Becas que se transforman en empleo

El Día
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Las ayudas de la ADER para prácticas laborales facilitan experiencia a jóvenes titulados y talento a las empresas

El CEO de Teinnova y el joven ingeniero incorporado a la compañía por medio de una beca ADER, junto a uno de los robots que desarrollan en el departamento de I+D. - Foto: Ingrid

Jaime Martínez, un ingeniero mecánico de 24 años, confiesa haber vivido el tránsito entre el fin de la carrera y la primera aproximación al mundo laboral como una especie de «limbo». La razón es un escollo que afecta a muchos recién titulados, por muy formados que estén: la falta de experiencia que echa atrás a muchas empresas a la hora de contratar.  

En su caso, la propia Universidad de La Rioja, donde cursó sus estudios superiores, le planteó una senda que ha resultado determinante en su horizonte laboral: el acceso a una de las becas de formación en empresas que concede la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (ADER), financiadas con fondos de la Unión Europea.

«Vi que era una opción óptima para adentrarme en el mundo laboral, con la posibilidad de venir a una empresa, ver cómo funciona y aprender, y que los empresarios tengan la posibilidad de comprobar si en encajas en su plantilla; es un win to win», relata Jaime, que de becario en Teinnova ha pasado a trabajador en esta compañía logroñesa del sector de la tecnología para la higiene y la climatización. 

En Teinnova, la incorporación de becarios no es algo nuevo. «Somos un centro de acogida para todo tipo de becas y prácticas de estudiantes de universidad con unos proyectos determinados», explica el gerente, Armando Sáenz, que comenta el caso de este joven ingeniero, incorporado a su empresa  a través de una de las becas ADER, una de las acciones con beneficios constatables gracias a la llegada de los fondos europeos gestionados por el Gobierno de La Rioja, del que depende la Agencia.

Esta transferencia directa de talento joven con alta formación académica a empresas con necesidades de tecnólogos en sus departamentos tiene un doble efecto: por un lado, los becarios se forman en el aspecto práctico y aprenden la realidad laboral de aquello para lo que han estudiado, dado que la falta de experiencia suele ser el principal lastre que arrastran los recién titulados;por otro, las empresas tienen la oportunidad de descubrir jóvenes talentos y testearlos en el periodo de formación práctica, de cara a fichar profesionales con garantías y capacidad contrastada.

«Creemos en los jóvenes; la experiencia de inicio está bien, pero tampoco es imprescindible», comenta el CEO de Teinnova. De hecho, esta firma logroñesa tiene un plan de formación propio, ya que por el tipo de productos que desarrolla está continuamente generando proyectos nuevos en los que no hay experiencia previa.

Esta empresa, con un alto componente de investigación e innovación en sus procesos, opta a estos programas de becas con la pretensión de que la persona que llegue a formarse pueda integrarse al cabo de ese periodo en su equipo de trabajo. «Para nosotros, es una oportunidad de descubrir talento, como nos ha ocurrido con Jaime, en quien también hemos valorado su gran implicación en los proyectos y la rapidez en formarse». En este caso, la sintonía entre becario y empresa fue tal, que a los seis meses de estancia en Teinnova la dirección decidió contratarle sin esperar a que se agotase el periodo de un año de duración de la beca, subraya Armando Sáenz. 

Formarse y cobrar. Al igual que en otros sectores tecnológicos, en el campo en el que se mueve Teinnova hay dificultad para encontrar perfiles especializados de alta formación, dada la demanda laboral existente. La cantera está en las universidades, pero la inexperiencia pesa y ahí es donde las becas ADER aportan capacitación práctica a los recién titulados y una remuneración económica interesante para los jóvenes, que les ayuda, incluso, a poder emanciparse.

Para Jaime, la beca ADER financiada con fondos UE ha sido la vía para complementar una formación universitaria muy teórica. Además, la entrada en el departamento de I+D+i es todo un reto. «Lo bueno es que siempre estamos creando, innovando, pensando en cosas nuevas; es un trabajo con un componente creativo importante y nada rutinario», comenta este joven.

Las becas son una de las vías de ayuda que Teinnova, como muchas otras empresas, obtiene de la ADER, pero esta firma opta también a otras líneas de subvenciones que facilitan el desarrollo de proyectos de largo recorrido con retornos de la inversión que no suelen ser inmediatos.

 

La calidad del aire cobra relevancia con la covid

El núcleo duro de la actividad de Teinnova es la innovación y el desarrollo de productos y equipos en el sector de la tecnología de la higiene y la climatización. Y en ese campo, la irrupción de la pandemia de la covid puso de relieve la importancia de la calidad del aire para evitar la transmisión de virus y bacterias. En 17 años de trayectoria, la compañía, en cuyas instalaciones del polígono Cantabria trabajan 34 personas y con productos que tienen presencia en 80 países, se ha posicionado con fuerza en el desarrollo de sistemas de purificación de aire y desinfección de superficies y de ambiente, así como en una tecnología de limpieza preventiva de sistemas de climatización. Entre los equipos de última generación que fabrica están los robots que se mueven por el interior de los sistemas de climatización para limpiarlos y evitar la contaminación del aire. A todo ello se une otra línea de productos dirigidos a las limpiezas técnicas de sistemas industriales.