En la venta de mobiliario, «hay que ser sinceros, claros y no vender cosas imposibles al cliente, por ejemplo, cuando llegan inspirados en fotos de las redes sociales que están trucadas; pues, lo siento pero no, yo tengo que decir que esa cocina de 50 metros cuadrados ideal y llena de retoques digitales no cabe en tu casa», indica categórica Lara Nájera Aragón, desde hace más de 20 años al frente de Cook Cocinas y Baños en República Argentina 64, en Logroño.
Con un don de gentes muy característico y derrochando sinceridad, Nájera asegura que prefiere «decir las cosas como son: Un baño suele ser más caro que una cocina. Si alguien pide una placa de ducha al ras y su solado no permite meter bien el sifón, se pone uno de 3 centímetros. Mi filosofía no es vender por vender, sino asesorar y buscar la mejor solución, porque en la cocina y, sobre todo, en el baño se pasa mucho tiempo y deben de ser bonitos y funcionales».
Trabaja siempre a medida. «Cada persona tiene sus características, no es igual un piso para uno que para cinco, ni las costumbres de unos u otros, mi función es que al cliente no le suponga ningún estrés, porque hacemos un asesoramiento, diseño y proyecto personalizados». Resalta que «el humano se cansa de todo, por eso es importante la personalización y no las modas; una cocina no es una camiseta, debe durar».
Además de mobiliario, en la tienda disponen de todo tipo de accesorios y complementos para realzar la reforma. - Foto: Ingrid
Trabaja «con producto de alta calidad, con los mejores dentro de cada categoría y gama, y cuando es necesario hacemos reforma». Hay diseño y alta decoración «intentando ofrecer cosas muy bonitas sin que haga faltar arrancarse un riñón para pagarlas pero teniendo muy clara la cantidad a invertir, porque si es bueno y es bonito no suele ser barato».
Explica que la evolución del sector es muy grande. «Ya tienes puertas de 2 milímetros en cocinas, en baños ya no se instalan bidés y triunfan las duchas higiénicas (una manguera con agua a presión para limpiar la zona púbica)...». Entre las peticiones más raras que ha tenido: «una cocina con un rustidor de pollos, pero no existían individuales».