Agoncillo coge aire y mueve un 25% menos pasajeros que en 2019

Feli Agustín
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El buen comportamiento de los vuelos domésticos y exteriores no logra compensar la notable caída

Aeropuerto de Agoncillo, que ha trasladado hasta septiembre 10.674 viajeros en vuelos comerciales. - Foto: Óscar Solorzano

Veinte años después de su inauguración, lo fue el 12 de mayo de 2003, el aeropuerto de Agoncillo continúa realizando ingentes esfuerzos para desplegar sus alas. Con 12 vuelos semanales de ida y vuelta a Madrid, el aeródromo riojano se encuentra entre los que menos viajeros del país traslada, a pesar de la importante recuperación que presenta este año. En concreto, hasta el pasado septiembre, el número de pasajeros que han utilizado sus instalaciones se eleva a 11.704, lo que supone un importante incremento del 42,2% respecto a las cifras de 2022, gracias a un crecimiento similar, de alrededor del 60%, tanto en pasajeros nacionales como foráneos. 

El grueso de estos viajeros se concentró en vuelos comerciales  -queda al margen  aviación general y ejecutiva- que movieron a 10.674 personas, de las que 8.386 (+60,8)  lo hicieron con destino a algún lugar de este país, y 2.288 (+50,8) al extranjero. Esta progresión es sensiblemente superior a la registrada en el conjunto del país, donde el número de viajeros en los nueve primeros meses del año rozó los 217 millones, con una subida global del 17,7% respecto a las cifras del ejercicio precedente, con los viajeros internacionales duplicando a los nacionales -145,6 millones frente a 70,5-, y con alzas tanto en el mercado doméstico, 14,6%, como el exterior, del 19,2%.

Esta mejora viene acompasado en ambos territorios con el aumento de operaciones comerciales, que en España han crecido un 9,7%, mientras en La Rioja ha alcanzado un 23,6%, hasta las 409, a pesar el descenso del número total, que han sido 1.556, un 1,8% menos, al contrario que en el conjunto del país, donde también han experimentado un avance del 8,7%.

Sin levantar el vuelo. La notable progresión de este año no camina, no obstante, de manera pareja al aumento constatado desde la finalización de la pandemia en nuestro país y, de hecho, el de La  Rioja es uno de los aeródromos que más está sufriendo para alcanzar las cifras prepandemia. Según los datos que facilita Aena. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea , el de Agoncillo presentaba en septiembre cifras un 25,4% inferiores a las de 2019, mientras que el conjunto de los aeropuertos del país habían trasladado un 1,3% más de viajeros que en 2019.

Estas dificultades que sufre el aeropuerto de la comunidad -que son de carácter endémico- son más llamativas si se tiene en cuenta que el número global de operaciones  ha crecido por encima de un 34%, aunque la fuente no diferencia de vuelos comerciales de privados, lo que convierte al riojano al segundo de mayor alza.  En nuestro país, en cambio, la subida ha sido muy inferior, solo del 0,6%, para rebasar  1,8 millones de vuelos.

La pérdida. Con el futuro del aeropuerto en permanente debate, el Gobierno de Gonzalo Capellán, muy interesado en potenciar el transporte ferroviario, ha transmitido al Ministerio de Transportes la misma petición que trasladó el de su predecesora y el consejero de Infraestructuras, Daniel Osés, reclamó la semana pasado a responsables ministeriales la declaración urgente de la Obligación de Servicio Público (OSP) de los vuelos Logroño-Madrid, que considera «imprescindible».

Esta declaración se antoja vital para que el aeropuerto riojano logre remontar el vuelo, una objetivo complejo en un contexto poco alentador.  En los nueves primeros meses de este año solo hay tres aeropuertos, los de Córdoba, Burgos y Huesca que muestran peor comportamiento que el riojano en relación al año 2019. Si bien es cierto que Barajas y El Prat contabilizan menos viajeros, el grueso de instalaciones van recuperando posiciones. Uno de los casos más relevantes es el de Vitoria, que traslada un 83% más personas, reflejando el segundo mayor crecimiento, solo por detrás del mallorquín de Son Bonet; mientras, el de Pamplona presenta datos negativos,  con casi un 20% menos viajeros.