«El sesgo de género en las formaciones profesionales con más empleabilidad es muy pronunciado» afirma el director general de Formación Profesional, Daniel Marín, destacando cómo «hay poquísimas mujeres que estudien grados como soldadura, formaciones en automoción o en sectores industriales, o relacionados con el mantenimiento industrial», y añade que, precisamente en esos sectores las mujeres «están muy valoradas».

La Rioja presenta la mayor diferencia porcentual en cuanto a hombres y mujeres empleados por formación profesional. Concretamente, un 54,1% de los hombres con un grado de FP están empleados tras el segundo año, mientras que la empleabilidad en las mujeres cae al 35,2%, según reflejan los datos de la Estadística de Inserción Laboral de los Graduados en Enseñanzas de Formación Profesional.

A nivel nacional, la diferencia, aunque algo menos, sigue siendo notable, especialmente en la modalidad dual. Y es que mientras que la tasa de empleabilidad en hombres tras cuatro años desde la obtención del título es del 80%, la de las mujeres está en 69,9%; 68% y 63,9% en la no dual respectivamente. Una tasa alta en ambos casos, aunque evidencia la brecha de género.

Orientación. «Hace falta más orientación en etapas educacionales tempranas» señala Marín, como solución para evitar la brecha e impulsar las FP, «las empresas aseguran que la razón por la que no crecen es por no encontrar los profesionales necesarios para crecer , y esos son los de FP».