La industria exhibe músculo pero "pierde fuelle" hace 20 años

R. Muro
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El presidente de la la patronal reclama firmeza para paliar el déficit que, a su juicio, mantiene La Rioja en infraestructuras de carreteras, ferrocarril, aeropuerto y el mantenimiento de las zonas empresariales

Vista general del polígono de Puente Madre - Foto: El Día

La Rioja es una región industrializada, con una amplia diversidad de subsectores que operan en el marco del sector industrial y con una gran capacidad competitiva. Es más, es de las comunidades autónomas más industrializadas junto a las vecinas País Vasco y Navarra. En definitiva, un potente músculo industrial que, sin embargo, «lleva perdiendo peso a lo largo de los últimos veinte años», tal y como constata la Federación de Empresas de La Rioja. Diferentes factores influyen en este contexto, según Jaime García Calzada, máximo responsable de la patronal riojana y que «las economías avanzadas tenemos que analizar y ponernos manos a la obra en problemas como la deslocalización, bien hacia territorios que disfrutan de otra serie de ventajas fiscales pero también hacia otros países» en un mundo cada vez más globalizado y también competitivo.

La radiografía actual del panorama industrial de la región presenta déficit, alguno de ellos considerados casi históricos, como las infraestructuras o la presión fiscal y otros relativamente más novedosos como las exigencias de sostenibilidad a las empresas.

«Un tema vital». «Las infraestructuras son un tema vital y La Rioja lleva un retraso considerable», concluye García Calzada. El presidente de la FER echa en falta el desdoblamiento de la N-232, que lleva años en el candelero político, o los enlaces con la autopista e incluso «qué va a pasar con la liberalización de la AP-68» anunciada en su día para 2026. Todo se limita, añade, «a la variante de Rincón de Soto». En cuanto al ferrocarril, «La Rioja necesita forma parte del corredor Mediterráneo-Cantábrico», detalla garcía calzada. Tampoco ve clara la utilidad de un aeropuerto con un único vuelo «y alguna planificación privada a través de charter». De hecho, el máximo responsable de la patronal alude directamente a que este tipo de cuestiones generan que «la industria riojana languidezca lentamente y pierda fuelle». 

El mantenimiento de los polígonos industriales también queda marcado en rojo en la agenda de los empresarios. «Son los barrios olvidados de las ciudades», define García Calzada. Existen carencias, en opinión de la Federación de Empresas, en iluminación, accesos, señalética, pavimentación o residuos pero quizá lo más sorprendente actualmente es que mientras «se habla de una firma apuesta por la Industria 4.0 hay aún polígonos a los que no llega correctamente las conexiones», esboza Jaime García Calzada. 

Un pilar clave, a juicio del mandatario de la patronal, que toma forma en las ciudades que han apostado por el mantenimiento del suelo industrial y que se erige en fundamental para «la atracción de nuevas empresas». Una ligera mirada a la vecina estepa soriana destapa el número y el tamaño de las empresas instaladas en el polígono industrial de Ólvega, un municipio de poco más de 3.600 habitantes que materializó hace años una firme apuesta por generar riqueza y empleo en una zona afectada, como muchas otras, por el impacto de la despoblación.       

Jaime García Calza asegura que  «faltan obras, planificación y fechas» que concreten una serie de actuaciones en materia de infraestructuras «de las que ahora no tenemos nada» y de las que «disfrutan en otras regiones». Un factor competitivo deficitario en la Comunidad autónoma, según la Federación de Empresas, que supondrá, de nuevo, un reto para los próximos cuatro años.

Calzada pide flexibilidad para adaptar empresas a obligaciones ambientales

Una elevada presión fiscal, la lentitud de la burocracia o la escasez de personal cualificado son otras de las variables que analiza Jaime García Calzada y que influyen directamente en la competitividad del tejido empresarial riojano. Entre todos ellos surge también otro factor relativamente más novedoso, y que está marcando también el devenir de la industria. El presidente de la Federación de Empresas alude así a las obligaciones medioambientales derivadas en gran medida del Pacto Verde Europeo y de la lucha contra el cambio climático. «Nadie -alega Calzada- está en contra del medio ambiente y somos conscientes de la necesidad» de actuar. Echa en falta «ayudas a la empresa en este proceso de adaptación» y una mayor flexibilidad de los plazos, entre otras. Una adaptación que «está generando múltiples obligaciones altamente restrictivas que tienen su impacto en los procesos productivos y en las inversiones» en el seno de las empresas. Considera que para evitar la destrucción de tejido empresarial es necesario «valorar la viabilidad de los objetivos desde una perspectiva ambiental pero también técnica, económica y social», señala García Calzada.