Más que forja y madera

Ana Torrecillas
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Los bancos son mucho más que un elemento urbanístico de ciudades y pueblos, sino una oportunidad para el descanso y la conversación. Con sus nuevos diseños y ubicaciones, los bancos reivindican el espacio público vecinal

Bancos en la calle Fundición - Foto: El Día

Durante la pandemia del covid-19, las restricciones en los interiores de los establecimientos de hostelería obligaron a que sus terrazas ocuparan gran parte del espacio público. Mesas y sillas 'privadas' que condicionaban la oportunidad de los vecinos de disfrutar de una tarde en una plaza sentados en un banco. De hecho, el desconocimiento y la falta de información sobre cómo se contagiaba el virus, provocó que incluso se prohibiera compartir bancos públicos. 

Pero una vez superado lo peor de la pandemia, las terrazas regresaron a su ubicación original. De esta forma, quedó patente la necesidad de reivindicar los espacios abiertos: plazas, calles y paseos, como lugares de encuentro de los vecinos tras largos meses de encierro.

El mobiliario urbano se adaptó, entonces, a esas necesidades. Y uno de los elementos clave de esa forma de entender el espacio público como lugar de encuentro es el tradicional banco, para sentarse, claro. En Logroño existen 8.888 unidades de más de noventa modelos diferentes. Pertenecen, además, a diversas épocas y están construidos en base de diversos materiales. La mayoría están elaborados a partir de madera técnica, pero también lo son mixtos en madera y hormigón, madera y elementos metálicos. Los más tradicionales eran aquellos de piedra y también los de forja. Son los que podemos ver en el Paseo del Espolón de Logroño, por ejemplo. Esos materiales han devenido en otros más adaptados al entorno, mejorando su resistencia ante los efectos de la meteorología y de la acción humana.  Logroño también cuenta con bancos elaborados en acero inoxidable y metálicos por completo. Y están los especiales, construidos con hormigón estructural y que cuentan con diversas formar:tipo cubo, tetris, modulares y bancos jardineras. 

Una variedad de modelos que está influida por las diferentes épocas en las que se instalaron en Logroño. Los más habituales son el modelo de banco 'Madrid' y  el 'Neobarcino', éste último es el que más se está instalando en las nuevas reurbanizaciones de la ciudad, en sus diversas variantes: de tres o de una sola plaza. 

La elección de los modelos a utilizar pertenece a la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja, en función de materiales sostenibles y respetuosos con el entorno. Pero en las reformas de calles, o bien cuando éstas se amplían o se reurbanizan son los proyectistas los que definen el mobiliario, siempre cumpliendo los habituales requisitos de accesibilidad.

No es una cuestión baladí, la colocación de los bancos influye en su utilización y ésta debe estar pensada para que todos puedan utilizarlo, especialmente, las personas con movilidad reducida. 

Son lo que se conocen como  zonas estanciales. Es decir, un espacio público y urbano, libre de edificación, adyacente a la red viaria y  cuyo diseño cumple el objetivo de atraer y facilitar la permanencia temporal de los peatones en dichos espacios. Una versión mejorada de la tradicional plaza con bancos y una zona de juegos infantil. La posición del mobiliario urbano está diseñada como si fuera la salita de un hogar, con bancos de diferentes tamaños, cercano unos de otros.

la ciudad y sus bancos. Logroño siempre ha sido una ciudad de bancos. En 2014, la capital de La Rioja ya contaba con 7.575 unidades. Si bien, en los años en los que se realizaron las últimas reurbanizaciones de plazas y calles, el número de bancos ascendió notablemente. En 2017 ya se disponía de un total de 8.639 unidades. En los últimos 5 años, se han instalado casi 250 bancos más. Especialmente en estos últimos meses en los que las obras en vías como calle Duquesa de la Victoria, Fundición, República Argentina o la zona de Vara de Rey ha implicado la renovación de muchos de ellos.

Los bancos son mucho más que un lugar para sentarse o un simple elemento ornamental. Es una forma de hacer vecindad, de socializar En este sentido, la presidenta de la Federación de Vecinos de La Rioja, María Ángeles Matute, asegura que «la necesidad de más bancos y, sobre todo, dónde y cómo se instalan es algo que estamos trasladando a todos los partidos políticos, ahora que son elecciones municipales, y la respuesta está siendo muy positiva».

Matute reconoce que Logroño es una ciudad con un número de bancos aceptable. «Nos parece positivo que, a medida que se vaya reurbanizando la ciudad, se incorporen más bancos pero esto no puede ser óbice para que su instalación se reduzca a esto. Creemos que en zonas en las que no se están realizando obras, también se pueden renovar o colocar bancos», apunta, «es decir, que se avance en otras zonas fuera del centro de la ciudad como es el caso del Casco Antiguo de Logroño».

No solo es el número sino cómo se instalen. «Desde la federación de vecinos abogamos porque se planifique la instalación de los bancos teniendo en cuenta las necesidades de personas mayores o con poca movilidad». La idea es realizar un pequeño itinerario de bancos, a modo de paseo, para que las personas mayores puedan salir a pasear y contar con bancos cercanos unos de otros para tomarse un respiro y poder sentarse.

espacios para relacionarse. A Saturnino Álvarez, presidente de la Unión de Pensionistas y Jubilados de La Rioja (UDP) la entrevista le pilla, precisamente,  paseando por la calle.

«El tema de los bancos es importante para los mayores», reconoce, «la verdad es que a nosotros no nos hace falta mucho para entablar una conversación. Pero nos gustaría contar con más espacios que no solo fueran para personas mayores sino que nos permitieran relacionarnos con gente de diversas edades».

A pesar de que en las zonas del centro de la ciudad hay un buen número de bancos,  Álvarez echa de menos que haya más en las cercanías de los ríos, especialmente en la zona del parque del Iregua y en los diversos caminos por donde pasea mucha gente. «Es algo que me transmiten otros  mayores, que estaría bien contar con más bancos en esa zona, para poder descansar mientras se pasea».