La distracción se dispara y es primera causa de accidente

Bárbara Moreno
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En 6 de los 9 accidentes mortales y en 53 de los 176 siniestros con víctimas en 2022 los despistes fueron determinantes. El uso del móvil es lo más multado. Dos víctimas de accidentes de tráfico cuentan su historia

Raza Salmoral y Jorge Pardo, víctimas de accidente de tráfico residentes en el CRMF cuentan su historia - Foto: Óscar Solorzano

La distracción es ya, y desde hace solo tres años, la primera causa de accidente de tráfico en España y en La Rioja, y cada vez está subiendo más como motivo determinante en los siniestros con víctimas graves. Este año ha habido nueve fallecidos en carreteras urbanas e interurbanas y en seis casos la distracción ha sido causa principal o directa. A eso se suman en algunos casos el alcohol, las drogas o no llevar el cinturón de seguridad. El año pasado, en el 50% de los accidentes mortales, con ocho víctimas, también se determinó que la distracción había sido la causa principal. 

La Rioja es una comunidad pequeña con números bajos cuyas estadísticas y sus movimientos pueden dar lugar a tendencias erróneas, pero, atendiendo al número de todos accidentes con víctimas que indican los informes de siniestralidad en vía interurbana la causa por distracción ha predominado en 53 accidentes de los 176 accidentes con víctimas hasta el 31 de agosto del 2022, un 30%. La velocidad ha influido en 35 accidentes en el 16%, cuando hace unos años el porcentaje era inversamente proporcional. Y el año anterior, en 2021, de los accidentes que hubo en vías interurbanas en 53 de los 216 con víctimas tuvo que ver la distracción, un 24%. «Esa progresión se aprecia por desgracia, y vamos viendo cómo va subiendo poco a poco la tendencia», explica la jefa provincial de Tráfico de La Rioja, Beatriz Zúñiga, quien indica que el móvil es además el mayor causantes de las distracciones. 

La DGT indica que atender una llamada de teléfono multiplica entre cuatro y nueve veces el riesgo de accidente y leer o escribir un whatsapp o interactuar en las redes sociales lo multiplica por 23. «El móvil da exceso de confianza, pero dejas un segundo de mirar a la carretera y puede ser el definitivo para un fallecimiento o para un accidente grave», apunta la jefa de Tráfico, quien indica además que una buena parte de los accidentes ocurren en las carreteras más conocidas para el conductor, «donde más exceso de confianza tiene». 

Precisamente hace unas semanas se cerró una campaña especial de Tráfico por distracciones. Y el uso del móvil ha sido lo más multado. Si, bien, solo se ha sancionado al 1,3% del total de los 3.636 vehículos controlados en las carreteras riojanas, con 50 denuncias, 19 se debía manejar el móvil y 4 por llevar auriculares. Eso sí, en Calahorra o Santo Domingo, donde la Policía Local también desarrolló esta campaña especial, el porcentaje de denunciados ha sido del 18,8 y del 12,2% respectivamente. 

Zúñiga considera que cuando se hace una campaña especial y se avisa, «precisamente el conductor tiene más cuidado y usa menos los dispositivos. Y no es lo que queremos desde la DGT, sino concienciar y que se acabe con esta práctica». «Vemos cada vez más se usa el móvil mientras se conduce, por eso se modificó la ley de seguridad y hay mayor nivel punitivo con la detracción de 6 en vez de 4 puntos».

 Este año se ha sancionado a 221 conductores por manejar el móvil y a 164 por ir con auriculares, del total de las 44.490 denuncias que se han interpuesto desde el 1 de enero. La velocidad, con los radares fijos, son las sanciones estrella.  En 2021 se interpusieron 760 multas por conducir con el móvil.

Comer y beber o fumar también se consideran distracciones y se multan, «pero así ha sido siempre; es como las chanclas. Y no ha habido cambios a nivel normativo. El conductor tiene la obligación de circular con libertad de movimiento y si no lo hace correctamente le pueden denunciar. Esto conlleva una multa de 80 euros», apunta.

Testimonios

Rafa Salmoral

Víctima de accidente tráfico

«Si no hubiera bebido, no me habría distraído»

La distracción en la carretera causada por varios motivos fueron los que llevaron a Rafa Salmoral a una discapacidad severa de por vida cuando solo tenía 23 años. Hoy, con 46 años, este madrileño vive y estudia en el Centro de Recuperación de Discapacidad Física (CRMF) de Lardero y es uno de los alumnos que siempre intenta aportar su granito de arena en las campañas de concienciación de la Dirección General de Tráfico para que se salga a las carreteras en plenas facultades «para que a nadie le ocurra lo que me pasó a mi». Nunca se le olvidará lo vivido aquella fatídica madrugada del 16 de enero de 1999 cuando tenía 23 años. Había salido de trabajar, no había descansado, había salido con los amigos, había bebido, iba sin cinturón de seguridad y en la carretera de La Coruña en Madrid se salió de la vía en un despiste. «Perdí el control del coche, llevaba también encima alguna cerveza», rememora Rafa. En el atestado también figuró que había alguna placa de hielo en la carretera. Después un coche se chocó contra el suyo que quedó parado en la vía y se dio a la fuga, y el conductor de un tercer coche fue el que paró y le auxilió. Rafa estuvo en coma dos meses. Tuvo que ser intervenido, se quedó sin visión de un ojo, sin audición de un oído, sin movilidad, con un trastorno cognitivo severo, y como no tenía cinco años cotizados a la seguridad social un tribunal médico le indicó que no tenía derecho a pensión. Tuvo que volver a trabajar donde estaba, de frutero de Pryca, «y cuando vieron que tenía que volver a ser intervenido me metieron unas cuchillas en el bolsillo me hicieron pasar por un arco me pitó como si hubiera robado y me hicieron firmar una baja voluntaria». Eso es lo que más le dolió. Después siguió trabajando en diferentes empresas, también en la ONCE, y recibe pensión. Sabe que su vida se truncó aquél día, y quiere dejar claro que, «si no hubiera bebido, no me hubiera distraído». 

Jorge Pardo

Víctima de accidente tráfico

«El conductor me atropelló y salí disparado 27 metros»

Jorge Pardo tiene ahora 23 años, toda una vida por delante pero totalmente limitada por un accidente de tráfico a causa de un conductor que le atropelló, pudo ser un despiste, o no, pero lo que se probó fue que también iba a más velocidad de la permitida. Jorge es alumno de uno de los cursos del Centro de Recuperación de Discapacidad Física (CRMF) de Lardero, es de Burgos. Recuerda perfectamente aquél 7 de noviembre de 2016, cuando con solo 16 años salía a eso de las diez y media pasadas de la noche de un entrenamiento de fútbol y un todo terreno le arrolló, «el conductor me atropelló y salí disparado 27 metros». No recuerda nada. Solo que cuando se despertó en una sala de hospital dos meses después, su padre estaba dormido sentado junto a él. Entonces le contaron todo. Las operaciones que había pasado. «Entonces no podía ni hablar ni andar». Han sido años de desesperanza para poder empezar a aprender a caminar y a hablar, y lo va consiguiendo poco a poco. Pero tiene secuelas que le quedarán de por vida. Da gracias porque está vivo pero pide «precaución en la carretera».