La Copa Federación queda en el retrovisor y la Sociedad Deportiva Logroñés solo piensa ya en el Sestao, que este domingo visita Las Gaunas(12 horas), en un encuentro en el que los blanquirrojos, pese a tratarse de la tercera jornada, tienen ciertas obligaciones. El tropiezo en O Carballiño (el marcador no reflejó con exactitud lo sucedido en unos noventa minutos en los que los logroñeses fueron inconsistentes en ambas áreas) y la derrota en el añadido en el derbi regional dejan han despartado las dudas de los aficionados. Pese a estos dos resultados adversos, la hoja de ruta de cuerpo técnico y plantilla se mantiene inalterada: la permanencia es el objetivo a alcanzar en el mes de mayo. Y para ello, los puntos ante el Sestao se antojan como imprescindibles.
Pese a las conclusiones que se puedan extraer de las derrotas conArenteiro yUDL, la realidad sanciona que los riojanos llegan a la tercera jornada con un balance positivo, mucho mejor que hace un año (dos disgustos ante Alcoyano y Amorebieta). El triunfo ante el Barcelona Atlètic permite a los logroñeses encarar sin excesiva presión el duelo dominical ante los de Aitor Calle.
Sin embargo, toca rearmarse colectivamente. La Copa Federación ha dejado en evidencia que la plantilla blanquirroja está limitada en efectivos (veinte) y que la segunda unidad aún no está a la altura de la primera.
La semifinal, especialmente la segunda mitad, también pone de relieve los problemas para sujetar la medular blanquirroja. Sin Javi Castellano, el equipo se ha mostrado inconsistente. La sustitución de Arratia tras el descanso implicó la pérdida de control de la parcela ancha. Aunque el fútbol se decide en las áreas, se controla desde el centro del campo y, en Las Gaunas, el descontrol se adueñó de la SDL. La entrada de Rubio y Dani Garrido propició más llegada pero también más riesgos.
A este desgobierno de la medular se suma la porosidad defensiva, especialmente en los laterales. En Ourense los dos goles vienen de dos centros en banda. Frente a la UDL, ni Gexan ni Manny Rodríguez mostraron la contundencia de antaño.
Piedra de toque. El duelo con el Sestao se presenta como una buena oportunidad para calibrar la resiliencia blanquirroja.
El Sestao, que debuta en Primera RFEF, no conoce la victoria y aún no ha marcado en los 180 minutos de liga. En Salamanca, los verdinegros sumaron un empate mientras que la Ponferradina sufrió para imponerse en Las Llanas (0-1).
Aitor Calle, desde el pasado año, ha dotado de un sello propio al cuadro vizcaíno, equipo rocoso, firme y expeditivo. El técnico vizcaíno, que logró conquistar Las Gaunas con el Haro (0-1 en la temporada pandémica), conoce a la perfección al cuadro riojano, al que se enfrentó en la 20-21.
El Sestao y Aitor Calle están, en cierto modo, muy ligados a la trayectoria deportiva de la SDL. El primer triunfo en Segunda B llegó ante el Sestao (26 de agosto de 2012, con solitario tanto de Jorge Herreros) mientras que ante el Haro del preparador vasco llegó, el 31 de marzo de 2021, el ascenso a Primera RFEF. Dos años y medio después, la cita dominical no reviste tanta trascendencia pero sí que es importante recuperar sensaciones ligueras ahora que la Copa Federación ha dejado de ser un incordio.