A sus 23 años, el joven abogado Daniel Barrón Dueñas (Logroño, 1999) se enfrentará en menos de 15 días a sus primeras fiestas como presidente de la Federación de Peñas de Logroño. Un cargo que afronta con ilusión, ganas y, especialmente, simpatía a raudales. Indica que tiene intención de revitalizar la participación en las fiestas, conocedor de que adolescentes y postadolescentes se quedan descolgados, y de que algunas familias optan por irse de vacaciones. «Tengo bastantes ideas, sobre todo de cara a San Mateo porque San Bernabé ya tiene un carácter más tradicional e histórico y tres días no dan para mucho», apunta.

De la Peña La Alegria, desde que nació, siempre ha vivido las fiestas desde dentro como peñista. «El pack completo», acudiendo a casi todos los eventos, con planificación y una organización prestablecida. Precisamente, él ahora se enfrenta al reto de «organizar todo, buscar nuevas propuestas, mover cosas, gestionar eventos, preparar degustaciones».

Sabedor de que aquí la gastronomía es sinónimo de grandes ratos es de esos riojanos que, en cuanto puede, se lanza a las barras. «Soy un asíduo de la Laurel y la San Juan, varias veces al mes. Con la familia es más entre semana o de vermú el domingo y con los amigos, los sábados antes de salir de bares. Siempre he sido más de la San Juan porque mis padres me traían aquí desde pequeño». 

Daniel Barrón escogió El Peregrino San Juan (calle San Juan, 21, Logroño), un establecimiento que suele visitar con sus padres y del que le gustan varios pinchos. - Foto: Óscar Solorzano

Elige El Peregrino, un establecimiento clásico de la calle San Juan que acostumbra a visitar con sus padres y familiares, «desde hace por lo menos cuatro años o así para nosotros es un sitio obligado».

Pide el crepe de vacuno con bacon y salsa barbacoa que él define como «un rollito que lleva carne de vacuno, queso fundido, salsa barbacoa, más queso gratinado, es una mezcla de sabores intensa, como si fuera una pizza pero más de aquí, a mí me encanta este sabor». Charlando con la camarera reconoce que no es su único favorito, «como vengo mucho, a veces voy cambiando».

Reconoce que «pese a que en las fiestas se come de todo, de bar en bar, de degustación en degustación, yo intento cuidar lo que como: sano, y equilibrado, pero también me doy mis caprichos y me gusta mucho comer y probar de todo». 

Su bebida favorita es el café, un indispensable para las largas jornadas de fiestas. Aquí opta por el vino tinto, «he cogido un crianza; Rioja, por supuestísimo. Antes era más de blancos pero últimamente me está gustando mucho el crianza», indica.