El acusado del caso Entrena se escuda en que "Javi está vivo"

R. Muro
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Óscar P.R. insiste en que convocó al joven en su casa el 29 de julio de 2021 para que le devolviera 100 euros. «No entró en casa y se fue porque se le había roto el coche»

Óscar P.R. instantes antes de iniciarse el juicio - Foto: Ingrid

Todo alredeor del 'caso Entrena' adquiere a cada paso más y más tintes novelescos ,y así sería sino fuera porque el procedimiento legal abierto ayer por la Audiencia Provincial persigue, al margen ya de literaturas, la comisión de un delito de asesinato con alevosía que supuestamente sesgó la vida de Javier Ovejas a manos del único acusado, Óscar P.R. No aparece el cuerpo del joven de Entrena, ni el arma del calibre 22, supuestamente un «bolígrafo pistola» del que tampoco, al menos hasta ahora, se han hallado evidencias. Y a pesar de ello, el ministerio público y las dos  acusaciones particulares en representación de la familia y de la novia del joven de Entrena, mantienen su convición de poder avalar ante el Tribunal popular que Óscar P.R. disparó a Ovejas después de que éste robara su colección de monedas y billetes. La defensa insiste en pedir la libre absolución para su representado ante la falta de pruebas.

El acusado, que aceptó su opción a responder a las preguntas de las partes personadas en la causa, aseguró que «si no aparecen las monedas ni Javi, eso es que está vivo. ¿Por qué no le han buscado en vida», preguntó tajante durante su turno de palabra.  

En un tono siempre contundente, e incluso interrumpiendo el cuestionario practicado por el fiscal jefe, Santiago Herráiz, Óscar P.R. relató que la noche de los hechos él mismo convocó mediante un audio de Whatsapp tanto a Javier Ovejas como a su pareja sentimental para que le devolvieran «100 euros que me debía Javi». No llegó a entrar el joven en su vivienda, asegura el acusado. «Me dijo que se le había estropeado el coche (aparcado en la puerta de la vivienda del acusado) y escuché a otras dos o tres personas que estaban con él». A continuación, siempre en base al testimonio esbozado en la sala 13 de la Audiencia, «Javi se marchó y no volví a verle». 

Minutos después, la pareja de Javier Ovejas, tras intentar sin éxito comunicar con él por teléfono, se acercó hasta la vivienda del número 32 de la avenida Santa Ana de Entrena para preguntar a Óscar P.R. si sabía algo de «Javi». 

Un agente de la Guardia Civil que participó en la investigación tras lo que un primer momento fue la desaparición del joven de Entrena, aseguró ante el Tribunal que el vehículo propiedad de Javier Ovejas no estaba estropeado como aseguró el acusado. Es decir, una de las contradicciones que surgió durante la primera jornada del procedimiento legal abierto ayer en la Audiencia provincial. La otra incoherencia apunta a la furgoneta que se encontraba en el patio de la vivienda del acusado y con la que según las primeras declaraciones de los agentes, Óscar P.R. trasladó el cuerpo sin vida de Ovejas hasta un lugar aún desconocido. Afirmaciones apuntaladas en las declaraciones de vecinos del propio municipio que afirmaron que el vehículo marca Seat se movió. Sin embargo, el acusado manifestó que tampoco estaba operativo.

Fallecido en enero. Las pinceladas novelescas continuaron de la mano de otro testigo vecino del municipio quien apuntó directamente a la novia de Ovejas. «En Entrena se le conoce como la viuda negra porque en enero falleció otro novio suyo. Al poco tiempo empezó con Javi. Sinceramente, la veo más culpable a ella, si le llaman viuda negra por algo será», señaló. 

Y por añadir más ingredientes a una novela basada en hechos reales, el acusado, unos días después de los hechos, y tras sentirse objeto de todas las miradas, telefoneó a un agente de Policía Judicial de la Guardia Civil para informarle de que iba a depositar un paquete de tabaco en la puerta del convento de las Clarisas con una nota en su interior. El investigador pensó incluso que Óscar P.R. meditaba suicidarse «tras haber hecho algo malo». Finalmente, la nota contenía ciertas excusas que el propio agente interpretó como una forma de «buscar una coartada». 

