Un soportal de buena madera

Bruno Calleja Escalona
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De la 'casa de la viga', en Rodríguez Paterna, solo queda un porche del siglo XVI, el más antiguo de Logroño, sustentado por un enorme travesaño de madera que planta cara al paso del tiempo

Imagen de la conocida como 'casa de la viga' poco antes de que fuera derribado el edificio, del que solo ha quedado el soportal. - Foto: Archivo Municipal de Logroño

En la era del hormigón y el acero, los materiales más nobles reivindican su capacidad de aguante al paso del tiempo; como la madera, elemento clave en las edificaciones a lo largo de la historia y que muchas veces sobrevive a componentes aparentemente más sólidos como la piedra o el ladrillo. Un ejemplo es lo que queda de la 'casa de la viga',  en Rodríguez Paterna, antigua calle de la Villanueva, víctima de la piqueta a principios de siglo, de la que se salvó su porche, soportado por una viga de madera que dio nombre al edificio y que constituye el soportal más antiguo de la ciudad, erigido en el siglo XVI.

La casa de la viga fue levantada en el siglo XVI para servir de vivienda a la familia Ponce de León, de orígenes castellanos, pero de su devenir posterior poco se sabe. En el siglo XX se realizaron las Comprobaciones del Registro Fiscal de Edificios y Solares, cuyos expedientes se conservan en el Archivo Histórico Provincial de La Rioja. Agustín Cadarso supervisó el inmueble. En 1911, el propietario era Vicente Vallejo Segura, que vivía en el primer piso.

En ese momento, la casa constaba del porche, sustentado por columnas de sección poligonal, sobre las que descansaba una gran viga de una pieza. Sobre el primer nivel, en el que se asomaban tres balcones de la planta noble, se levantaban dos pisos más.

Con el paso del siglo XX, la casa se fue degradando, hasta que únicamente pervivió en los bajos un restaurante, cuyo cartel ha permanecido hasta hace pocos años. En 1948 se reformó una de las paredes laterales del edificio, una obra que generó problemas entre el Ayuntamiento y el propietario. El asunto se resolvió con una multa. En 1955, se pidieron los permisos al Consistorio para abrir una nueva puerta en el portal con el fin de ampliarlo, con el argumento de que la escalera era mucho más grande que la entrada. Durante este tiempo, el bajo de la casa acogió el restaurante La Viga, que mantuvo actividad hasta la demolición del edificio. El 5 de febrero de 1997 se había producido una inundación que lo dejó en tal mal estado que derivó en la declaración de ruina. El 25 de julio de 2001 se acordó derribar los pisos superiores y dejar únicamente en pie el porche, que contaba con una protección de nivel II. Posteriormente, se redactó un proyecto de reconstrucción que no se ha llevado a la práctica.