El Día de La Rioja, la sirena fue desconectada el jueves por el propio José Luis Tomás, por indicación de Ibercaja, que es la propietaria de este mecanismo y del reloj alojados desde hace décadas en la torre de su edificio histórico de la esquina de las calles Sagasta y Muro de la Mata. La entidad financiera ha tomado esa decisión después de recibir un requerimiento del Ayuntamiento de Logroño para que atenúe el volumen de la sirena, después de que un particular haya presentado una denuncia en el Consistorio acogiéndose a la normativa de ruidos. Ante la imposibilidad de regular el volumen de la sirena, dado que es un aparato muy antiguo, Ibercaja ha decidido desconectarla de forma cautelar para no incumplir la orden municipal y en espera de que el Ayuntamiento adopte una decisión definitiva sobre la icónica bocina.