El Grafometal jugará el año que viene en Oro, segunda categoría del balonmano femenino nacional. Su singladura en la elite ha sido efímera pese a la evolución positiva mostrada en la segunda vuelta. Sin embargo, en la fase por la permanencia, que acaba de alcanzar su ecuador, se le han visto todas sus costuras. A falta de tres jornadas, el futuro de las logroñesas está sellado. 

La primera vuelta del Sporting LaRioja en la elite fue catastrófica, con un empate (segunda jornada) y diez derrotas. Sin embargo, y pese a la mejoría evidenciada con la llegada de Geandra Rodrigues, Kelly Abréu o Silvia Ederra no dio para evitar la lucha por la permanencia.

Las logroñesas entraron como colistas en la novísima fase por la permanencia y su empate inicial con el Granollers les pasó factura. En Villava no estuvieron a la altura y el sábado el Barakaldo, que ya había ganado en el Palacio, les remontó de forma imprevista(26-27).Era la enésima remontada en contra de las riojanas.

Con seis puntos en juego, con 5 en su casillero por 12 de Beti Onak y Granollers, el destino del Grafometal es de Oro. Por fortuna, el club lleva varias semanas planificando la 23-24 con Juanjo González al frente del banquillo.