La lucha contra el terrorismo yihadista se salda, solo en el presente ejercicio 2023, con un total de 23 operaciones y un balance de 30 detenidos en catorce provincias españolas. Dos de estas operaciones se han producido este mismo año en la localidad riojana de Calahorra donde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, siempre en base a los datos hechos públicos por el área que dirige Fernando Grande-Marlaska, procedieron a la detención de una persona.
No han trascendido más datos al respecto, más allá de la estadística que maneja Interior. No se ha hecho público el grado de implicación del arrestado, ni su origen ni siquiera si ingresó en prisión o no. Tan solo los balances del ministerio de Interior y que los operativos fueron desarrollados por unidades especiales antiterroristas desplazadas desde Madrid. Todo ello bajo una absoluta discreción.
Estadística a la que habría que sumar la detención el pasado miércoles en Terrasa (Barcelona) del que se presume que era el yihadista más activo en redes sociales y que contaba con más de 400.000 seguidores y miles de 'likes' y que hacía uso de sus perfiles sociales para llamar a la 'yihad'. En los últimos tiempos había endurecido su discurso e incitaba a acometer atentados y mostraba su predisposición a imponer la sharia o Ley Islámica además de lanzar continuamente mensajes de odio hacia los judíos y los colectivos LGTBI.
Todo ello en un contexto internacional de cierta cautela ante la guerra desatada en Oriente Próximo entre Hamas e Isarael. Un conflicto que si bien no ha merecido elevar a nivel 5 la alerta antiterrorista en España, sí derivó en el endurecimiento del nivel 4 reforzado con el objetivo de extremar precauciones y vigilancia.
Según los datos trasladados por la Policía Nacional, no se vigila, al menos en la capital riojana, a ninguno de los conocidos como lobos solitarios yihadistas. En el resto de la Comunidad autónoma, la Guardia Civil no facilita datos al respecto. Ahora bien, la detención materializada este mismo año en Calahorra confirma que la región, desde luego, no está al margen de ciudadanos radicalizados, ni en consecuencia, de la batalla planteada en Europa, contra el terrorismo internacional.
Controles. En cualquier caso, la Policía Nacional de La Rioja controla diferentes espacios públicos considerados sensibles. Entre ellos, se encuentran en la rutina diaria las estaciones de ferrocarril y de autobuses de Logroño. Controles en los que habitualmente se incautan armas blancas, cada vez más según los propios agentes, y sustancias estupefacientes. Nunca hasta ahora, estas vigilancias rutinarias han obligado a detener a nadie vinculado con la amenaza yihadista.