Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Monólogos sucesivos y sucesión de monólogos

20/06/2023

La campaña electoral ya está lanzada y los dos líderes con posibilidad de alcanzar o permanecer en La Moncloa han salido a la palestra para lanzar sus mensajes en sendos monólogos sucesivos, a los que seguirán otra sucesión de monólogos, porque su presencia en los medios de comunicación, en tierra conquistada y en territorio enemigo, se van a producir de forma constante, porque dos campañas electorales sucesivas no hay ni cuerpo político ni arcas que las aguante, y el mensaje de llega a más gente y más lejos con los altavoces mediáticos.

Los monólogos, sin embargo, no pueden ocultar la necesidad del diálogo, del debate cara a cara entre los líderes, que tendrían que estar regulados por una norma que obligara a su celebración para que no quedaran al albur de los intereses de cada uno de los principales candidatos, con el hecho cierto de que quién va ganando es quién más trabas pone a su celebración. Los gurus demoscópicos no se ponen de acuerdo sobre el porcentaje de voto que puede mover un debate electoral, si no hay ningún error de fondo o forma que desequilibre el desarrollo del encuentro,

El pasado lunes se asistió a uno de esos monólogos sucesivos, en los que tanto Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo comenzaron a perfilar las estrategias de campaña con atraques inmisericordes a la actitud de cada cual en los cinco años de Sánchez a la cabeza del Gobierno. Al menos el líder del PP ha dado a conocer el decálogo de las primeras medidas a llevar a cabo en los cien primeros días cuando ocupe La Moncloa, y que como otros decálogos pueden resumirse en dos: se bajaran los impuestos y se pondrá orden en la economía y se volverán a reformar leyes cambiadas para tratar de superar viejos problemas, con lo que la derogación del sanchismo, así, en bruto, queda muy matizada -no dijo nada de la reforma laboral ni de las pensiones-, realizó algún brindis al sol, y anunció que se cargará la ley de Memoria democrática porque lo hará con todas las leyes aprobadas con el voto de EH Bildu- Para Feijóo las políticas de igualdad son sagradas, a pesar de que los pactos con Vox digan lo contrario y hace como si el partido de la ultraderecha, que le ha permitido aumentar su poder territorial, no existiera.

Por su parte, Pedro Sánchez se ha encargado de defenderse ante una cosa ya juzgada, por si el PP vuelve a sacarla a colación, que ha pactado más normas con ellos que con EH Bildu y que este partido ni ha tenido responsabilidades de gobierno ni ha firmado con él un pacto de legislatura, sino que ha alcanzado apoyos puntuales. O por la pacificación de Cataluña.

Será interesante ver cómo Feijóo le dice a la cara a Sánchez que ha firmado pactos indignos, mantenido coaliciones aberrantes y realizado políticas guiadas por un radicalismo anacrónico, y recibir la respuesta de Sánchez de que el PP ha practicado el bloqueo y la deslealtad con el Gobierno, que ha ido a Bruselas a hablar mal de España y que ha basado su política en el insulto, la mentira y la polarización. Ambos se presentan como seres beatíficos. Feijóo dice de sí que es moderado -ha demostrado que no tanto-, previsible y aburrido. De esa clase ya hubo un presidente del Gobierno que resultó ser un maestro del dontancredismo. Y Sánchez asegura que es fiable, un hombre sincero, y que sus cambios de opinión han estado relacionados con la razón de estado. Todo a valorar.