En un contexto de subida de los tipos de interés, que provoca la consecuente escalada del euribor, el precio de los alquileres no deja tampoco de crecer. En La Rioja alcanzó en septiembre el precio más elevado de su historia y se situó en 7,4 euros por metro cuadrado -7,7 en Logroño, lo que supone que un piso de 90 metros roza los 700 euros mensuales-, según recoge el portal inmobiliario Idealista. A pesar de que los precios del alquiler en la capital riojana no son tal elevados como en las vecinas, Pamplona, Vitoria o Zaragoza, este incremento, que ha sido del 7,2% desde septiembre de 2021, está obligando a los arrendatarios a aumentar el esfuerzo para hacer frente al pago de las cuotas. Así, un riojano debía dedicar en el tercer trimestre del año el 27,9 de su sueldo -el 24,5% un año antes- y del 26,1 en Logroño, con una subida interanuel del 2,2%, a hacer frente al alquiler, un porcentaje que se acerca al 37% si se perceptor del salario mínimo interprofesional.
Esta escalada tiene su reflejo en el aumento de la morosidad,y según recoge la Fundación Alquiler Seguro, ha crecido un 2,83% en un año, de tal manera que la deuda media es de 3.339,67 euros, una de las más bajas de nuestro país.
Estas subidas tienen sus consecuencias en el ámbito judicial y, según el informe Efecto de la Crisis en los órganos judiciales del segundo trimestre, que elabora el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los lanzamientos tramitados por la Ley de Arrendamientos Urbanos han experimentado un crecimiento del 88,9% -de 36 en 2021 a 68 este año- a la cabeza, con holgura, nacional.
Los lanzamientos por ejecuciones hipotecarias también han experimentado una evolución ascendente, pasando de 13 a 20 con un incremento del 53,8%. En conjunto, han crecido un 69,8% en el segundo trimestre, pasado de 53 a 90.
Pedro Pablo Rodríguez Pinillos, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), reconoce que ha descendido el número de personas que atienden, «aunque muchos son por alquiler», en una tendencia creciente. «No es consecuencia de la guerra, ya venía de antes, pero ahora, con la inflación se está notando aún más», asegura Rodríguez, que vaticina que la negativa situación que atraviesan los arrendamiento se extenderá a las hipotecas, ante la imparable subida de los tipos de interés.
Explica que la moratoria del pago establecida por el Gobierno supone un «parche, es pan para hoy y hambre para mañana» y señala que esta circunstancia obliga a los grandes tenedores, porque «si a un particular el hecho de no cobrar la renta le genera desprotección, el inquilino ha de dejar la vivienda». «La administración, en este caso, debe proporcionar una solución habitacional», requiere.
«De cero a 248». Al respecto, Francisco Javier Caldito, director general de Vivienda, destaca que el IRVI «ha pasado de la nada a contar con 248 pisos de alquiler», para ofrecer soluciones habitacionales «a quien más lo necesita». Relata que, además de las ayudas que se pueden pedir a lo largo de todo el año, gestionan un protocolo de mediación entre inquilinos y propietarios para evitar los desahucios, de los que han resuelto 90 casos de manera positiva.
Caldito, que insiste en la prevención, resalta que existe una moratoria de desahucios para vivienda habitual y permanente, tanto para hipotecas como alquiler, de tal manera «que no tiene lógica» el aumento cercano del 90% que constatan los tribunales, y deduce, por tanto, que las cifras del CGPJ deben hacer también referencia «a locales, naves o segundas residencias». Destaca que se responden a todas las peticiones «pero hay una base reguladora que prioriza y adjudica las viviendas» a quien mayores necesidades presenta y «donde las tenemos;no somos una inmobiliaria para dar viviendas a la carta».