El Prado más allá del Prado

SPC
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Cerca de 3.500 obras catalogadas por la pinacoteca madrileña están cedidas a 277 instituciones de todo el país, a embajadas o incluso a la Santa Sede, pero sobre las que el Museo ejerce tanto la propiedad como el control

El Prado más allá del Prado - Foto: EFE/ J.J.Guillen

En el Museo del Prado no están todas las que son... Considerada como una de las mayores pinacotecas del mundo, las galerías de la institución albergan en su sede madrileña una colección permanente de arte que incluye más de 5.000 dibujos, 2.000 obras de arte, 700 esculturas y supera el millar de medallas y monedas... Pero hay más, mucho más y no solo en sus almacenes. Existe el llamado Prado Extendido, una sección que está compuesta por todas aquellas obras que se encuentran en otros museos o en diferentes instituciones en calidad de préstamo o cedidas a largo plazo, como por ejemplo a embajadas, pero de las que nunca se ha perdido la titularidad.

La conservadora Mercedes Orihuela ha estado cuatro décadas de su vida profesional dedicada a seguir la pista de estas piezas y asegura que, el día que ella se jubiló, había 3.472 depositadas en 277 instituciones. Precisamente, una parte de todo ese bagaje y de esas obras a las que ha entregado parte de su vida, lo recopila en El Prado Disperso (Espasa), un recorrido lleno de descubrimientos a través de piezas viajeras cuya procedencia y vicisitudes «merecían salir a la luz», detalla la experta.

La historia de muchos de estos ejemplares es azarosa e intensa, como lo es también la propia trayectoria del Museo, fundado por la reina María Isabel de Braganza y Borbón (esposa de Fernando VII) en 1891. Y de alguna de ellas ha sido testigo Orihuela, ya que ha colaborado con la Fiscalía siguiendo su pista, en muchas ocasiones difusa, para confirmar su localización y contribuir a mantenerlas en el mejor estado posible.

Y claro que ha habido sinsabores, pero también decenas de indicios que han acabado redescubriendo lienzos que se creían desaparecidos, como sucedió con el depositado en el Tribunal Supremo en 1882 y pintado en 1827 por José Aparicio Inglada con el explícito título de Desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María el 1 de octubre 1823. Se pensaba que esta tela había sido pasto de las llamas en un gran incendio de la sede judicial en 1915, sin embargo, se acabó localizando fragmentada en 21 piezas (medía 4,62x7,30 metros) en el Museo Cerralbo (Madrid). Para indagar; aquí, más batallas...

 

El descubrimiento de la púrpura

Theodoor Van Thulden 

Depositado en el Museo de Bellas Artes de La Coruña

Esta pintura representa a Hércules paseando con su perro por la playa de Tiro, cuyo puerto y murallas aparecen al fondo. El animal mordisquea unos caracoles que tiñen de rojo su hocico. Acababa de descubrir el tinte más deseado para la vestimenta de las clases dirigentes. Esta pieza forma parte de un conjunto de 52 pinturas encargadas a Rubens por Felipe IV. Llegó al Museo del Prado en 1834 y fue cedida en 2017.

 

La Sagrada Familia con Santa Ana

El Greco

Biblioteca Museu Víctor Balaguer

Fue depositado en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) en 1986 con otras muchas pinturas después de unas arduas y largas negociaciones entre políticos, historiadores y el Museo.

 

 

Mariana Pineda despidiéndose de las beatas...

Isidoro Santos Lozano Sirgo

Depositado en el Ayuntamiento de Granada

Pintada en 1862, fue adquirida por el Estado por 10.000 reales para el Museo Nacional de la Trinidad, que todavía no se había fusionado con el Prado, donde figura en el inventario de nuevas adquisiciones con el número 92.

 

Reposición de Colón

Francisco Jover y Casanova

Depositado en el Museo de Bellas Artes Gravina, Alicante.

El lienzo, presentado a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1814, fue adquirido por el Museo Nacional de Pintura y Escultura ese mismo año. Representa el momento en el que Colón y su familia son recibidos por los Reyes en la Alhambra para otorgarle su perdón. El Museo del Prado, el Sorolla o el Bellas Artes de Valencia tienen piezas cedidas al Gravina, ya que es un proyecto que pretende aunar obras de autores relacionados con la ciudad y la provincia de Alicante. No podía ser de otra forma y Jover y Casanova nació en Muro en 1836.

 

Inmaculada Concepción

Francisco Rizi

Depositado en el Museo de Cádiz

Esta pintura ingresó en el Prado desde el Museo de la Trinidad, procedente probablemente de algún convento desamortizado de Madrid (en recientes fechas se ha sugerido que del de Santa Clara). Precisamente, el Museo de Cádiz también tiene su origen en la desamortización de Mendizábal, que le proporcionó las obras procedentes de los conventos exclaustrados de la provincia. El caso es que la pintura fue depositada en la Academia de Bellas Artes de Cádiz en 1879. Se puede pensar que se envió allí por su gran tamaño, pero es preferible creer que se debió a la devoción de los gaditanos por la Inmaculada.

 

Perseo y Andrómeda

Luca Giordano

Universidad de Barcelona

Formaba parte de un lote de 45 obras que llegaron a Madrid en 1668 para decorar el Alcázar. En el testamento de Carlos II figuraba en el Retiro.

 

 

Magdalena penitente

Pedro de Mena

Depositada en el Museo Nac. de Escultura de Valladolid

Esta figura fue encargada por los jesuítas en 1663. Para su realización se inspiró en otra relacionada con Gregorio Fernández.

 

 

La muerte de Lucano

José Garnelo y Alda

Depositado en el Museo Garnelo de Montilla (Córdoba)

Pintado en 1887, obtuvo la segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese año y fue adquirido por el Estado para mostrarlo en el Museo Nacional de Pintura y Escultura. Es una obra de gran tamaño, de extraordinaria composición y pincelada suelta y magistral, que fue enviada en calidad de depósito en 2014 al recientemente inaugurado Museo de Garnelo, en Montilla (Córdoba), en donde se encuentra expuesto en una de las salas preferentes, en perfecto estado de conservación tras haber pasado por los talleres de El Prado.

 

Una autopsia o Y tenía corazón

Enrique Simonet Lombardo

Depositado en el Museo de Málaga

Este lienzo, en el que un forense extrae el corazón a una joven actriz que se había suicidado por desamor, está fechado en 1890 y firmado en Roma, por lo que fue realizado durante la estancia del autor como becado en la Academia Española de Bellas Artes en la capital italiana y desde allí el Ministerio de Exteriores lo mandó a España. El cuadro fue adscrito al Museo de Arte Moderno, aunque se depositó en el Museo de Málaga en 1931. Pasó a formar parte del Prado en 1971.

 

Isabel II, niña

Vicente López Portaña

Depositado en el Tribunal Supremo 

Esta pintura ingresó en el Museo de Arte Moderno procedente del Ministerio de Hacienda en 1931, cuando durante la II República se hicieron retirar y guardar los retratos de todos los reyes. Casi de inmediato fue enviado al Tribunal Supremo.

 

 

La leyenda del Rey Monje  o La campana de Huesca

José Casado del Alisal.

Depositado en el Ayuntamiento de Huesca

Casado del Alisal pensó que con este cuadro le iban a dar la medalla de las Bellas Artes. No fue así y del disgusto dimitió de su cargo como presidente de la Academia española de Bellas Artes en Roma. Fue el político Emilio Castelar quien intervino y solicitó al Estado adquirir la obra, que pasó a formar parte del entonces Museo Nacional de Pintura y Escultura. Posteriormente, el autor recibió varios premios por él.