Moncloa anuncia que se celebrarán dos consejos de ministros semanales hasta que finalice el año. Bien. El gobierno se pone las pilas, va a dedicar más tiempo a tomar decisiones que supuestamente garantizarán mejor calidad de vida de los ciudadanos. Así que se agradece el gesto, pero teniendo en cuenta el concepto de Pedro Sánchez sobre la situación actual de los españoles, que él considera la mejor de la historia, es difícil creer que doblar el número de reuniones del Ejecutivo suponga la aprobación de medidas efectivas.
Su concepto sobre cómo se vive en la España actual choca de frente con lo que perciben la mayoría de los españoles, excepto aquellos que en su sanchismo irredento no quieren ver más allá de lo que admite su ideológicamente estructurada cabeza. Jalearán las propuestas que salgan de los numerosos consejos que se celebren hasta final de año, que es probable que perjudiquen aún más las ya de por sí perjudicadas economías de las clases media y baja españolas, las paganas de las disparatadas y demagógicas iniciativas de este gobierno.
Pedro Sánchez no gobierna para los españoles, sino para mantenerse en el poder, y ha comprado voluntades parlamentarias con ingentes cantidades de dinero que, en buena ley, podrían haber servido para tomar decisiones que los españoles de a pie habrían agradecido. A eso ha añadido el gobierno propuestas de imposible cumplimiento, como advierten economistas de todas las tendencias, y se añade también que este gobierno no ha hecho los deberes que había impuesto la Unión Europea. Llega a fin de año sin enviar a Bruselas la documentación completa y el programa de inversiones exigidos por las autoridades europeas como condición para acceder a los fondos de rescate. Fondos que los Presupuestos Generales del Estado dan por hecho que se recibirán aunque hemos visto solo un puñado de millones que no cubren, ni de lejos, las cantidades esperadas.
Cualquier español de bien es capaz de hacer una lista de lo que deberían aprobar esos consejos de ministros que Sánchez quiere celebrar. Encabezada la lista por las ayudas a los afectados de La Palma, a los que el presidente ha prometido de todo sin que hayan llegado siquiera las ayudas de primera necesidad. También sería importante aprobar un proyecto de pensiones que garantice su supervivencia, medidas energéticas, medidas para bajar la inflación y medidas para afrontar la escasez de suministros, que se agrava por momentos.
Sánchez presume de los puestos de trabajo creados por su gobierno, una ficción basada en manipulación de los datos, pero tendría que hacerse una reflexión: si crea tanto empleo como dice ¿por qué no olvida la reforma laboral? Porque ese supuesto éxito se ha producido con la ley que pretende abolir…
No está mal que el gobierno duplique el número de reuniones de los ministros. Lo inquietante es que es capaz de duplicarlas para seguir con las tropelías, cuando tendría en su mano tanto bueno por hacer.