Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


El PP salva el bache

30/06/2023

La inquietud había comenzado a apoderarse de los dirigentes del PP y de algunos de sus altavoces al comprobar que la campaña electoral del partido no despegaba, cuando queda ya menos de un mes para las votaciones del 23-J, y que era su principal adversario el que había tenido un mejor manejo de los tiempos y había situado al PP a la defensiva con las propuestas sobre los debates televisivos, el sobresueldo dé Feijóo como presidente de la formación y los pactos con Vox, mientras que le urgían a retomar las cuestiones que habían dado buenos resultados para cercar a los socialistas el 28-M, el antisanchismo  y el gobierno Frankenstein.

En los tres asuntos el PP se ha sacudido la presión, pero se ha dejado muchos pelos en la gatera. Feijóo quería jugar al ratón y al gato con los 39.000 euros de gastos de representación que le paga el PP sin comunicarlo al Senado hasta el final de la legislatura incumpliendo su obligación con una excusa formal, pero los directores de campaña, en el control de daños de este asunto han creído conveniente filtrar la cantidad y pasar página. Feijóo ha jugado con el concepto de transparencia con el tantas veces han arremetido contra Pedro Sánchez.

El líder del PP no privará a los ciudadanos de un cara a cara con el presidente del gobierno en Atresmedia. Para acabar aceptándolo, no había hecho falta que pusieran en duda la neutralidad y profesionalidad de los trabajadores de RTVE, y lo lógico es que hubiera tenido lugar en la televisión pública. Sánchez no ha tenido inconveniente en que tenga lugar en un terreno menos amable para él. A fin de cuentas, son los equipos de cada uno de ellos los que acuerdan hasta el último detalle del debate, con lo que el escenario pierde relevancia. Que Esteban González Pons añadiera la celebración de otro debate a siete, para que participara EH Bildu era una maniobra tan burda que es impropia de su sapiencia política. Por el contrario, nada quiso saber de un debate a cuatro entre los líderes de PSOE, PP,  Vox y Sumar.

Que Vox haya pactado en Baleares no entrar en el gobierno autonómico-y puede que haga lo mismo en Aragón- donde el PP solo pide que se abstenga ha sido saludado por el PP con un suspiro de alivio, porque va en la línea de la pretensión de Feijóo de gobernar en solitario. El acuerdo no solo no oculta el pacto en Valencia, sino que el PP asume el ideario de Vox en aquellas cuestiones en las que la ultraderecha marca el paso y ejerce una vigilancia sobre su cumplimiento, que hace que le dé lo mismo estar dentro que fuera del gobierno porque puede hacer daño donde más duele: no aprobar los presupuestos, como bien sufrió Díaz Ayuso. Con su decisión Abascal también ha desmontado la petición del voto útil que realiza el PP al aparecer como un partido dialogante. Las conversaciones entre ambos líderes de la derecha para desbloquear los acuerdos es la prueba del dos de que, si el PP se acerca a los 140 escaños y Vox a los 40, el gobierno de coalición será una realidad.