Editorial

Leonor reafirma el compromiso de la Corona por la democracia

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El Congreso de los Diputados, sede de la soberanía de la democracia española, acoge hoy uno de los actos más trascendentales de su historia más reciente. Como ya sucediera con el actual monarca, la heredera al trono da cumplimiento con su jura a la Constitución en una jornada de sometimiento normal que otorga estabilidad institucional y refleja la grandeza del Estado de Derecho. La jornada no sucederá en palacio, sino en las Cortes Generales y ante los representantes de la soberanía nacional para refrendar el compromiso histórico de la Monarquía con los derechos y libertades de los ciudadanos. Se trata de que el jefe del Estado y la futura reina cumplan con sus funciones constitucionales.

Al contrario de lo que sucedió en el albor de la Transición, donde el ambiente político y social estaba trufado de un gran consenso con una mayoría aplastante del PSOE de Felipe González en 1986, Leonor de Borbón aborda esta jura con la responsabilidad de «respetar y hacer respetar las leyes y a los ciudadanos» pero en un escenario totalmente cambiante y ante unos desafíos no menores. En primer lugar, la propia sucesión al trono. El papel de la mujer en estos 45 años ha sido fundamental para el progreso de este país y reflejo de ello será hoy ante un Gobierno y una cámara de representantes prácticamente paritarios. Es el cambio más importante desde aquella foto de mediados de los ochenta de su padre hasta la que ocurrirá hoy de la protagonista perteneciente a la generación Z. La princesa Leonor, en el día de su mayoría de edad, asumirá el valor de una Constitución que en su preámbulo garantiza la convivencia democrática y las leyes conforme a un orden económico y social justo; consolida el Estado de Derecho, protege a los españoles y pueblos de España (…) sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones y promueve el progreso de la cultura y de la economía. Principios que opositores a la monarquía esquivan, reniegan o simplemente incumplen.

Sin embargo, entre ambos momentos, habrá ausencias notables en la mañana de hoy, como los ministros de raíces republicanas, la mayoría de los socios parlamentarios del Ejecutivo y los presidentes nacionalistas de Cataluña y Euskadi, en una falta de respeto institucional que no enturbia la grandeza del acto y el sentido de Estado al que deberían asistir, aunque fuera solo por lealtad a las normas. Porque de esto trata la jura, dar visibilidad a la Ley de las Leyes, que mana de los ciudadanos, representados en el Parlamento. Su desprecio no es a la Corona, sino a la soberanía, en definitiva, a la democracia.