Más allá de los datos, resulta una evidencia palpable que el sector comercial pierde peso específico en el seno de la capital riojana. El comercio de siempre, el de cercanía, el de proximidad, como  se suele usar para referirse al concepto más tradicional de esos establecimientos situados a pie de calle, sigue padeciendo los coletazos de la pandemia, de las compras online y de la fuerza de ventas que ejercen las grandes superficies comerciales. Y entre ellos, sufre más el comercio textil. Una sensación extendida y no avalada por datos estadísticos que ratifica Noelia, del establecimiento Phuket situado en Gran Vía y que el próximo 31 de julio cerrará sus puertas definitivamente. Así lo anuncia la propia franquicia a bombo y platillo en su escaparate. «No funcionan las ventas», señala Noelia al tiempo que considera que «la gente va ahora más hacia espacios de ocio y restauración». 

Cree que «el comercio textil» está siendo el principal afectado de una situación que, en mayor o menor medida, afecta a todo el sector comercial.
tres años duros. El céntrico establecimiento de moda abrió sus puertas en septiembre de 2020, justo después de lo peor de la pandemia del covid-19. Ha aguantado casi tres años pero «se nota que la gente no quiere gastar. Los clientes vienen -apostilla- cuando se les rompe un pantalón y aunque le muestres treinta y le gusten los treinta, se lleva uno para reponer el roto». 

Desde Phuket «hemos probado a modificar la política de los precios» con el objetivo de atraer clientes pero las cuentas siguen sin cuadrar. A finales de julio se sumará a otros comercios que también han puesto el cerrojo, que lo están poniendo o que lo pondrán en los próximos meses. 

Todo ello en un contexto en el que nadie se atreve a aventurar una mejora, al menos a medio plazo.
Como Phuket, hay otros negocios que también anuncian el cierre. Un establecimiento, también textil, en Duquesa de la Victoria o La Casa del Corcho en la plaza del Mercado también han decidido dejar atrás su labor comercial.

Junto al sector textil, las calles de la capital riojana también adolecen de establecimientos dedicados a imagen y sonido, de esos que hace años ofrecían los últimos modelos de televisión, o grandes equipos de música y sonido. Por el contrario, crecen a diario los establecimientos de alimentación, fundamentalmente de venta de fruta y verdura.