La Policía Nacional ha detenido en Logroño a cuatro personas de entre 29 y 45 años, vecinas de un mismo inmueble, en una operación que ha permitido desmantelar un importante punto de venta de cocaína y marihuana a mediana y pequeña escala en la capital riojana.

Los presuntos infractores, a los que se imputa un delito contra la salud pública, ya fueron detenidos, con anterioridad, en 2021, cuando se desmantelaron tres plantaciones de marihuana tipo indoor y se intervino una gran cantidad de cocaína y cogollos de marihuana .

A la mujer detenida se le imputa, además, un presunto delito contra la seguridad vial al carecer de permiso de conducción, ha informado este lunes la Jefatura Superior de Policía, en una nota.

La operación, denominada "Truman Bis" e iniciada el pasado mes de abril la han desarrollado, de forma conjunto, la Policía y la Agencia Tributaria.

Ambos Cuerpos tuvieron conocimiento de un grupo de individuos que estarían regentando un punto de distribución y venta de droga, fundamentalmente cocaína y marihuana, muy activo en la capital riojana

Fruto de esta línea de investigación, se consiguió identificar a los sospechosos y localizar a los integrantes de este grupo criminal, que se dedicaban a la distribución y venta de cocaína y hachís tanto a mediana como a pequeña escala.

El líder de la organización vendía la droga, llevando a cabo "pases", en las inmediaciones de su domicilio logroñés a consumidores finales y también la distribuía a mediana escala, a través de otros vendedores, que posteriormente la revendían a consumidores finales.

La operación finalizó con la práctica de un registro domiciliario practicado en el punto de venta de la droga, donde se detuvieron a estas cuatro personas.

En el registro se intervinieron casi 100 dosis de cocaína y 2.445 gramos de marihuana, así como dinero en efectivo por importe próximo a 2000 euros.

Entre los efectos aprehendidos hay balanzas, teléfonos móviles, picadoras y maquinaria para el corte, adulteración y envasado de la cocaína previa a su distribución al consumidor.

El inmueble donde se ubica el domicilio registrado se había convertido en un punto negro de distribución de drogas y de sonoros conflictos, donde se llegaron a producir peleas, broncas, discusiones y "trapicheos" entre compradores, que generaron malestar y alarma social en el vecindario.