La Guardia Civil halló en el patio de la vivienda de la avenida de Santa Ana dos armas de fuego pero que no coincidían con los ocho casquillos de bala encontrados en el mismo lugar. Dicho de otra forma, tampoco hay evidencias del arma con la que supuestamente se cometió el asesinato, la que definen como «un bolígrafo pistola». También se tomaron muestras de «las gotas de sangre limpias» y que según la acusación, pertenecen a Javier Ovejas. E incluso el agente de  Policía Judicial atestiguó que el patio donde supuestamente se cometió el crimen «estaba especialmente limpio» tras denunciarse la desaparición del joven de Entrena cuyo móvil «destruido» fue descubierto en una acequia de riego próxima a las propiedades del acusado. Por su parte, Óscar P.R., y es otro de los indicios que apuntan desde las acusaciones, cambió al día siguiente su smartphone por «un Alcatel viejo» sin capacidad para albergar aplicaciones tipo Whatsapp.  Un detalle que, a la postre, dificulta la investigación. 

La pareja de Javier Ovejas niega el robo de las monedas y afirma que «me ha jodido la vida»

Javier Ovejas y su pareja sentimental salían desde cinco meses antes de la desaparición del joven de Entrena. «Javier no necesitaba trabajar porque estaba conmigo que sí trabajo», espetó ante las preguntas de la defensa. Ambos vivían en la casa de ella, situada a dos calles de las propiedades del único acusado por el asesinato de Ovejas. 

La novia del joven, que en 2021 tenía 31 años, expresó ante el Tribunal su versión de los hechos y negó que ni ella, ni su pareja, le robaran la colección de monedas a Óscar P.R. Si aseguró, por el contrario, que la noche de los hechos «Javi llevaba dinero» para abonar la cantidad que le adeudaba al acusado. Al no regresar a casa, se acercó hasta el número 32 de la avenida de Santa Ana y allí le preguntó a Óscar. «Me recibió en calzoncillos y sudado», aseguró la pareja del joven. «Me encontré a mi perro en el coche atado en el asiento de atrás con una cuerda y Javi nunca hubiera hecho eso». 

En un exhaustivo relato, por momentos dirigiéndose directamente al acusado, a escasos dos metros de distancia entre ellos, la novia de Javier Ovejas señaló, entre evidentes signos de sufrimiento, «me ha jodido la vida. No pienso perder un momento en hacerte nada». 

Visiblemente emocionada, apuntó desde un primer instante a Óscar P.R. pero pasaron seis días hasta que lo detuvieron. Desde el puesto de la Guardia Civil de Navarrete citaron al acusado el 30 de agosto, al día siguiente de los hechos, para entrevistarse con él, ya que todo indicaba a que era la última persona en haber visto a Javier Ovejas. Durante todo este tiempo, declaró la pareja sentimental del joven, «seguí llamando a la Guardia Civil. Solo me pedían que les dejase trabajar y que no entorpeciese, hasta que le detuvieron a los 6 días. No hay derecho a lo que yo he pasado y ese sufrimiento no me lo quita nadie». En todo ese tiempo «me volví loca», aseguró entre sollozos. 

Mientras declaraba entre evidencias de dolor, la pareja del joven clavó su mirada en el acusado. Éste, en absoluto silencio, devolvió la mirada tan atento como frío, sin mostrar gesto alguno, ni para bien, ni para mal. En definitiva, a juicio de Óscar P.R. «todo es un montaje». Sin embargo, para la novia de Javier Ovejas, «nuestro único pecado ha sido relacionarse con el acusado.

jurisprudencia. Con todo, la Audiencia provincial continúa durante el día de hoy con la segunda jornada de un juicio que se prolongará hasta el próximo martes 27 de junio y que según fuentes próximas al proceso, tiene hoy uno de sus días claves. 

A modo de aportación, las partes tiraron en el turno de cuestiones pruebas, de hemeroteca jurídica citando casos como el de Rocío Waninnkkof, cuyo Tribunal popular condenó a Dolores Vázquez por error, y el de Marta del Castillo, cuyo cuerpo, como el de Javier Ovejas, sigue a fecha de hoy, sin aparecer.