El Tour recupera su 'techo' en 2024

Agencias
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La ronda gala rescata, después de 15 años, el col de la Bonette en una edición que incluirá los caminos pedregosos de la clásica Strade Bianche

El Tour recupera su ‘techo’ en 2024 - Foto: ASO / ALEX BROADWAY

Aires nuevos en el Tour de Francia: la edición de 2024 de la ronda gala comenzará por primera vez en su historia en Italia, saliendo desde Florencia el 29 de junio, y acabará el 21 de julio en Niza, siendo igualmente la primera vez que finaliza lejos de París. A su vez, también ascenderá los Apeninos y los Alpes transalpinos, los franceses, el Macizo Central y los Pirineos, e incluirá dos contrarreloj, una de ellas el último día, y caminos pedregosos se estrenarán en la 'Grande Boucle'. Además, se recuperará su 'techo', un col de la Bonette que, con sus 2.802 metros sobre el nivel del mar, regresa a la carrera después de 15 años de ausencia. 

Esas fueron las principales novedades de un recorrido desvelado ayer, el de una edición muy particular que pondrá su punto y final fuera de la capital para dejar a la ciudad tranquila de cara a los Juegos Olímpicos, que comenzarán cinco días más tarde.

«En el extranjero, Francia es conocida por París y por la Costa Azul. Sin la capital teníamos que ir a Niza, que además tiene una gran tradición ciclista», explicó el director de la prueba, Christian Prudhomme.

Será el punto culminante de una carrera que tendrá en los caminos sin asfaltar uno de sus alicientes. Inspirados en la clásica italiana Strade Bianche, esta novedad llegará en la novena etapa, víspera de la primera jornada de reposo, entre las viñas de la Champaña, donde los corredores deberán superar 14 tramos sin asfaltar, un total de 32,2 kilómetros, sobre las rutas de viticultores.

«Es una forma de romper la monotonía, de evitar que se encadenen etapas con final al esprint. No podíamos ir a tramos adoquinados, así que hemos acudido a estos caminos sin asfaltar, que constituyen la última gran novedad del ciclismo», explicó Prudhomme. El Tour de 2024 tendrá 3.492 kilómetros y un desnivel de 52.230 metros, y atravesará Italia, San Marino, Francia y Mónaco.

«Es un Tour menos montañoso que el del año pasado (que incluía 30 ascensos), pero eso no implica que sea menos duro», aseguró el director de la ronda gala, que con este recorrido insistió en su búsqueda del equilibrio entre escaladores y rodadores, y que alertó sobre la dureza de la última semana.

Tras el inicio «más duro de la historia», 206 kilómetros entre Florencia y Rimini que atraviesan los Apeninos en un perfil accidentado, la alta montaña llegará «antes que nunca» en un Tour, a partir de la cuarta etapa que incluye el ascenso al Galibier que será destronado como el paso más elevado -2.642 metros- por el col de la Bonette, que se subió por última vez en 2008. A esta cumbre se llega por una carretera construida exclusivamente para superar los 2.800 metros de altitud y allí Federico Martín Bahamontes en 1962 dejó helado al público. El 'Águila de Toledo' cabeceaba por una vía estrecha, en un desértico paisaje que no conducía a ningún lado, para convertirse en el primer ciclista que coronaba ese puerto.

Ahora, en un Tour atípico, con menos montaña y más camino pedregoso, Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard parten como favoritos para emular al español.