La sequía amenaza al Náutico que aún mantiene su actividad

R. Muro
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Con la cuenca del Iregua en situación de emergencia y el pantano al 51%, la escasez de lluvias sobrevuela sobre las actividades acuáticas en El Rasillo. «De momento todo funciona con normalidad»

Un grupo de jóvenes disfruta de las pedaleras este mismo de julio en el pantano de González Lacasa. - Foto: Óscar Solorzano

El Club Náutico de El Rasillo vive su particular temporada alta con la sombra de la sequía sobrevolando, desde hace meses ya, sobre el pantano González Lacasa. Las diferentes actividades acuáticas permanecen actualmente a pleno rendimiento y con absoluta normalidad, pero los datos, y la cruda y seca realidad, siembra ciertas dosis de preocupación. La cuenca del Iregua, hacia donde desembalsa el pantano entre El Rasillo y Ortigosa de Cameros, se encuentra desde hace unos meses en estado de emergencia y como recuerdan desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). la prioridad es garantizar el consumo de boca. 

El orden de prioridades lleva el agua, inmediatamente después del consumo humano, hacía los regadíos, y en el último lugar del escalafón hídrico sitúa las actividades lúdicas. No se trata de que las actividades deportivas vinculadas al Club Náutico supongan consumo, que es cero, sino por el hecho de que pudiera llegar una situación de volumen insuficiente para la práctica deportiva acuática.

De momento, el embalse de González Lacasa aguanta con un porcentaje de llenado del 51% a finales de la pasada semana. Ahora bien, los datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro relativos a la entrada y salida de agua del pantano no invitan al optimismo. Los días 11 y 13 de julio se desembalsaron alrededor de 285 decámetros cúbicos de media y por contra, el embalse se nutrió de una media de 37 decámetros cúbicos diarios. Dicho de otra forma, las obligaciones aguas abajo del Iregua obligan a desembalsar más cantidad del líquido elemento de la que entra. Obligaciones entre las que se encuentra la amplia demanda de agua de boca de la capital riojana y de los municipios del bajo Iregua.

Desde el propio Club Náutico, Piru, su máximo responsable, confirma que «las actividades están actualmente a pleno rendimiento» y sus previsiones de cara a la época estival es que «se podrá aguantar». Es cierto que la falta de agua genera algún pequeño problema de logística pero nada que afecte a los clientes. Uno de ellos es precisamente que el agua estos días «está más lejos» de tierra firme de lo habitual y «hay que «llevar las actividades más adentro». Pero una vez en el punto donde empieza el agua, «es todo normal». 

El optimismo de la Confederación Hidrográfica del Ebro pierde enteros con los datos en la mano en relación a las perspectivas del propio Club Náutico. «La cuenca del Iregua está en una situación de escasez y de emergencia y no se puede garantizar que haya agua suficiente durante todo el verano», auguran. 

En cualquier caso, los pronósticos meteorológicos disponen de una muy relativa fiabilidad y no obedecen a los deseos de nadie. Las lluvias caídas a principios de julio supusieron un tímido alivio, que no una solución, pero nadie se atreve a vaticinar si lloverá o no a lo largo del periodo estival. Piru confía en que se llegará a septiembre con un porcentaje de llenado ligeramente superior a otros años y que se mantendrán las actividades acuáticas durante toda la época estival. 

Demanda de usos. Lo que sí constituye actualmente una rotunda evidencia es que la cadena de la cuenca del Iregua se encuentra, desde hace unos meses, en situación de emergencia ante la escasez de agua y los usos, aguas abajo, reclaman unas prioridades que se dejan sentir agua arriba, en el origen del ciclo donde se erige el pantano de ElRasillo. 

Y precisamente, otro de los aspectos que genera una incertidumbre, si cabe, aún mayor, es que ni la propia Confederación Hidrográfica del Ebro sabe actualmente «la cantidad de agua que habrá que desembalsar» a lo largo del verano. Desde luego, el organismo de regulación del Ebro no ostenta la potestad de prohibir las actividades acuáticas, «otra cosa es que la escasez de agua impida el desarrollo de las mismas», argumentan desde la CHE. Serán los propios responsables del Club Náutico de ElRasillo quienes, de tocar fondo, sabrán si se puede continuar con las actividades, o no.

De momento, y durante la última semana no ha llovido y las previsiones a corto plazo tampoco hablan de precipitaciones. Todos pendientes del cielo.

El peor julio de los últimos veinte años

La comparativa de porcentajes de llenado del pantano González Lacasa a lo largo de los últimos veinte años tampoco aporta claridad a la situación de emergencia declarada por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Tomando como referencia el 11 de julio de las últimas dos décadas, el 11 de julio de 2023 se sitúa a la cola en el citado porcentaje de llenado, en concreto, el martes d ela semana pasada el González Lacasa se encontraba al 51,4% de su capacidad total. Es más, ha habido años, como el 11 de julio de 2013 que el pantano de El Rasillo disfrutaba de casi un llenado absoluta con un 94,4% de su capacidad.

Sin retrocer tanto en el histórico de la CHE, el 11 de julio de 2022, hace exactamente un año, el embalse se encontraba a un más que digno 76,6% y hace dos años a un 83%. Nunca había estado tan bajo, solo el 11 de julio de 2012 el pantano presentaba un procentaje próximo al actual del 58,9%. 

Sobre el nivel del mar. Otro de los datos que maneja la Confederación Hidrográfica del Ebro y que resulta ilustrativa para los ajenos a métricas de volumen, es la medición en función de la altitud sobre el nivel del mar de la lámina superior de agua del propio pantano. En este sentido, al cien por cien de su capacidad, la lámina superior de agua del pantano se encuentra a mil metros de altitud sobre el nivel del mar (El municipio de El Rasillo está a 1.089 metros).

El embalse se encuentra a fecha de 13 de julio de 2023 a 982,83 metros sobre el citado nivel del mar. Por su parte, el 11 de julio de 2023, la lámina superior se encontraba a  983,33 metros de altitud. Es decir, en el margen de dos días, y debido a la diferencia entre el agua desembalsada y la que entra al pantano, ésteha perdido medio metro en términos de altitud sobre el nivel del mar. 

Siguiendo con esta referencia basada en la altitud de la lámina superior del agua, el pantano de El Rasillo llegó al mes de septiembre de 2022 con una cota de 979 metros sobre el nivel del mar y un 40% de llenado. En septiembre de 2021, al final del periodo estival, el embalse se encontraba al 32% de capacidad con una cota de altitud de la lámina superior del agua de 977 metros. 

El peligro, tal y como alertan los expertos, es que la cota pueda alcanzar este año los 971 metros sobre el nivel del mar teniendo en cuenta que en dos días ha perdido 0,5 metros de altitud.