«Tengo que reconocer que con calor los churros entran peor»

El Día
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Aunque este producto de temporada marida bien con prácticamente todo, el cambio climático afecta al desarrollo de una actividad muy ligada a los meses de invierno

Álvaro Martínez regenta uno de los dos puestos de La Exquisita. El producto estrella, por si hubiera duda, son los churros. - Foto: Óscar Solorzano

Álvaro Martínez (Logroño, 2001) está al frente de uno de los dos puestos que La Exquisita abre en temporada en la capital riojana. El ubicado en la calle Divino Maestro y Avenida Club Deportivo funciona desde octubre-noviembre hasta marzo-abril. Pasadas estas fechas, la familia al frente de La Exquisita traslada su actividad a las ferias itinerantes.

Los churros siguen atrayendo por igual a los más mayores y a los más pequeños aunque esta actividad se enfrenta a un enemigo mucho más poderoso que la inflación: el cambio climático.

«Tengo que reconocer que con calor los churros entran peor», afirma este joven trabajador. Enero se nos escurre entre las manos y acabamos de dejar pasar un episodio de insólito calor. No sabemos qué tiempo hará en febrero aunque el frío invernal parece haber quedado atrás. Pese a la climatología cambiante, los churros mantienen su poder cautivador. Su elaboración es de lo más simple:«Harina, sal y agua». Eso sí, la mezcla ha de pasar por la freidora «durante un minuto y medio con temperaturas entre 215 y 225 grados».

El producto estrella de La Exquisita marida con todo: «Con azúcar es la mezcla más tradicional aunque con chocolate negro o blanco también es muy habitual». El maridaje se puede completar «con sirope de fresa y está muy pero que muy rico».

Además de los consabidos churros, en su puesto se pueden encontrar buñuelos, patatas fritas y gofres que pueden ser regados con el citado sirope o con el tradicional chocolate.

Como el resto de actividades comerciales, Álvaro Martínez se ha visto obligado a actualizar sus precios:«Mantuvimos muchos meses la media docena de churros a 2,5 euros pero la hemos subido a tres». Es el mismo precio que tienen los buñuelos mientras que el chocolate se puede dispansar en vasos (2,5 euros), confección de medio litro (6) y garrafa de litro: once euros.