Cuando el techo era el cielo

SPC-Agencias
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Aunque ahora no tiene ninguno a la venta, Peugeot cuenta con una larga tradición en el desarrollo de modelos descapotables como el 401 Eclipse o el 306 Cabriolet

Cuando el techo era el cielo

Actualmente, Peugeot no dispone de ninguna versión descapotable en su gama. Toda una anomalía si se comprueba la larga tradición de automóviles cabrio estampados con el León a lo largo de la historia.

Ya, a principios del siglo XX, la marca francesa comercializó varios modelos en los que tener techo era algo opcional, con ejemplos como el Spider Tipo 91, de seis plazas, el Tipo 136 o el 144.

La casa dejó una huella imperecedera en el universo de los descapotables con el lanzamiento, en 1934, del 401 Eclipse, considerado unánimemente como el primer Coupé-Cabrio de la historia. Con este sorprendente automóvil, disfrutar de un convertible dejó de ser sinónimo de techo de lona. El 401 Eclipse ofrecía uno rígido, del color de la carrocería, que se plegaba y se recogía automáticamente en el portaequipajes con la ayuda de un mando eléctrico.

Cuando el techo era el cieloCuando el techo era el cieloLa Segunda Guerra Mundial supuso un parón relativo en el desarrollo de vehículos descapotables, aunque Peugeot creó un automóvil de estas características en plena contienda: el VLV, un mini-cabriolet eléctrico de dos plazas y 80 Km de autonomía pensado para asegurar servicios esenciales.

En la posguerra, el 203, primer modelo de la marca tras el fin del conflicto, incorporó a su gama una versión descapotable, aunque no tuvo el éxito esperado. Su sucesor, el 204, tuvo más suerte.

Posteriormente, en 1970 se presentaron versiones lúdicas Cabriolet y Coupé de la nueva berlina de la marca, el Peugeot 304 , que tuvieron una gran acogida por parte del público porque sumaba a las cualidades de robustez, confort y economía del 204 un mayor nivel de acabado y, sobre todo, una mecánica de mayores prestaciones gracias una cilindrada superior. La plataforma y la estructura de base del 304 Coupé Cabriolet retomó íntegramente los del 204 mientras que el frontal, grupos ópticos, capó y paragolpes se apartaron estéticamente de los de ese modelo.

Cuando el techo era el cieloCuando el techo era el cieloHablar de años 80 y de vehículo revolucionario en la historia de la marca es hablar del 205. Un número mágico que revolucionó la imagen de la marca, con un compacto urbano con espíritu alegre y dinámico que incorporaba las prestaciones y el excelente comportamiento en carretera que caracterizan a los automóviles del León desde sus inicios. Surgido del ingenio y de los lápices de Gérard Welter, un diseñador apasionado por el mundo de la competición.

Su versión cabrio, el Peugeot 205 CTi, apareció en 1986. Llevaba la firma de Pininfarina y se basaba en el mítico GTi, con el que compartía motor y elementos estéticos.

En 1994, la gama Cabrio dio un salto de segmento con el 306 Cabriolet, que se convirtió en un clásico atemporal caracterizado por sus cuatro amplias plazas y su extensa gama de colores.

Con la llegada del siglo XXI, la firma buceó en su larga historia para hacer regresar su gran innovación: el Coupé Cabrio con techo rígido. Retomando la estela del 401 Eclipse, el 206 CC aportó este elemento al mercado apostando por el segmento de los urbanos.

Además, el concepto Coupé Cabrio saltó de segmento con la llegada del 307 CC, versión descapotable con techo rígido que destacó por su aire deportivo y sus motores de hasta 177 CV. La primera generación del 308 también ofreció una alternativa con techo plegable y una mecánica que desarrolló 200 CV.

A la espera de novedades, el último descapotable ha sido el 108 Top!, con una capota de lona.

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