Difícil abstenerse de la tentación de resumir el Barça-Atlético como un duelo con victoria de Joao Félix sobre Simeone, con la carga de 'vendetta' que lleva detrás. Al fin y al cabo, el portugués es el chico que no supo ni quiso adaptarse al 'cholismo' y el argentino, el técnico que no se rebajó a hacer lo que aconsejan los manuales: renunciar a ciertos parámetros para adaptarse a la figura de turno, sobre todo si te has gastado 125 millones de euros en ella. Pero el partido fue mucho más allá de un 'duelo individual': hubo un Barcelona notable al que le falló Lewandowski para cerrar mucho antes el encuentro en una primera parte al mejor nivel de la temporada; hubo un bloque rojiblanco que se mostró tímido a pesar de llegar en uno de los mejores momentos de los últimos años (a la hora de la verdad, eso de «ir a por el partido» sigue siendo una asignatura pendiente de Simeone); y, de entre todo lo individual, aparte de Joao Félix, hubo un triángulo (De Jong-Gündogan-Pedri) que por fin puso sentido a lo que Xavi quiere y tanto le cuesta conseguir.
Porteros
También hubo un portero, Iñaki Peña, que sacó una de las manos de la jornada para salvar el 1-1 en un tiro de Memphis. Quizás 'la mano' fue la de Sergio Herrera (Osasuna) a Mikel Merino, una parada tras parada para poner en las escuelas. O alguna de las de Rui Silva (Betis), batiendo el récord del curso (nueve) y tumbando al Almería. Los señores de guantes ganan puntos. Conviene recordarlo.
Destacados
El mano a mano entre Real Madrid y Girona está precioso, como esas etapas de alta montaña en las que el gran favorito va sobrado (el triunfo sobre el Granada fue una faena de aliño sin gracia) y el aspirante renquea y se mueve como si se le fuesen a salir las bielas… pero no se descuelga: el conjunto catalán ha sacado ya 15 puntos en remontadas, esta última ante el Valencia convirtiendo el 0-1 en un 2-1 en los últimos 10 minutos. Si fuese por fútbol y por fe, ya tendríamos campeón anticipado.